Talla de delfín de Ulawa, Islas Salomón. 1850-1900. Madera, concha de madreperla.
Talla de delfín de Ulawa, Islas Salomón. 1850-1900. Madera, concha de madreperla.© The Trustess of the British Museum

Voces del Pacífico contada a través de siete ámbitos temáticos en CaixaForum Barcelona

Barcelona

06.11.25

13 minutos de lectura
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CaixaForum Barcelona explora la riqueza artística de las culturas del Pacífico en la exposición Voces del Pacífico. Innovación y tradición, que se puede visitar hasta el 15 de febrero a través de 210 objetos, en su gran mayoría de la colección que atesora el British Museum, una de las más importantes en este campo fuera del Pacífico. 

La exposición se estructura en siete ámbitos temáticos que museográficamente se representan con paredes pintadas a todo color con siete propuestas distintas:

  1. Introducción
  2. Innovadores 
  3. Tejedores
  4. Bailarines 
  5. Guerreros
  6. Talladores
  7. Viajeros

Introducción

Un mapa de gran formato que muestra las múltiples islas que pueblan el Pacífico y una docena de personajes, todos ellos objetos creativos de habitantes del Pacífico, dan la bienvenida a los visitantes de la exposición. Además de estos objetos —la mayoría con cara humana—, a través de fotografías se puede ver representados a los artistas contemporáneos de las islas del Pacífico participantes en la exposición. Todo ello, para iniciar un fructífero diálogo con voces procedentes del Pacífico.

En este ámbito introductorio se presentan más de una decena de piezas procedentes de distintas islas de Oceanía que constatan la diversidad creativa de la región. Entre ellas cabe mencionar una figura femenina procedente de una casa ceremonial de la provincia de Sepik Oriental, en Papúa Nueva Guinea. Estas casas, construidas para las ceremonias iniciáticas de los hombres jóvenes, podían medir hasta 21 metros de alto y albergar cientos de figuras talladas que representaban a espíritus específicos del clan.

Tras la llegada del cristianismo, la construcción de casas ceremoniales fue en declive y en la década de 1960 apenas quedaba alguna en pie. A principios de los años setenta empezó a recuperarse la tradición a medida que Papúa Nueva Guinea avanzaba hacia su independencia. Esta es una de las 159 figuras de este tipo que fueron vendidas en 1980 a conservadores del British Museum.

«Moái pa’apa’a de Rapa Nui», isla de Pascua. 1800-1886. Madera.
Moái pa’apa’a de Rapa Nui, isla de Pascua. 1800-1886. Madera.© The Trustess of the British Museum

También llama la atención una escultura moái kavakava, como la anterior figura, de autoría desconocida, tallada en este caso por habitantes de Rapa Nui (isla de Pascua), quienes creaban impresionantes esculturas de madera y de piedra que consideraban encarnaciones de sus ancestros. Esta figura de madera, que solía llevarse colgada al cuello sujeta con un cordón de fibra, es un moái kavakava. Su particular aspecto, con las costillas marcadas, evoca el cuerpo esquelético de algún familiar fallecido. Estas figuras suelen tener los lóbulos de las orejas muy largos y los ojos de vidrio volcánico. 

Para los habitantes de las islas del Pacífico era habitual viajar en canoa, de modo que los remos eran pertenencias importantes. En algunas islas se depositaban en las tumbas junto a sus propietarios para que pudiesen usarlos en el más allá. Los remos, en ocasiones decorados especialmente con tal propósito, se utilizaban también en ciertas ceremonias en las que grandes grupos de bailarines dispuestos en formación los movían y giraban. 

Aunque estos remos ceremoniales son de Buka, proceden de Nueva Irlanda, a 400 km de distancia. En el siglo XIX, los hombres de Buka eran llevados como trabajadores forzados a las plantaciones de Nueva Irlanda, y es probable que llevasen consigo este tipo de remos.

Innovadores

En el segundo ámbito, «Innovadores», se explora Oceanía como un mar de islas, un espacio dinámico donde la gente siempre se ha desplazado. Históricamente, el contacto entre las islas era habitual, ya que los isleños viajaban para forjar relaciones y para conseguir objetos de valor y recursos. Aquellas interacciones inspiraron a los artistas para experimentar con nuevos materiales y nuevas técnicas.

