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Valencia después de la dana: un proceso de reconstrucción de vidas

Vehículos amontonados después de la dana en el municipio de Sedaví.
Vehículos amontonados después de la dana en el municipio de Sedaví.© Nerea Coll. Fundación "la Caixa"

Valencia después de la dana: un proceso de reconstrucción de vidas

Valencia

15.01.25

11 minutos de lectura
Recursos disponibles

La dana que se llevó más de 200 vidas en Valencia no solo ha dejado casas destrozadas, también ha supuesto un duro impacto emocional para la población. Con el apoyo de la Fundación ”la Caixa”, muchas entidades sociales están trabajando sobre el terreno para proporcionar a las personas afectadas atención tanto material como psicológica.

Ionela es una mujer de mediana edad. Tiene tres hijos de 16, 15 y 10 años. Vive con ellos y con su marido en Catarroja, uno de los municipios más afectados por el temporal que el pasado 29 de octubre arrasó decenas de pueblos y se llevó más de 200 vidas en Valencia. Han pasado ya varios meses, pero aún se le quiebra la voz al preguntarle cómo está y cómo le afectó la catástrofe: «Me gustaría que todo se acabase, que se me borrase de la cabeza. Llevo toda la semana soñando que mi hija mayor se ahoga». 

Ionela, vecina de Catarroja afectada por la dana.
Ionela, vecina de Catarroja afectada por la dana.© Nerea Coll. Fundación "la Caixa"

Ese día, el agua levantó la puerta e inundó su garaje. Ionela y su hijo se adentraron en él cuando ya se había convertido en una terrible piscina. Fue un momento que no olvidará fácilmente: «Las puertas estaban rotas, la nevera ya estaba flotando, había cosas por todos los sitios. Se oyó de repente un ruido y empezó a entrar una ola que me tiró. Como el chiquito estaba delante de mí, no se dio cuenta hasta que se giró. Me cogió y empezó a llorar». Subieron al piso de arriba y pasaron toda la noche en la terraza. Cuando amaneció vieron que la pared que separaba su casa de la de al lado se había venido abajo. Perdieron sofás, mesas, armarios, una cama… El agua arrasó con todo. 

Además de las pérdidas materiales, la dana ha tenido un gran impacto emocional en las personas que la vivieron. Ionela explica que su hija menor y ella son las más afectadas en su familia. «Por las noches me llama para que me acueste con ella, no quiere que llueva…», cuenta sobre su niña de 10 años. Añade que, hace unos días, al ver a gente correr para coger un autobús se puso muy nerviosa y se echó a llorar porque pensaba que venía otra vez el agua. 

«Las personas se encuentran en distintas situaciones. Lo que sí vemos que está presente en todas ellas es un elevadísimo nivel de estrés y de ansiedad», explica Vanessa Fernández, la responsable de programas de inclusión social y laboral de la Fundación Nova Feina. Esta entidad se dedica habitualmente a la inserción sociolaboral de personas en situación de vulnerabilidad, pero a raíz de la gota fría se ha volcado en proporcionar ayuda humanitaria a las personas afectadas. 

«La base de nuestra intervención es el apoyo psicosocial y la articulación y coordinación de recursos frente a las necesidades», detalla Vanessa, que también es vecina de Catarroja y está completamente dedicada a ayudar a su comunidad. «Estamos en un proceso de reconstrucción desde cero, no de viviendas, sino de vidas. Es duro», reflexiona. 

Declaraciones de Dolores Marco, delegada de Acción contra el Hambre en la Comunidad Valenciana; Ionela, afectada por la dana y Vanessa Fernández, responsable de programas de inclusión social y laboral de la Fundación Nova Feina.© Rodrigo Márquez. Fundación "la Caixa"

Tras el desastre, Nova Feina empezó los primeros días repartiendo agua y botas. Ahora también suministra electrodomésticos a quienes los han perdido, como Ionela, y hace de enlace con otras entidades y personas que ofrecen ayuda: «Nuestra labor es casar las necesidades de las familias con recursos existentes por parte del voluntariado, por parte de Nova Feina y por parte de todo el trabajo en red». 

