Naufragios. Arqueología sumergida

Barcos hundidos y objetos encontrados bajo las aguas son un tesoro submarino que nos permite conocer mejor nuestro pasado y acceder a una memoria fascinante. Una exposición que se sumerge bajo las aguas marinas para descubrir memorias fascinantes de nuestro pasado.

Existe un patrimonio arqueológico que ha permanecido oculto durante siglos, en el que bien podría ser considerado el museo más grande del mundo: el mar. La arqueología subacuática se encarga de estudiar, custodiar y proteger un inmenso legado que protagoniza Naufragios. Arqueología sumergida, una exposición que otorga el valor que se merece a la disciplina y hace un recorrido por su historia –desde la época romana, hasta la medieval y moderna–, la de la navegación y los pormenores de la vida a bordo, la de la construcción naval y la del comercio marítimo. 

El recorrido se estructura en torno a cinco ámbitos: Exploradores del mar se centra en la historia de la exploración del fondo marino hasta llegar a la arqueología subacuática como técnica de investigación histórica. Le siguen El mar como espacio de comercio, El mar como espacio de navegación y El mar como espacio de conflicto. Un patrimonio que proteger, el último de los ámbitos utiliza el caso del naufragio de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes para evidenciar el peligro de expolio, uno de los mayores problemas que sufre este tipo de bienes culturales. 

Naufragios. Arqueología sumergida reúne decenas de objetos recuperados del fondo marino que cuentan grandes historias: desde unas ánforas romanas que transportaban aceite hasta una botella con tapón incluido de fondillón, un vino DO de Alicante muy preciado, que aparece mencionado en obras de Shakespeare, Dumas o Dostoyevsky. A través de estas piezas y objetos estudiados y una escenografía y paisaje sonoro que evoca el fondo marino, el público vivirá la sensación de estar explorando un pecio bajo el agua y accediendo a una parte de la historia de la que todavía queda mucho por descubrir.