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La huella del acoso laboral en la salud mental

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El 11,2% de los trabajadores está en riesgo elevado de sufrir acoso laboral. Estudio Observatorio Social de Fundación ”la Caixa”.
El 11,2 % de los trabajadores está en riesgo elevado de sufrir acoso laboral, según un estudio del Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa”.© Fundación ”la Caixa”

La huella del acoso laboral en la salud mental

Sevilla

22.02.24

6 minutos de lectura
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José María León-Pérez

Investigador y profesor titular del Departamento de Psicología Social de la Universidad de Sevilla

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Un estudio del Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa” concluye que el 11,2 % de la población tiene una alta probabilidad de sufrir una situación de acoso en el trabajo y, dentro de este porcentaje, el 19,9 % mostraba una amplia sintomatología de ansiedad. El investigador a cargo del informe, el psicólogo José María León-Pérez, analiza las implicaciones del acoso laboral en la salud mental y plantea los caminos para salir de esta circunstancia.

Gestos aparentemente inocuos como no ser invitado a una reunión de trabajo, que te asignen una tarea con un nivel de responsabilidad inferior al que ostentas o escuchar rumores a tus espaldas pueden constituir alarmas de una posible situación de acoso laboral. Según un estudio del Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa”, el 11,2 % de la población presenta una elevada probabilidad de sufrir una situación de acoso en su puesto de trabajo. Y esta situación está directamente ligada con la salud mental: esas personas tienen casi cinco veces más probabilidades de desarrollar un trastorno de ansiedad generalizada.

Según la Encuesta europea de condiciones de trabajo de 2021, el 5,9 % de los trabajadores de la Unión Europea afirmó haber sufrido acoso en el trabajo en el último año. Sin embargo, el informe del Observatorio Social, a cargo del Grupo de Investigación Cármides, de las universidades de Málaga y Sevilla, y liderado por el investigador José María León-Pérez, propone una metodología distinta en la que no pregunta a los encuestados si se han sentido acosados, sino si han sufrido situaciones que, de facto, pueden ser en sí mismas constitutivas de acoso: «El trabajador puede dar por válidas o tener normalizadas ciertas conductas, de modo que las menosprecie en un primer momento», asegura León-Pérez.

Pero el acoso no es un «todo o nada», explica el investigador, sino «un proceso». «Si todos los mecanismos que se ponen en marcha para prevenir estas situaciones no han tenido éxito y la persona está sufriendo un acoso sistemático, puede presentar una sintomatología ansioso-depresiva muy similar a la que se tiene con un diagnóstico de estrés postraumático», concluye el psicólogo, que pone como ejemplo querer evitar a toda costa el estímulo que causa ese dolor, es decir, no querer acudir al puesto de trabajo.

A este respecto, León-Pérez es contundente: «Según la evidencia, las situaciones de acoso prolongadas en el tiempo derivan en un trastorno psicológico y psicosomático grave que requiere atención profesional». Y es que la relación entre acoso y bienestar es indudable. En el estudio Detección del acoso psicológico en el trabajo y su impacto negativo en el bienestar psicológico, que contó con una amplia muestra de 5.000 personas, se aplicó una prueba de cribado de un posible trastorno de ansiedad —el más común en las situaciones de acoso— cuatro meses después de haber clasificado a los participantes en los distintos grupos de riesgo (alto, medio y bajo). De las personas con un alto riesgo de sufrir acoso en el trabajo, el 19,9 % mostraba una amplia sintomatología de ansiedad, que se veía reducida en el grupo medio (7,4 %) y el grupo bajo (5,3 %).

Una persona que se encuentra en una situación de acoso en el trabajo puede experimentar dificultad para dormir, pensamientos intrusivos o estar en un constante estado de alerta. «Nos tenemos que cuidar más. Si estos síntomas se están dando, tenemos que ver a qué se los achacamos, y es probable que se trate de esa situación laboral en la que estamos aislados, nos están repitiendo constantemente los errores que cometemos o estamos expuestos a actos de ira», señala León-Pérez. «Hay que prestar atención a todo eso y, si creemos que se está dando esa circunstancia, acudir a un profesional», concluye.

El investigador José María León-Pérez analiza el estudio realizado para el Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa”.© Fundación "la Caixa"

Denunciar, buscar apoyo profesional y salir de la situación de acoso

Una vez que nos demos cuenta de que estamos siendo acosados en el trabajo, el investigador recomienda llevar un diario de incidentes y ponerlo en conocimiento de la empresa. Lo normal es que en un primer momento se separe a víctima y acosador mientras se esclarecen los hechos antes de, si fuese necesario, utilizar la vía judicial.

Pero León-Pérez subraya la importancia de llevar a cabo acciones paralelas sobre las consecuencias en nuestra salud mental: «Normalmente se dan situaciones de trastorno psicosomático en las que la persona pide una baja laboral y necesita separarse de ese estímulo adverso», cuenta. «Lo primero que habría que hacer a este respecto es recuperarse y acudir a un especialista».

Sin embargo, el miedo y la situación económica a veces condicionan la respuesta ante situaciones como esta. Cambiar de empleo puede ser una opción para alejarnos del acoso, pero el psicólogo del grupo Cármides señala que, «aunque lo mejor para la salud sea abandonar el trabajo y encontrar otra opción», en un mercado laboral con escasas posibilidades no siempre es posible.

El investigador José María León-Pérez. Estudio sobre acoso laboral del Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa”.
El investigador sevillano José María León-Pérez.© Fundación "la Caixa"

Salud mental y productividad van de la mano

La relación entre salud mental y trabajo es clara. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se pierden debido a la ansiedad y la depresión 12.000 millones de días de trabajo, equivalentes a un billón de dólares en pérdidas de productividad. «La evidencia está ahí y normalmente tomar medidas preventivas tiene a la larga un impacto económico positivo, ya que mejora la productividad y reduce los costes», sostiene el psicólogo. «El problema es que eso es a la larga y muchas veces se toman decisiones muy cortoplacistas». La solución, según León-Pérez, pasa por «un modelo más estratégico, con visión de futuro».

La prevención es clave en este tipo de situaciones y va más allá de los protocolos o el equipo de recursos humanos de las empresas. «Un buen liderazgo, transformacional, positivo, es fundamental», dice el investigador. «Al fin y al cabo, el acoso es una situación de grupo o interpersonal y esas habilidades blandas y los mecanismos que tiene la empresa en cuanto a dirección, gestión y cultura son fundamentales».

Según el psicólogo, la probabilidad de sufrir acoso en el trabajo aumenta cuanto mayor es el tamaño de la empresa: «En esas organizaciones, estas situaciones se diluyen más que en empresas pequeñas, donde sería más difícil mostrar conductas de este tipo». Lo mismo pasa en el sector público. Mientras que en el privado ante una situación de acoso «se puede cambiar la configuración del equipo o mover a gente de departamentos» para separar a la víctima y al acosador, en el sector público «esos mecanismos son más rígidos», concluye.