Vanessa Fernández, de Fundación Nova Feina: «Los servicios sociales somos todos y todas». 

La entidad desarrolla esta acción con ayuda de la Fundación ”la Caixa”, que apoya el proyecto a través de su convocatoria extraordinaria para atender la emergencia de la dana. «Aquí, la Administración está superada, entonces los servicios sociales somos todos y todas», concluye Vanessa. 

Otra entidad que está contribuyendo a cubrir las necesidades básicas de la población afectada con apoyo de la Fundación ”la Caixa” es Acción contra el Hambre. Esta ONG está aplicando su experiencia internacional en ayuda humanitaria a la catástrofe sufrida en Valencia. 

Tras unos primeros días en los que se dedicaron a distribuir comidas calientes, productos de limpieza o linternas, ahora están trabajando en dos áreas: el apoyo a los ayuntamientos para limpiar calles, sótanos y alcantarillados, y el reparto de ayudas de 1.000 euros a las personas en situaciones más vulnerables. 

Local arrasado por la dana en Benetússer.
Local arrasado por la dana en Benetússer.© Nerea Coll. Fundación "la Caixa"
Personas retirando escombros de un garaje.
Personas retirando escombros de un garaje.© Nerea Coll. Fundación "la Caixa"
Un voluntario descarga agua y alimentos donados para las personas afectadas por la dana.
Un voluntario descarga agua y alimentos donados para las personas afectadas por la dana.© Nerea Coll. Fundación "la Caixa"

Ese dinero se lo dan en tarjetas que tienen cargado ese saldo y lo pueden gastar en lo que consideren. «Las necesidades son múltiples. Estamos detectando un problema muy grande de vivienda: han perdido no solo parte de la vivienda, sino los enseres más básicos. Entonces, muchas de las personas comentan: “Esto para mi casa, esto para lo que he perdido”», explica Dolores Marco, delegada de Acción contra el Hambre en la Comunidad Valenciana. Pero también se encuentran otras situaciones: «Hay personas que han perdido el trabajo porque han sido afectados los polígonos industriales y nos dicen: “Para pagar la factura de la luz, el agua, el alquiler…”». 

Estos recursos, que se dan a personas derivadas por los servicios sociales de los ayuntamientos, se han desplegado de manera ágil para poder paliar necesidades urgentes de la ciudadanía. «Cuando hablamos con las personas y les entregamos la tarjeta, muchas de ellas nos dicen: “Sois la primera ayuda económica que recibimos”. Eso provoca una profunda emoción y satisfacción por el trabajo bien hecho», relata Dolores. 

Dolores Marco, de Acción contra el Hambre: «La gente en general está muy en shock. Las sensaciones están como flotando». 

Sus compañeras y ella están encontrando agradecimiento en una población muy afectada emocionalmente: «La gente en general está muy en shock. Las sensaciones están como flotando». 

La asociación Carena se está dedicando a atender esa vertiente emocional de la emergencia. Esta entidad, que forma parte del Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación ”la Caixa”, actúa desde 1996 en situaciones de final de vida y de duelo en Valencia. Al igual que las demás asociaciones que participan en el programa, a raíz de la dana puso a sus psicólogos a disposición de las personas damnificadas. 

Declaraciones de Silvia Fernández, psicóloga clínica y coordinadora del EAPS Carena.© Rodrigo Márquez. Fundación "la Caixa"

«Muchos de los pacientes y familiares que se han visto ahora afectados por la dana son pacientes que llevábamos nosotros ya en tratamiento», apunta Silvia Fernández, psicóloga de la entidad. «Ya no es solamente el afrontamiento de su enfermedad, sino que también se suman unas necesidades nuevas a raíz de la experiencia tan traumática que ha sido para ellos la vivencia de la riada», precisa. 

Además de sus pacientes habituales, Carena está atendiendo en general a personas afectadas por la gota fría. Según explica Silvia, estas personas están atravesando diferentes fases. «En un primer momento, la vivencia emocional está más marcada por el shock. Hay quien lo vive con una necesidad de expresión y de descarga emocional, y hay quien lo vive a través del bloqueo», expone. 

Silvia Fernández, psicóloga de Carena: «Esto va para largo, muchas personas todavía tienen mucho por sacar». 

