Vivimos la ilusión de un mundo sin fronteras, pero hay más fronteras que nunca: unas físicas y otras invisibles —creadas por la tecnología y por los discursos políticos, económicos y sociales— que superan los límites de las naciones. La comisaria Mei Huang reflexiona sobre las fronteras del mundo actual en una muestra que reúne ocho obras de arte contemporáneo en el marco del programa Apoyo a la Creación Comisart 2022, impulsado por la Fundación ”la Caixa”.
La exposición, que continuará hasta el 8 de septiembre, reúne ocho obras de las colecciones de la Fundación ”la Caixa” y del MACBA que han sido seleccionadas con la finalidad de reconsiderar el concepto de frontera y estimular el debate público. Se incluyen en ella trabajos de los artistas Vanessa Beecroft, Pep Durán, Asier Mendizabal, Annette Messager, Paulo Nazareth, Francesc Torres, Isidoro Valcárcel Medina y Akram Zaatari que exploran el discurso de la «línea divisoria» desde diferentes ángulos, abordando límites físicos, como banderas y fronteras geográficas, y también barreras invisibles abstractas relacionadas con la religión, la ideología, el género y las distancias ocultas entre individuos.
Muchas de estas obras de arte, a pesar de haber sido creadas hace algunos años, resuenan de forma notable con ciertos momentos históricos y sientan las bases para una exploración profunda de la exposición y de la noción de frontera por el hecho de invitar a la introspección y a la reflexión sobre el peso del contexto histórico.
La exposición presenta diferentes interpretaciones artísticas de las fronteras, como un espejo que refleja el momento sociopolítico actual. Muestra perspectivas y narrativas alternativas al discurso dominante e invita a quienes la visitan a tomar partido sobre la idea de frontera y sobre las fuerzas que subyacen tras ella. Desde la frontera ofrece una visión colectiva de gran diversidad en cuanto al medio y al mensaje, y una interpretación plural de las fronteras entendidas como límites físicos y legales, diferencias culturales o brechas ideológicas.
Navegadores web, cámaras, lectores de huellas dactilares y escáneres digitales rastrean meticulosamente cada uno de nuestros movimientos, por lo que nos resulta casi imposible pasar desapercibidos. Al mismo tiempo, las nuevas narrativas se usan para influir en las relaciones de poder y controlarlas.
La globalización, en lugar de reducir las disparidades, a menudo las acentúa y crea bolsas de exclusión en un mundo aparentemente más conectado. La brecha digital no solo pone de manifiesto la diferencia que existe en el acceso a las innovaciones y a los cambios tecnológicos, sino que también subraya las disparidades socioeconómicas que persisten a escala global.
En este contexto, el arte y la cultura pueden crear puentes para superar esas fronteras invisibles, mejorar la comprensión y fomentar la empatía entre las personas. Según la comisaria, Mei Huang, «el arte contemporáneo y sus prácticas tienen una capacidad única para transcender fronteras e inspirar diálogo y conexión entre individuos y comunidades».