
Expertos en cooperación internacional alertan de la necesidad de que la tecnología digital sea más humana
10.10.25
7 minutos de lecturaEl Palau Macaya de la Fundación ”la Caixa”, Centro Internacional de Ciencias Humanas y Sociales respaldado por la UNESCO, ha acogido el debate ¿Puede la innovación digital estimular una cooperación al desarrollo más transformadora?, un encuentro donde diferentes expertos han analizado el papel de las tecnologías emergentes en la cooperación internacional. Entre las medidas que se han expuesto, destaca la necesidad de una tecnología digital más humana y los modelos de estructuras horizontales, situando a las personas en el centro.
El Palau Macaya de la Fundación ”la Caixa”, Centro Internacional de Ciencias Humanas y Sociales respaldado por la UNESCO, ha acogido la conferencia ¿Puede la innovación digital estimular una cooperación al desarrollo más transformadora?, en la que diversos expertos en este ámbito han profundizado en el papel de las tecnologías emergentes en la cooperación internacional. Una sesión organizada en el marco del Encuentro anual de Work4Progress (W4P) de la Fundación ”la Caixa”.
La
innovación en la tecnología
La sesión, que la Fundación ”la Caixa” ha organizado en colaboración con la UNESCO, se ha inaugurado con la ponencia de apertura de José Moisés Martín Carretero, economista y director general del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI). En su intervención, el experto ha explicado la estrecha relación entre la cooperación internacional para el desarrollo y la innovación digital y ha subrayado que tal y como se observa en uno de los puntos de la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) , «es necesaria la innovación en la tecnología». Martín ha matizado que en el caso de la cooperación internacional, «se debe entender la tecnología como una parte del desarrollo social”. En este marco, para el economista “el desafío de los agentes es fortalecer las capacidades humanas para que esta digitalización empodere a las comunidades».
Por otro lado, ha analizado el «modelo de digitalización estadounidense Silicon Valley», y lo ha definido como “un modelo que está creando una desaceleración de la capacidad de innovación”, por lo que ya no parece un ejemplo de modelo promotor para el resto de países. Por esta razón, el conferenciante ha comentado que hay que buscar nuevas fórmulas de cooperación que reinventen los ecosistemas tecnológicos, basándolos en necesidades locales, lo que nos llevaría a reforzar los vínculos humanos y a empoderar a las comunidades.
Con todo, para el director del CDTI: «hay que redefinir el uso ético de la tecnología y evitar las herramientas de control, pues las personas tienen que estar en el centro y las tecnologías deben estar al servicio de las comunidades».
La
tecnología, al servicio de las comunidades
Tras esta inspiradora conferencia, el moderador del encuentro, Gorka Espiau, director científico del programa Work4Progress y director del Agirre Lehendakaria Center, ha abierto una mesa de debate entre Kasia Odrozek, coordinadora del Business Council for Ethics of AI, Bioethics and Ethics of Science, SHS Sector, UNESCO; Shrashtant Patara, director ejecutivo de Development Alternatives (DA), con sede en Nueva Delhi; y Jose Moisés Martín Carretero. El objetivo era explorar enfoques éticos, inclusivos y colaborativos para afrontar los retos del desarrollo global desde la transformación digital.
En la conversación, Odrozek ha abarcado la Inteligencia Artificial (IA) como arma de doble filo. A este respecto, ha explicado que la llamada IA for good (por el bien de la humanidad) podría ser una buena herramienta digital en cooperación internacional pero también ha alertado que hay que tener cuidado pues hay empresas que ven opciones de negocio en esta herramienta. Para la representante de la UNESCO, «hay que proteger la cultura y la creatividad de la IA» y se ha unido al economista al asegurar que es necesario «poner en el centro las conexiones humanas».
Un modelo
horizontal, basado en la interacción
Por su lado, Shrashtant Patara ha destacado cómo la tecnología desde el punto de vista de la producción local, en Uttar Pradesch, ha ido tomando importancia trayendo esperanza a esa región, gracias a procesos de etiquetado y empaquetado, que les han permitido situarse por delante de sistemas productivos de grandes marcas. También ha explicado el modelo de trabajo que se realiza desde el programa W4P de la Fundación ”la Caixa”: «se busca trabajar con un sistema horizontal, donde entre 10 y 20 actores claves interactúan entre ellos, en comunidad». De esta manera, «se evita evitan las estructuras verticales de las startups que siguen el modelo estadounidense de Silicon Valley y que solo busca maximizar los beneficios».