Detalla que hay «un segundo momento en el que la vivencia emocional tiene que ver más con el duelo». Es una fase de «dolor por algunas pérdidas porque, aunque sean materiales, están muy ligadas a las vivencias de cada persona: es como una ruptura biográfica». Añade que es también una etapa de «valorar lo positivo»: «Aunque hayan perdido muchas cosas, le dan un valor muy positivo a estar vivas y poder ayudar a otras personas. Muchos pacientes están volcados en ayudar a otros y esto supone también posponer la elaboración emocional suya». 

De ahí se pasa a la tercera fase, «marcada por el estrés postraumático». «Yo creo que todavía no hemos llegado a esa fase, y ahí es donde ahora estamos iniciando el trabajo de explorar necesidades en el territorio», explica Silvia. Y reflexiona: «Esto va para largo, muchas personas todavía tienen mucho por sacar». 

Espacios para que los más pequeños superen la tragedia

Hay un colectivo especialmente vulnerable que también se ha visto afectado por la dana: la infancia. Muchos niños y niñas han vivido situaciones dramáticas que han tenido un fuerte impacto en sus emociones. Juan Miguel, vecino de Sedaví, es padre de tres hijos de 4, 9 y 11 años: «El más pequeñito siempre pregunta por qué ha pasado esto, por qué ha hecho esto el agua. Al mediano le ha afectado un poquito más emocionalmente, se ve más preocupado. Y la mayor se ha centrado en los libros, en estudiar, y todavía no se ha abierto mucho a contarnos exactamente lo que piensa sobre esto». 

Juan Miguel, vecino de Sedaví: «Mi hijo pequeño siempre pregunta por qué ha pasado esto, por qué ha hecho esto el agua». 

Los tres acuden a uno de los espacios seguros y amigables para la infancia que Save the Children ha puesto en marcha, en colaboración con la Fundación ”la Caixa”, en algunas de las localidades arrasadas por el temporal. «Son espacios donde los niños y las niñas que viven en zonas afectadas pueden jugar, divertirse y relacionarse con otros niños y niñas», explica la responsable de la respuesta de protección ante la emergencia de la dana en Save the Children, Maribel López del Castillo. 

Uno de los espacios seguros para niños y niñas habilitados en Sedaví por Save the Children.
Uno de los espacios seguros para niños y niñas habilitados en Sedaví por Save the Children.© Nerea Coll. Fundación "la Caixa"
Cartel de ánimo en un edificio del municipio de Sedaví.
Cartel de ánimo en un edificio del municipio de Sedaví.© Nerea Coll. Fundación "la Caixa"
Juan Miguel, padre de tres hijos de 4, 9 y 11 años y afectado por la dana en Sedaví.
Juan Miguel, padre de tres hijos de 4, 9 y 11 años y afectado por la dana en Sedaví.© Nerea Coll. Fundación "la Caixa"

«A través de actividades, de la expresión y de la creatividad trabajamos la gestión emocional: identificar qué es lo que han vivido y cómo lo han vivido, y darles herramientas y recursos. Sobre todo, que sientan que tienen un espacio donde va a haber gente que los va a escuchar, que los va a acompañar y que va a poder seguirlos en este proceso», precisa. 

«A muchos y muchas les ha pasado que, al salir de su zona afectada porque han ido a otros centros o bien porque han ido con otros familiares, sienten que cuando cuentan lo que les ha pasado no los entienden porque los demás no lo han vivido. Entonces, en estos espacios encuentran a una persona que ha pasado lo mismo, que es su compañero o su compañera, y además los acompañan profesionales que les dan apoyo y consejo, y que escuchan lo que les ha pasado», relata Maribel. Los menores a los que atienden sufren el impacto psicológico de la catástrofe: «Nos encontramos muchos terrores nocturnos, niños y niñas que vuelven a dormir con sus papás, pesadillas, reacciones de llanto o de enfado muy rápido...». 

Maribel López del Castillo, de Save the Children: «Nos encontramos muchos terrores nocturnos, niños y niñas que vuelven a dormir con sus papás, pesadillas, reacciones de llanto o de enfado muy rápido...». 

