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24.11.25
6 minutos de lecturaBlanca, Inma y José Luis, mayores de 60 años, tienen unas competencias digitales que rompen estereotipos: navegan perfectamente por internet, piden sus citas médicas online y reservan entradas digitales para el teatro. Son 3 de los casi 15.000 alumnos que ya han pasado por el proyecto Competencias Digitales +60, impulsado por Red.es y la Fundación ”la Caixa”, entre otras entidades.
Gestionar el correo electrónico y pedir citas por internet son tareas aparentemente pequeñas, pero de gran importancia en una sociedad cada vez más digital.
Competencias Digitales +60 tiene como objetivo acercar de forma útil y práctica las nuevas tecnologías a las personas mayores de 60 años. Este proyecto formativo cuenta con un total de ocho cursos que abordan diferentes temáticas cotidianas para facilitar su integración digital y reforzar su autonomía y su seguridad: aprenden a realizar trámites por internet, a editar fotografías, a organizar viajes o a interactuar de forma segura en las redes sociales.
El proyecto forma parte de la iniciativa Generación D, impulsada por Red.es —entidad adscrita al Ministerio de Transformación Digital— y financiada por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia a través de los fondos Next Generation de la Unión Europea.

A raíz de la extensa experiencia de la Fundación ”la Caixa” en la promoción de las competencias digitales de las personas mayores, la entidad fue seleccionada como beneficiaria de las ayudas de 2024 para ejecutar el programa en España.
Las formaciones, que son presenciales y gratuitas, combinan sesiones teórico-prácticas de ocho horas en total con cuatro horas de tutorías personalizadas, lo cual garantiza un acompañamiento adaptado a las necesidades de cada participante.
Cada persona puede cursar un máximo de seis talleres formativos, que se desarrollan en más de 400 aulas informáticas de los centros para personas mayores de la Fundación ”la Caixa” de 17 comunidades autónomas.



Inma se animó a participar porque sentía que le faltaban conocimientos tecnológicos, que se había quedado atrás. Siempre supo que internet es hoy más importante que nunca para prácticamente todo: saber qué son la carpeta ciudadana o la clave digital, o cómo sacar entradas para eventos, comprar, solicitar citas médicas o interactuar con otros… Inma, además, vive sola y no tiene hijos. «Ahora mis conocimientos me dan autonomía», apunta.
Por eso, Inma se muestra entusiasmada con estas formaciones. Le sirven de motivación: la disciplina, los horarios que debe cumplir y el estar al día de los temas tecnológicos son estímulos importantes. Además, Inma comenta que no solo aprende, sino que también socializa. «Te aporta mucho en lo personal», reconoce. «Por eso también lo recomiendo mucho a mis amigas, a mi gente conocida».
Blanca accedió a los cursos por motivos similares: «Me apunté al curso para ponerme al día, estaba un poco desfasada… Y hay que seguir aprendiendo», resume.

Para Blanca, el esfuerzo mereció la pena porque aprendió a usar su teléfono móvil y conceptos como la nube. «Puedo hacer cosas que antes no podía. Todo ha sido realmente interesante y me ha gustado mucho», añade. Y está convencida de que, aunque no lleguen a la habilidad de la juventud, las personas de su edad son perfectamente capaces de adquirir soltura en estos manejos.
José Luis, en cambio, llegó a los cursos por casualidad, pero subraya igualmente lo interesante de las temáticas. Un día acompañaba a su mujer al programa cuando una encargada le preguntó: «¿Por qué no se apunta usted a algo?». José Luis respondió que estaba jubilado y que no quería incordiar a nadie, pero su mujer insistió en que le vendría muy bien. Y así fue: asistió dos semanas seguidas, dos horas diarias, aprovechando una modalidad de formación intensiva que te permite convertirte en «experto» en un tema de manera rápida.
«Lo que más me ha gustado del curso ha sido la dinámica que hemos seguido y la dedicación de los docentes. La atención que prestaban a cualquier pregunta: paraban la clase y nos atendían personalmente», cuenta José Luis. Por todo ello, anima a cualquier persona de su edad o en su situación inicial a no perder una oportunidad tan útil.
Pero va más allá: reflexiona sobre un cambio de perspectiva para los miembros de su generación. José Luis se ve ahora capaz de afrontar tareas que jamás se le habría ocurrido hacer. «Hemos tenido un móvil toda la vida para hablar y, como mucho, para hacer alguna foto. No para manipular todo lo que se puede hacer a través de él. Esto sí es interesante», profundiza.

Todos estos reconocimientos surgen necesariamente de unos docentes cuya labor parte, a su vez, de la comprensión de sus alumnos. Maya Lozano y Yaritza Díaz, docentes en los talleres Competencias Digitales +60, coinciden en que el nivel inicial de los usuarios es, en general, básico. Unos pocos ni siquiera se han sentado delante de un ordenador en su vida, aunque la mayoría dispone de las nociones básicas.
Las necesidades que se abordan en los talleres saltan a la vista: aprender a usar un ordenador, entrar en internet y gestionar operaciones en la red. Las tareas con mayor demanda son, por ejemplo, los trámites bancarios, administrativos, médicos y de ocio, desde sacar unos billetes para un viaje hasta hacer la compra online. Aprender a comunicarse con sus seres queridos a través de las redes sociales es otra petición habitual.
Los cambios son significativos. «Lo más importante es que ya no tienen miedo, han perdido el pánico. Adquieren autonomía y seguridad en sí mismos», subraya Maya Lozano. Así no dependen de hijos, familiares, vecinos o amistades. Yaritza Díaz añade que los cambios son notables desde la primera sesión: aprenden rápido. «Al principio suelen decir que es algo nuevo para ellos, que este no es su mundo», asegura.
Las docentes están de acuerdo, además, en que el mayor reto que afrontan en las aulas es que todos los alumnos alcancen un grado parecido de autonomía, que se enganchen, que confíen poco a poco en ellos mismos: «Para ellos, la autonomía es muy importante», remata Díaz. Se sienten así más integrados en una sociedad cada vez más digitalizada e hiperconectada, sumergida por completo en la red. Los talleres les permiten no quedarse atrás, evitar el aislamiento digital.

Pero el programa Competencias Digitales +60 va más allá. Las docentes subrayan la importancia del factor humano, la camaradería que se crea, los apoyos que muestran unos con otros, la sociabilidad que desprenden. Aprenden haciendo y divirtiéndose, acompañándose mutuamente, «haciendo piña», según Maya Lozano.
Las profesionales son categóricas al definir la experiencia. Lozano emplea una palabra muy ilustrativa: satisfacción. Es lo que sienten cuando imparten clases y cuando comprueban que sus alumnos aprenden y se muestran contentos. Lo más bonito para Yaritza Díaz es acompañar a las personas mayores en ese proceso de autonomía con la tecnología, rompiendo mitos por el camino.