La tuberculosis es una de las enfermedades infecciosas más antiguas de la humanidad.© Fundación "la Caixa"

26 de marzo de 2025

19:00Online

Debate CaixaResearch sobre la tuberculosis, la enfermedad infecciosa que más muertes causa

Añadir a mis eventos
Recursos disponibles

Los investigadores Pere-Joan Cardona (Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol), Iñaki Comas (Instituto de Biomedicina de Valencia) y Alberto García-Basteiro (Instituto de Salud Global de Barcelona y Centro de Investigación en Salud de Manhiça) conversarán en un nuevo debate CaixaResearch sobre la tuberculosis, una de las enfermedades infecciosas más antiguas de la humanidad y la que más muertes ha causado a lo largo de la historia. 

Se estima que solo en los últimos 200 años se ha cobrado la vida de más de 1.000 millones de personas. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la tuberculosis sigue siendo hoy en día la enfermedad infecciosa más mortal, con 1,25 millones de muertes en 2023. 

El debate, que se celebra en la misma semana que el Día Mundial de la Tuberculosis (24 de marzo), abordará cuestiones como qué es; cómo se manifiesta; de qué manera se diagnostica; por qué su incidencia es mayor en hombres que en mujeres (el 65 % de los casos detectados son de varones); qué herramientas terapéuticas existen para tratarla, por qué se ha avanzado más rápido en el abordaje de otras enfermedades infecciosas, como sucedió con la COVID-19; o qué impacto socioeconómico y qué riesgos para la salud humana supone la variante que afecta a animales como vacas, cabras, ciervos, corzos o jabalíes. 

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, que afecta principalmente a los pulmones, aunque también puede extenderse a otros órganos como los riñones, el cerebro o la columna vertebral. Se transmite por el aire cuando una persona infectada tose, estornuda o habla, pues libera bacterias que pueden ser inhaladas por otras personas. 

Se estima que hasta un 25 % de la población mundial ha estado expuesta al bacilo de la tuberculosis, lo que significa que 1 de cada 4 personas podría tener la bacteria en sus pulmones. 

Sin embargo, solo el 10 % de las personas infectadas desarrolla la enfermedad. Hay factores de riesgo que aumentan la probabilidad de que la infección latente progrese a enfermedad activa, como la inmunodepresión, la desnutrición, la diabetes, el consumo de tabaco y de alcohol o condiciones socioeconómicas adversas. 

Los investigadores tratarán en profundidad por qué esta enfermedad sigue siendo un problema grave, especialmente en países de ingresos bajos y medios, donde se produce más del 80 % de los casos y las muertes por esta enfermedad. 

En palabras de Iñaki Comas, líder de la Unidad de Genómica de la Tuberculosis en el Instituto de Biomedicina de Valencia, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IBV-CSIC), «hay un círculo vicioso: la pobreza genera más tuberculosis y, a su vez, la tuberculosis genera más pobreza porque el coste del tratamiento es muy alto y también hay que dejar de trabajar un tiempo». 

En los últimos años, la incidencia de la tuberculosis ha aumentado también en Europa, en parte por la pandemia de la COVID-19, que interrumpió los sistemas de diagnóstico y tratamiento. 

En España se diagnostican al año alrededor de 4.000 casos. Como afirma Pere-Joan Cardona, jefe del servicio de Microbiología del Hospital Germans Trias i Pujol, y responsable del grupo de investigación de Microbiología Clínica y Experimental del Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol (IGTP), «la tuberculosis impacta más en países de renta baja, pero está entre nosotros también. Es una enfermedad silente, que avanza sin llamar la atención y que está estigmatizada porque se vincula con niveles socioeconómicos bajos. Además, se escapan muchos casos porque, a diferencia de la covid, el desarrollo de la enfermedad no va necesariamente ligado al momento exacto de la infección y, por lo tanto, hay un retraso que hace que el rastreo de contactos sea muy difícil». 