Un equipo de psicólogas atiende estas situaciones y da pautas tanto a la infancia como a sus familias. «Ayudarles a entender el proceso y el recorrido de lo que están pasando es fundamental para que, cuando salgan, su casa también sea un espacio seguro, porque tienen esas pautas y ese acompañamiento», señala Maribel. 

Save the Children forma parte del programa CaixaProinfancia, con el que trabaja en red para hacer frente a la pobreza infantil junto con otras entidades sociales. Es el caso del Proyecto Babhel, una iniciativa vinculada a Cáritas que facilita refuerzo educativo y ocio saludable a niños y niñas del barrio de La Torre, que ya era uno de los más vulnerables de Valencia y se ha visto muy afectado por la dana. 

Declaraciones de Rodrigo Hernández y Maribel López del Castillo de Save the Children, varias familias afectadas por la dana, y Miriam Guillot, trabajadora social de Proyecto Babhel.© Rodrigo Márquez. Fundación "la Caixa"

Allí, los equipos de las dos entidades se han unido para reforzar el servicio que ya ofrecía el Proyecto Babhel antes de las inundaciones y pasar de 28 a 73 estudiantes de primaria atendidos, además de otra veintena de secundaria. «Muchas de las familias que residen aquí ya estaban en riesgo de exclusión. Con toda esta situación, han empeorado: muchas han perdido la vivienda o los pocos recursos que tenían», relata Miriam Guillot, trabajadora social del Proyecto Babhel. 

Destaca que los niños del barrio «necesitan más espacios de ocio porque aquí había ya pocos y ahora lo que les quedaba no existe». Y, especialmente, «cariño y amor; todos necesitan atención». «Muchos niños estuvieron 20 días sin ver a sus compañeros, sin comunicarse con otros niños», ilustra Miriam. 

Mónica, madre de dos de las niñas que acuden a este servicio, confirma que la situación ha sido dura para sus hijas: «Los primeros días estaban muy nerviosas, muchísimo. No querían comer. Abrir la ventana y ver el espectáculo es duro. Ver coches amontonados, ver toneladas de barro… Al patio no podíamos bajar porque el agua llegaba hasta el mismo techo. No teníamos luz, no teníamos agua». 

Mensajes de ánimo y dibujos hechos por niños y niñas en la sede del Proyecto Babhel.
Mensajes de ánimo y dibujos hechos por niños y niñas en la sede del Proyecto Babhel.© Nerea Coll. Fundación "la Caixa"
Marisela, vecina del barrio de La Torre en Valencia y madre de una niña de nueve años.
Marisela, vecina del barrio de La Torre en Valencia y madre de una niña de nueve años.© Nerea Coll. Fundación "la Caixa"

Marisela, madre de otra niña de nueve años usuaria del centro, lo constata: «Cuando empezó a subir el agua, ella empezó: “Mami, ¡nos vamos a ahogar!”. Subió muchísimo y le dio un ataque de ansiedad. Yo nunca la había visto así, y verla así me dio mucha tristeza. Fue algo terrible». 

Ambas coinciden en que acudir al espacio de Proyecto Babhel y Save the Children está siendo de gran ayuda para sus hijas. «Le ha aportado mucho. Antes era más callada, estaba muy en su mundo. Ahora nos cuenta: “Mami, hicimos esto, me ayudaron con esto…”. Está siempre muy animada para hacer las cosas. Le gusta estar acá», relata Marisela. La valoración de Mónica es similar: «Tanto la mayor como la pequeña están muy contentas y yo también. Y superagradecida». 

En general, la gente de la periferia sur de Valencia describe una situación de desastre de la que se tardará mucho tiempo en salir. Pero también muchas caras se iluminan al hablar del espíritu de solidaridad que se respira en estas localidades: de la aportación de las entidades sociales que están sobre el terreno atendiendo a la población más vulnerable, de las personas voluntarias que han recorrido cientos de kilómetros para echar una mano…, y de las propios ciudadanos y ciudadanas afectados, que a veces incluso renuncian a la ayuda que les ofrecen para que se la den al vecino de al lado. 

Última actualización: 17 enero 2025 | 11:31