Con la llegada de los europeos en el siglo XVI, se incorporaron a los objetos tradicionales materiales exóticos como el vidrio, la lana y el metal. Con posterioridad, a partir de principios del siglo XIX, los navíos europeos que exploraban el Pacífico fueron progresivamente sustituidos por balleneros y barcos de transporte de misioneros y funcionarios coloniales.

Paula Chan Cheuk. Vestido de boda de tela de corteza, 2014. Aotearoa (Nueva Zelanda). Corteza de morera de papel, hoja de pandano, fibra de coco, concha de madreperla y harakeke (lino de Nueva Zelanda).
Paula Chan Cheuk. Vestido de boda de tela de corteza, 2014. Aotearoa (Nueva Zelanda). Corteza de morera de papel, hoja de pandano, fibra de coco, concha de madreperla y harakeke (lino de Nueva Zelanda).© The Trustess of the British Museum

Destaca en este ámbito un vestido de novia de la diseñadora Paula Chan Cheuk, nacida en Samoa y de ascendencia samoana y china, que es famosa por los vestidos de boda que confecciona con tela de corteza o siapo, como se conoce este tipo de tejido en Samoa. Chan Cheuk fue la primera diseñadora que adaptó este material tradicional a la creación de prendas contemporáneas. Para las isleñas que viven lejos de su tierra natal, llevar un vestido de novia de tela de corteza es una forma de demostrar la conexión que mantienen con su cultura. 

«Para mí es importante incorporar la perspectiva del Pacífico a todo lo que hago […]. Las chicas de hoy piensan siempre en su cultura y quieren que forme parte de su vida […]. Me encanta ver que la juventud respeta y sigue su cultura», asegura Chan Cheuk. 

En cuatro subámbitos distintos se ahonda en los siguientes temas a través de una gran diversidad de creaciones: 

  • La innovación indígena: Pese a que los diseños y los materiales de la producción variaban de un lugar a otro, mantenían una misma significación cultural.
  • La innovación bajo presión: Los cambios migratorios y de formas de vida tras la llegada de los europeos y las invasiones de otros pueblos de las propias islas, que impusieron su forma de ver el mundo, tuvieron repercusiones en las vidas, las libertades y las artes tradicionales de los pobladores de las islas. A finales del XIX, los habitantes de las Islas Salomón y de Vanuatu fueron reclutados, a menudo por la fuerza, para trabajar en plantaciones de Australia, Nueva Caledonia y Fiyi, una práctica que se conoce con el término inglés blackbirding
  • La integración de las novedades: Tras el contacto con los europeos, los habitantes de las islas del Pacífico adoptaron rápidamente nuevos materiales exóticos y los incorporaron a objetos existentes fusionando lo novedoso con lo tradicional. Hoy en día, esa tradición innovadora prosigue y artistas contemporáneos del Pacífico trabajan con nuevas técnicas y nuevos materiales, pero aludiendo al mismo tiempo a elementos del pasado. Otros adoptan nuevos formatos de creación artística y participan en el mundo del arte contemporáneo. Sus obras se exponen por todo el mundo, desde la Bienal de Venecia hasta el circuito de galerías de arte de Nueva York. 
  • El British Museum como fuente de inspiración: Las colecciones de Oceanía del British Museum se han convertido en una fuente de inspiración para artistas contemporáneos que, en algunos casos, investigan objetos creados por las generaciones precedentes para comprender técnicas perdidas, y en otros, realizan obras nuevas como respuesta directa a piezas históricas concretas. A veces trabajan en el interior de las salas o bien en los almacenes del museo, transformándolo así en un espacio de innovación. 
«Mahiole hulu manu» (casco de plumas) de Kauai, Háwai. 1700-1800. Plumas de «‘i‘iwi», de mamo y de «ō'ō», raíz de pandano y fibra de «Olonā».
Mahiole hulu manu (casco de plumas) de Kauai, Háwai. 1700-1800. Plumas de ‘i‘iwi, de mamo y de ō'ō, raíz de pandano y fibra de Olonā.© The Trustess of the British Museum

Tejedores

El tercer ámbito, «Tejedores», pone el foco en los tejidos como objetos de gran valor en toda Oceanía. Estos se ofrecen como obsequio en momentos importantes de la vida, como nacimientos, defunciones y bodas. Los más valiosos se convierten en reliquias que pasan de generación en generación. 