Los investigadores explorarán en el debate algunos de los retos que plantea la tuberculosis, por ejemplo su diagnóstico. Como apunta Alberto García-Basteiro, profesor asociado de investigación en el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y coordinador del área de investigación en tuberculosis del Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM), «3 de cada 10 personas no se diagnostican, una cifra que en África alcanza los 5 de cada 10. Además, de los que sí se diagnostican, en muchos casos se hace con microscopía, que no da información sobre la resistencia a fármacos; en pruebas moleculares sí que podemos tener información sobre alguna resistencia. Muchos casos resistentes no se diagnostican y se tratan como tuberculosis al uso, cuando el tratamiento debería ser otro». 

Otro de los desafíos de esta enfermedad es el tratamiento, que actualmente consiste en la administración de cuatro fármacos antibióticos durante al menos seis meses. Muchos pacientes abandonan el tratamiento al sentirse mejor después de dos semanas, lo que puede llevar a recaídas y al desarrollo de resistencias a los antibióticos. 

«En países como el nuestro, un tiempo tan largo de tratamiento supone un problema porque estamos acostumbrados a tomar antibióticos solo durante unos días. En cambio, en países de rentas bajas el problema es de acceso al medicamento en sí durante tanto tiempo», indica Iñaki Comas. 

Aunque por primera vez en 40 años disponemos de nuevos fármacos contra la tuberculosis, ya han surgido variantes resistentes a ellos. Estas formas resistentes, que suponen el 4 % de los casos, son una gran amenaza, ya que limitan las opciones terapéuticas y complican el control de la enfermedad. 

Los investigadores hablarán también sobre la importancia de la investigación para hacer frente a la tuberculosis desde el punto de vista de la prevención, el diagnóstico y el tratamiento. 

Alberto García-Basteiro y su grupo centran su investigación en estudios observacionales y ensayos clínicos en países de alta incidencia y con especial atención en colectivos vulnerables, como personas con VIH y niños. 

En la actualidad están llevando a cabo diversos ensayos clínicos de nuevas vacunas para la prevención de la enfermedad, así como estudios para evaluar la eficacia de nuevos métodos de detección de la bacteria que emplean orina o heces en lugar de muestras respiratorias. Además, están desarrollando un estudio epidemiológico de campo para determinar el papel de la tuberculosis asintomática en la transmisión de la enfermedad. 

Pere-Joan Cardona y su equipo, al estudiar el proceso por el cual la infección latente deriva en tuberculosis activa, han identificado que factores como el estrés y la inflamación son desencadenantes. 

Este hallazgo sirve como marcador predictivo de la tuberculosis y abre las puertas a la investigación de nuevos métodos de diagnóstico y tratamiento. Además, están desarrollando una vacuna terapéutica que se administrará a personas ya infectadas y que permitirá reducir la duración del tratamiento antibiótico actual de seis meses a tan solo tres semanas. 

Iñaki Comas y su equipo usan la genómica para estudiar la evolución de la bacteria a lo largo de miles de años e identificar los determinantes de su virulencia, lo que permitirá desarrollar tratamientos más eficaces. 

También emplean la genómica para analizar cómo y cuándo se transmite la tuberculosis, lo que permitirá diseñar nuevas estrategias de prevención. Además, están poniendo a prueba un método para predecir la resistencia a antibióticos en la tuberculosis y desarrollando un método de secuenciación genómica que acelera el diagnóstico de la enfermedad a partir de muestras de esputo, lo que podría revolucionar el diagnóstico temprano de resistencias. 

Una vinculación histórica contra la tuberculosis

La Fundación ”la Caixa” lleva más de cien años comprometida con la investigación y la mejora de la salud de los ciudadanos. De hecho, una de sus primeras iniciativas fue, en 1932, la creación del Instituto Antituberculoso Francesc de Moragas, un centro público y gratuito, dirigido por el doctor Conrad Xalabarder i Puig, donde se realizaron investigaciones de impacto en la época contra esta epidemia para mejorar el tratamiento de los enfermos y donde se acogió el primer microscopio electrónico de Cataluña. 

Última actualización: 26 marzo 2025 | 09:23