En este sentido, Martín se ha sumado a Patara y ha insistido en que «las grandes compañías no se basan en generar valor, si no en capturarlo, lo que provoca que veamos cómo se han generado ingresos, pero en cambio quede oculto todo lo que se está destrozando», lo que él llamaría «la disrupción del modelo estadounidense, un modelo que no es tan brillante como podía parecer».
Nuevas
herramientas digitales
Con respecto a las nuevas herramientas que puedan funcionar en cooperación internacional, Odrozek, ha destacado que si bien los datos son una piedra angular para la eficaz aplicación de la IA, también cree que es «necesario pensar en otras aplicaciones que puedan ayudar en otros contextos, como en el agrícola o en el ámbito de la salud», más en línea de las necesidades reales de las comunidades. Como ejemplo de gobernanza sobre los datos, algo que la experta cree que hay que tener en cuenta, ha citado Common Voice, una plataforma gratuita y de software libre dirigida a las comunidades para la creación de conjuntos de datos de habla y texto.
En este sentido, Patara también cree que la tecnología debe contribuir a que los constructores de ecosistemas puedan desarrollar sus prototipos, por ejemplo con el uso de drones y otras herramientas. Por su lado, Martín ha añadido que los ecosistemas proporcionan un trabajo de equilibrio dinámico entre los diferentes actores y ha subrayado que las entidades que financian la cooperación internacional deberían asumir riesgos y hacer programas más experimentales.
De hecho, el programa W4P y la Fundación ”la Caixa”, actúan como un elemento catalizador que multiplica el impacto de los proyectos de los países que forman parte: India, Mozambique, Perú y Colombia; con intervenciones muy estratégicas y desde la escucha activa en las comunidades.
Conclusiones
Entre las conclusiones que han aportado los expertos en el cierre de este interesante encuentro, destacan la necesidad de que exista una escucha real entre la comunidad tecnológica y social, para buscar un entendimiento conjunto; el trabajo con las comunidades y no para ellas, para poder equilibrar la simetría de poder; y conseguir que la tecnología digital sea más humana.

Encuentro
anual Work4Progress
Este debate ha sido organizado por la Fundación ”la Caixa” con motivo del Encuentro anual Work4Progress en CosmoCaixa (W4P), los días 7, 8 y 9 de octubre. Se trata de un evento que reúne a representantes de las organizaciones de la India, Mozambique, Perú y Colombia que forman parte de W4P, junto con expertos internacionales, y en el que ha participado Graham MacMillan, presidente de F. Visa, entidad pionera en la digitalitzación financera con la que Fundación “la Caixa” impulsa el programa en Colombia, junto con Fundación Grupo Social.
El programa Work4Progress, Innovación para el fomento del empleo tiene como objetivo identificar los retos y las necesidades en materia de ocupación y, a través del apoyo a soluciones innovadoras, favorecer la cocreación de empresas y de puestos de trabajo con la población local, con especial atención a mujeres y jóvenes en situación de vulnerabilidad. Para lograrlo, la Fundación ”la Caixa” busca apoyo en las redes de entidades del territorio.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), aunque la tasa mundial de desempleo juvenil se situó en el 13 % en 2023, el nivel más bajo de los últimos quince años, la recuperación no ha sido equitativa: las mujeres jóvenes siguen sufriendo una desigualdad significativa en el acceso al trabajo. En concreto, la tasa de jóvenes “ninis” (que no estudian, no trabajan ni reciben formación) muestra una fuerte brecha de género: el 28,1 % de las mujeres jóvenes se encuentran en esta situación, frente al 13,1 % de los hombres jóvenes.
Estos datos evidencian que las mujeres jóvenes tienen casi el doble de probabilidades de quedar excluidas del mercado laboral y educativo respecto a los hombres jóvenes. Por este motivo, el programa Work4Progress de la Fundación ”la Caixa” se dirige especialmente a jóvenes y mujeres en India, Mozambique, Perú y Colombia con el objetivo de promover oportunidades laborales inclusivas y sostenibles.