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Narrar con el espacio: la museografía como altavoz de una exposición

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Montaje de una de las salas de la exposición «Los mundos de Alicia. Soñar el país de las maravillas» en CaixaForum Barcelona.
Montaje de una de las salas de la exposición Los mundos de Alicia. Soñar el país de las maravillas en CaixaForum Barcelona.© Anabella Condoleo. Fundación "la Caixa"

Narrar con el espacio: la museografía como altavoz de una exposición

Barcelona

16.01.25

9 minutos de lectura
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Ignasi Cristià

Escenógrafo, dramaturgo y museógrafo

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Clara Aguilar

Compositora musical y artista escénica

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En un diseño escenográfico confluyen distintos elementos, todos ellos esenciales para contar una historia y apelar directamente a las emociones: el discurso de la colección de objetos con la información que emana de los muros, las recreaciones escenográficas, las luces, el sonido y el relato que los visitantes dibujan en su recorrido. Los escenógrafos Ignasi Cristià y Carles Berga, y la artista sonora Clara Aguilar nos cuentan el papel tan relevante que tiene la museografía en exposiciones de CaixaForum como Los mundos de Alicia. Soñar el país de las maravillas, Interior Berlanga. Cine, vida y humor y la futura Naufragios. Arqueología sumergida

Una mesa redonda, una silla anaranjada y un suelo de damero. Este interior victoriano visto desde arriba recibe a los visitantes que se atreven a caer por una madriguera tras cruzar el umbral de la muestra Los mundos de Alicia. Soñar el país de las maravillas, que en 2025 pasará por CaixaForum Barcelona y CaixaForum Madrid. Esa mesa, según se avanza en la persecución del Conejo Blanco, deviene mesilla y mesón al distorsionar sus proporciones. Lo que antes era ordinario ahora se vuelve absurdo en el mundo ilógico y cambiante que Lewis Carroll imaginó en 1865. «Este cambio de escala es el titular que anuncia que nos hemos convertido en Alicia», explica Ignasi Cristià, escenógrafo de la exposición. 

Ignasi Cristià supervisando una de las salas de la muestra.
Ignasi Cristià supervisando una de las salas de la muestra en CaixaForum Barcelona.© Anabella Condoleo. Fundación "la Caixa"

Esta inmersión inicial en Los mundos de Alicia, que irá sucediéndose en distintas formas a lo largo del recorrido, ejemplifica lo que la museografía es en esencia: un relato que trasciende la colección de objetos y que, a través de recursos escénicos, convierte al público en protagonista de la historia mientras se mueve por el espacio. 

Un lenguaje en movimiento

El espacio de una exposición no es un mero contenedor de piezas; a ojos de Cristià es «en sí una escenografía» con voz y narrativa propias. Para este dramaturgo de formación y con una cultivada trayectoria en el campo, teatro y museografía tienen mucho en común. «Ambos responden a las mismas leyes: tenemos una puesta en escena, unos actores y una representación», afirma. «La gran diferencia es que el protagonista no está sobre el escenario, sino visitando la exposición ―es ahí donde se desarrolla la acción dramática siguiendo la estructura aristotélica de planteamiento, nudo y desenlace―». 

Ignasi Cristià: «La gran diferencia con el teatro es que en la museografía el protagonista no está sobre el escenario, sino visitando la exposición».

Si la dramaturgia estructura el relato, es la arquitectura la que le otorga la escala. Para Carles Berga, arquitecto de formación y encargado del diseño espacial de la exposición Interior Berlanga. Cine, vida y humor, que se podrá visitar en CaixaForum Barcelona y CaixaForum Sevilla a lo largo de esta temporada, el marco físico condiciona el modo en que los visitantes perciben las piezas y las salas que estas habitan. «La escala es vital porque ves el objeto desde muchas distancias y hay que cuidarlas todas», defiende. Los espectadores no están sentados en una butaca desde la que contemplan una historia que transcurre «a 20 metros de distancia», sino que circulan con total libertad. «El ritmo lo llevan ellos: pueden decidir si pasan o no por una sala». 