Tradicionalmente, las mujeres eran las responsables de la producción textil y también las encargadas de enseñar a las niñas de la familia el arte de tejer y trenzar, ya que transmitir esas habilidades era una forma de garantizar que la siguiente generación pudiese confeccionar tejidos. 

Armadura completa de fibra de coco de Kiribati. 1800-1900. Fibra de coco.
Armadura completa de fibra de coco de Kiribati. 1800-1900. Fibra de coco.© The Trustess of the British Museum

Cuando se introdujeron en la región las prendas y las telas europeas, el papel de los tejidos indígenas fue en declive. No obstante, en muchas islas se han recuperado las tradiciones de tejeduría. En la actualidad, los sombreros, los abanicos, las cestas y las esteras son objetos populares entre los turistas, y tejerlos permite a algunas mujeres obtener ingresos para vivir y mantener a su familia.

  • Nuevos estilos y modas

Esta sección pone de manifiesto que la moda es un aspecto importante en la confección de tejidos y, en las islas del Pacífico, la aparición de nuevos estilos y diseños es una constante. Los creadores textiles, libres hoy de las presiones de la tradición en la reproducción de determinados estilos, innovan continuamente e incorporan nuevos materiales y técnicas a su arte. 

Las mujeres crean piezas textiles expresamente para regalárselas a sus amistades y a la familia, y todo el mundo quiere ir a la última moda. Además, el turismo ha aportado nuevas oportunidades en algunas islas y hay quien puede ganarse la vida tejiendo. 

Bailarines

El cuarto ámbito ahonda en la danza como la forma de expresión artística más célebre de las islas del Pacífico. El elegante hula hawaiano, el enérgico ‘ori Tahiti o el rítmico meke de Fiyi son bailes apreciados en todo el mundo que se enseñan en escuelas de danza de ciudades tan distantes como Londres, Nueva York o Tokio. Para los isleños que viven en la diáspora, la danza es una forma de conectar con la cultura tradicional de la isla de la que están geográficamente separados.

Tocado de danza de Nueva Bretaña, Papúa Nueva Guinea. Década de 1980. Madera, fibra y hoja de helecho.
Tocado de danza de Nueva Bretaña, Papúa Nueva Guinea. Década de 1980. Madera, fibra y hoja de helecho.© The Trustess of the British Museum

Se celebran competiciones anuales de danza, como el Merrie Monarch Festival de Hawái, que atraen a miles de bailarines y a un numeroso público. Por otro lado, para algunos jóvenes nativos, el hiphop se ha convertido en un nuevo modo de expresar la conexión con su cultura tradicional.

En toda Oceanía se da mucha importancia a la apariencia de los bailarines: el brillo de la piel untada con aceite de coco resalta su belleza, el vaivén de la falda realza los movimientos de cadera y los penachos del tocado de plumas contribuyen a la elegancia de las coreografías. 

Los ornamentos de los tobillos resuenan y generan percusión, mientras los tambores marcan el ritmo para que los bailarines puedan seguir el compás. En las islas de la parte occidental de Oceanía se cree que el son de los tambores son las voces de espíritus y seres sobrenaturales. 

Guerreros

El quinto ámbito, «Guerreros», hace parada en las frecuentes batallas que protagonizaban los habitantes de las islas por el control de la tierra y los recursos. En algunas zonas de la región, como Nueva Guinea, los enfrentamientos se producían en batallas de posiciones y las afrentas se reparaban causando heridas o la muerte al grupo enemigo. Las disputas podían durar años y cualquier ataque despertaba la necesidad de venganza. 

Durante el periodo de colonización, muchos habitantes del Pacífico se resistieron a la usurpación de sus tierras y algunos guerreros, como el jefe maorí Hone Heke, se hicieron famosos por su negativa a someterse. 

En el siglo XX, el Pacífico y sus pueblos se vieron envueltos en conflictos internacionales y durante la Segunda Guerra Mundial la región fue un terreno de combate destacado. Tras la contienda, Reino Unido, Estados Unidos y Francia hicieron pruebas de armamento nuclear en la zona, lo que provocó daños cuantiosos y duraderos en las personas y en el entorno. 

En la actualidad, los pueblos del Pacífico se enfrentan a retos como el cambio climático, el crecimiento demográfico, las persistentes consecuencias de la colonización y las secuelas de las pruebas nucleares. 

Esta sección cuenta con los siguientes subámbitos: 

Anthony Guerrero. «Cesta de pesca». Guam. 2016. Poliéster.
Anthony Guerrero. Cesta de pesca. Guam. 2016. Poliéster.© The Trustess of the British Museum
  • Deslumbrar al enemigo:  Tradicionalmente, los guerreros de las islas del Pacífico llevaban atuendos destinados a impresionar. Todo su aspecto tenía como objetivo deslumbrar e intimidar al enemigo. Los trajes de los guerreros servían como protección física, mientras que las prendas confeccionadas con materiales considerados sagrados o los tatuajes que cubrían sus cuerpos les ofrecían una protección espiritual. Los objetos expuestos en esta sección, procedentes de Kiribati, Hawái y las islas Marquesas, reflejan los enormes esfuerzos dedicados a garantizar que los guerreros fueran protegidos a la batalla.
  • Garrotes: En Oceanía, los garrotes tenían funciones muy diversas. Podían manipularse en las danzas, blandirse como signo de distinción al dar un discurso y empuñarse en los desfiles de guerreros. Los garrotes que participaban en grandes hazañas podían tener nombre y biografía propios. Cuando se produjeron los primeros contactos, los europeos solían creer equivocadamente que estos garrotes eran armas, un error que reforzó la idea de que los habitantes del Pacífico eran «belicosos». 
  • Orgullo y resistencia: El colonialismo europeo ha marcado la vida de prácticamente todos los habitantes de las islas del Pacífico. En algunos lugares, los isleños ejercieron una resistencia encarnizada contra la usurpación de sus tierras ancestrales. En el siglo XX apoyaron a las fuerzas aliadas y lucharon en las dos guerras mundiales. Incluso constituyeron unidades militares especiales, como el Batallón Maorí, que adquirió una excelente reputación. En la actualidad, los pueblos del Pacífico están en primera línea de la lucha contra desafíos globales como el cambio climático. Un buen ejemplo de ello es el movimiento 350 Pacific, liderado por jóvenes, que tiene como lema «No nos ahogamos, luchamos». 

6. Talladores

Dios del Pescador de Rarotonga, Islas Cook. 1750-1850. Madera. Oc. 9866.
Dios del Pescador de Rarotonga, Islas Cook. 1750-1850. Madera. Oc. 9866.© The Trustess of the British Museum

El sexto ámbito destaca el importante papel social de los tallistas, encargados de crear tanto objetos fundamentales para la vida cotidiana como otros utilizados en rituales y ceremonias. Históricamente, los hombres eran quienes se encargaban de la talla y los conocimientos se transmitían de generación en generación. Hoy en día, personas de todos los géneros crean obras que reflejan un mundo complejo y cambiante. 

El tatuaje tradicional del Pacífico implica el uso de unos peines afilados que se mojan en tinta y se clavan en el cuerpo golpeándolos con un pequeño mazo. Debido a esa técnica, los tatuajes se describen como «tallas en la piel», aunque los tatuadores contemporáneos trabajan tanto con instrumental tradicional como moderno. Los artistas de mayor talento están muy solicitados y trabajan en todo el mundo tatuando a personas muy diversas, entre ellas grandes deportistas y celebridades. 

Muchas tallas se creaban para honrar la relación entre los habitantes de las islas y sus dioses y ancestros. Antes de empezarlas se hacían ofrendas y se consideraba que el buen resultado de la pieza dependía por igual de la bendición divina y de la destreza del tallista. 

En algunas islas, las esculturas de los ancestros se trataban como si fueran seres vivos. En Nueva Guinea se creaban objetos de gran complejidad para ceremonias concretas, como por ejemplo los funerales. Una vez cumplida su función ceremonial, la talla dejaba de tener utilidad y se dejaba en el bosque, donde se descomponía.

Los tallistas de las islas del Pacífico realizaban construcciones monumentales y canoas que surcaban el océano, pero también producían piezas de gran delicadeza, como ornamentos de concha. Antes de la llegada del metal, los isleños empleaban herramientas de piedra para los trabajos de envergadura y huesos o dientes de tiburón para los de mayor precisión. 