De ahí que insista en la flexibilidad como factor crucial en el diseño espacial para contemplar múltiples posibilidades y sugerir sin imponer. El objetivo primordial, arguye también Cristià, es trazar un itinerario en el que impere la autonomía sin perder por el camino el espíritu de la muestra. 

Declaraciones de Ignasi Cristià escenógrafo, dramaturgo y museógrafo.© Fundación "la Caixa"

El diálogo con el contenido

El alma mater de toda exposición es el guion que redacta quien la comisaría, y el deber del escenógrafo va mucho más allá de una mera traducción. «Es un trabajo de escucha y de radiografía», destaca Berga, al tener que interpretar en un espacio «unas imágenes mentales». Es un proceso que no se limita a ejecutar una visión predefinida, sino que abre un diálogo en el que las ideas iniciales se transforman. «Para mí es un regalo, lo disfruto mucho», confiesa, refiriéndose al acto de hacer tangible aquello que hasta entonces solo existía sobre un papel. Consiste en «transformar su lenguaje en un espacio: una geometría, unas paredes que el dramaturgo o comisario nunca habían dicho cuánto tenían que medir». 

Carles Berga: «El trabajo del escenógrafo es un trabajo de escucha y de radiografía; interpretas en el espacio unas imágenes mentales».

El respeto por el guion original es absoluto. «No hay que tocar ni una coma de lo que quiere explicar», matiza Cristià. El diálogo con la comisaria —en esta ocasión, Kate Bailey, conservadora sénior del departamento de Diseño y Escenografía en Teatro y Performance del Victoria & Albert Museum de Londres— no es tanto una negociación como una colaboración constante en la que los miembros del equipo comparten objetivo: hacer que los visitantes experimenten un conjunto de sensaciones. «Todos vamos en sincronía», asegura. 

Retrato de Carles Berga en CaixaForum Barcelona.
Retrato de Carles Berga en CaixaForum Barcelona.© Anabella Condoleo. Fundación "la Caixa"

En este contexto, el escenógrafo actúa como un mediador que moldea conceptos en experiencias físicas sin desviar el foco del discurso. «Nunca pueden competir ni enturbiar el mensaje de la obra. Existe el riesgo de dar una información no deseada y hay que tener cuidado para no caer en una escenografía teatral; ahí sí que la geografía de la muestra puede tener más personalidad», coinciden ambos. La fórmula áurea, advierte Cristià, es el equilibrio: «Para hacer un buen plato hay que conocer los ingredientes necesarios y las cantidades precisas. Bienvenidas sean todas las tecnologías, pero siempre en su justa medida para que no nos quede salado». 

Diseñar para los visitantes

Si hay un elemento nuclear en el diseño espacial es la experiencia de los visitantes. El discurso que encierran los muros de una muestra escapa de casualidades: está cuidadosamente orquestado para evocar, interpelar y transformar a los usuarios una vez abandonado el recinto expositivo. 

Como la polimorfa mesa de la entrada de Los mundos de Alicia, la antesala de Interior Berlanga. Cine, vida y humor es una declaración de intenciones. La exposición, que transita por las diferentes facetas de la vida y el legado del cineasta, da la bienvenida con una instalación de cajas de cartón que simula su archivo particular —hasta la fecha inédito y que ve la luz en esta exposición impulsada por la Fundación ”la Caixa” en colaboración con la Filmoteca Española—. «La curiosidad de descubrir lo que hay en ellas te lleva a cruzar la cortina», señala Berga. Para él, comprometido con ofrecer una mirada íntima del legado de este creador, era esencial «no traicionar el espíritu de esos objetos». 

De esta ambición nace, por ejemplo, la decisión de colocar el boleto de lotería que Berlanga regaló a su familia precisamente en el escritorio donde él mismo lo custodió. «Era básico respetar al máximo el objeto con el que estábamos trabajando porque Berlanga les dio un valor y lo demuestra el hecho de que los había guardado toda su vida», comenta Berga, que destaca el necesario trabajo de investigación para entender el alma de los objetos, fotografías, documentos y materiales expuestos. Con todos ellos se dibuja un camino de migas de pan que los visitantes tendrán el reto de descubrir. 