En algunas zonas de la región, la labor del maestro tallista era equiparable a la de un sacerdote o un experto en rituales. De hecho, no podían empezar a trabajar hasta haber celebrado las ceremonias adecuadas y realizado ofrendas a los dioses. 

En muchas islas, las comidas cotidianas se sirven en fuentes de hojas que se tejen con rapidez y se utilizan de inmediato. En algunos lugares, con ocasión de bodas y funerales, para servir la comida a la gran cantidad de personas que se reúnen se tallan grandes cuencos de madera especiales para banquetes. 

En determinadas regiones de Oceanía se bebe kava, una sustancia embriagante elaborada con las raíces y los tallos del arbusto Piper methysticum. Cuando se sirve kava en las ceremonias formales, suele presentarse en recipientes con bellas decoraciones talladas. 

La fascinación europea por los tatuajes de las islas del Pacífico nació ya en los primeros contactos. Los marineros tenían tanto interés en tatuarse que los isleños subían a los barcos y trabajaban día y noche para satisfacer la demanda. 

Viajeros

Los habitantes de las islas del Pacífico, que son de los viajeros más expertos que han cruzado los océanos del planeta, exploraron y se asentaron en una zona que cubre más de un tercio de la superficie de la Tierra. Para trasladarse, los distintos pueblos idearon complejas tecnologías a partir de su profundo conocimiento del entorno. Los navegantes sabían leer el mar y el cielo de día y de noche, para ir y venir surcando las aguas. 

El primer asentamiento del Pacífico se produjo en la isla de Nueva Guinea, cuando formaba parte de un continente de mayores dimensiones conocido como Sahul. Los viajeros llegaron a Sahul hace más de 60.000 años procedentes de islas situadas más al oeste. Aotearoa (Nueva Zelanda) fue la última gran masa terrestre en poblarse, hace unos 800 años. 

Anzuelo de Mangaia, Islas Cook. 1750-1850. Madera.
Anzuelo de Mangaia, Islas Cook. 1750-1850. Madera.© The Trustess of the British Museum

Mucho antes de que los europeos llegaran a la región, los pueblos de Oceanía ya llevaban una vida cosmopolita. Para los isleños, el mar era como una vía de comunicación que los conectaba, salvando el espacio y la diversidad lingüística, con parientes, amigos y vecinos, así como con desconocidos y enemigos. 

  • Retos para el futuro

Los habitantes del Pacífico se han enfrentado a grandes desafíos en lo que respecta a su forma de vida tradicional. En la actualidad, el cambio climático, el ascenso del nivel del mar y la contaminación de sus aguas amenazan la existencia misma de las islas. 

En algunos países situados a poca altitud, la gente debe afrontar la perspectiva de tener que emigrar. Profesionales del arte, del mundo académico, de la poesía y de la literatura se dedican a concienciar sobre la vulnerabilidad de la región ante el cambio climático, pero también encaran el futuro con fuerza y creatividad. En este punto se muestra la mencionada instalación del artista George Nuku, quien al respecto destaca de su obra Bottled Ocean 2015

«El plástico tiene cualidades divinas. Condensa luz y agua, las fuerzas mismas de la vida. Podríamos decir que el plástico es un ancestro. Procede del petróleo, que a su vez procede de los restos de antiguos bosques, de los huesos de dinosaurios, de millones de años de tierra comprimida. Así pues, en realidad el plástico es probablemente lo más antiguo que sostenemos a diario. Pero para mí también es como el futuro. Paseo por las calles recogiendo botellas y es como encontrar tesoros. El plástico forma parte de nuestra existencia, nos inunda y nos rodea. Está en todos los granos de arena de todas las playas. Está en la sangre de las ballenas y de los osos polares, en la tuya, en la mía, en todo y en todos. ¿Cómo es posible que no tengamos una relación teológica, filosófica o cultural con un material así? Seamos realistas: con lo que le hemos hecho al planeta, estamos al borde del precipicio contemplando el abismo. Con mi arte quiero animar a la gente a dar un paso atrás».

Última actualización: 06 noviembre 2025 | 13:52