Declaraciones de Carles Berga, escenógrafo.© Fundación "la Caixa"

Activar emociones como la ilusión o la sorpresa es garantía, dice Cristià, de que el visitante continúe deambulando por las salas. Sabiendo que forma parte de la trama, ahora convertido en Alicia, dará con «un árbol del que cuelgan pantallas de cine, una mesa de la tea party donde se juega con la psicodelia y unas cartas gigantes detrás de las cuales hay objetos relacionados con las puestas en escena que se han hecho del clásico de Carroll en el teatro». 

El sonido como brújula

La seducción de los usuarios pasa también por el oído. El sonido, señala la artista musical Clara Aguilar, es un aliado poderoso para hechizar a los visitantes y sumergirlos en la narrativa expositiva. «Es muy tramposo, como la música, porque conecta con nuestra parte emocional», detalla. Estos meses, Aguilar se encuentra componiendo la banda sonora de Naufragios. Arqueología sumergida, que abrirá sus puertas al público en marzo de 2025 en CaixaForum Girona. La muestra, que reivindica la arqueología subacuática como una disciplina para conocer la historia de la humanidad, contará con una escenografía que evoca el fondo marino.

Para trazar el paisaje sonoro, aún por germinar, se subió recientemente a bordo de una embarcación junto con un equipo de arqueólogos para capturar con microfonía subacuática «la sonoridad de su trabajo», con el cabo de Creus como telón de fondo, y convertirla en música. La grabación se montó expresamente para el proyecto, aclara Aguilar, pero le ha dado pistas sobre qué dirección tomar en la que está siendo su primera incursión en el terreno museístico. 

Clara Aguilar es la encargada del ambiente sonoro de la exposición Naufragios. Arqueología sumergida.
Clara Aguilar es la encargada del ambiente sonoro de la exposición Naufragios. Arqueología sumergida.© Carlota Serarols. CaixaForum+
Clara utilizó microfonía subacuática para capturar la sonoridad de un equipo de arqueólogos en el cabo de Creus.
Clara utilizó microfonía subacuática para capturar la sonoridad de un equipo de arqueólogos en el cabo de Creus.© Carlota Serarols. CaixaForum+
Frame extraído del rodaje con Clara Aguilar de la serie documental Work in Progress de CaixaForum+.
Frame extraído del rodaje con Clara Aguilar para la serie documental Work in Progress de CaixaForum+.© Carlota Serarols. CaixaForum+

«Ahora, la siguiente fase es trabajar con los planos para ver el espacio y el equipo técnico disponible, y a partir de ahí entender cuál es la narrativa y qué puedo aportar». La investigación que lidera Aguilar pondrá rumbo a una paleta sonora que, confía, nos transportará bajo el mar mientras se nos revela la rica memoria que este alberga. Consciente de que el espacio museístico está «lleno de accidentes», su fijación es contemplar la tan impredecible reacción del público: «si se pegarán a los altavoces, si cogerán distancia o si permanecerán durante mucho rato en un bucle (loop) concreto» con el eco de las profundidades marinas como brújula. 

Una danza multidisciplinar

Como se desprende de las biografías de Cristià, Berga y Aguilar, es en el cruce de trayectorias y disciplinas creativas donde brota la riqueza de la escenografía: un dramaturgo que imprime emociones en estructuras narrativas, un arquitecto que diseña espacios pensados para ser habitados y una compositora que pinta sonidos para convertir la exposición en un lienzo musical. 

Juntos tejen un diálogo en el que los límites de cada especialidad se diluyen hasta transformar cada muestra en un terreno fértil para la colaboración y la creación de experiencias que, con el tiempo, arraigan en la memoria de los visitantes. 

Última actualización: 17 enero 2025 | 11:27