CaixaForum Barcelona se rinde a Alicia con una muestra
dedicada a esta heroína moderna
17.10.24
12 minutos de lecturaLos mundos de Alicia. Soñar el país de las maravillas propone un viaje onírico a los orígenes, las adaptaciones y las reinvenciones artísticas de Alicia en el país de las maravillas a través del tiempo y de distintas disciplinas hasta hoy.
La directora de CaixaForum Barcelona, Mireia Domingo, y la comisaria de Teatro y Performance del Victoria and Albert Museum de Londres, Kate Bailey, han presentado este jueves Los mundos de Alicia. Soñar el país de las maravillas, la primera y más amplia exposición (en cinco ámbitos) sobre el fenómeno generado por esta heroína moderna. A través de 312 objetos y obras de arte, esta muestra ofrece una visión de gran alcance sobre la influencia de los dos libros protagonizados por esta rebelde heroína casi 160 años después de su creación.
En colaboración con el Victoria and Albert Museum, la muestra ofrece una amplia perspectiva sobre el impacto y la influencia de esta obra victoriana, un fenómeno cultural en cuanto a su alcance y una fuente de inspiración para las mentes más creativas. Su protagonista, Alicia, es una heroína moderna, una rebelde empujada por la curiosidad y el desafío a la lógica que se enfrenta con valentía a un mundo tan fantástico como absurdo.
Como el libro, la exposición aspira a ser una celebración de casi 160 años de creatividad y curiosidad a través de diferentes formas artísticas que se han inspirado en el universo de fantasía protagonizado por Alicia mediante la literatura, el cine, la fotografía, las artes plásticas, el diseño, la moda, la ciencia y el teatro.
Todo ello, a través de las colecciones de arte y diseño del Victoria and Albert Museum, cuya creación, en plena era victoriana (1852), coincide prácticamente en el tiempo con la publicación del primer libro de Alicia.
¿Por
qué Alicia sigue siendo actual?
Escrita en 1865, Alicia en el país de las maravillas nunca ha dejado de imprimirse y se ha traducido a más de 170 lenguas. Dado que forma parte del imaginario colectivo, la exposición ofrece diferentes respuestas a por qué un personaje victoriano resulta tan significativo. La cultura que propició su escritura y el motivo por el cual los temas y las ideas que en ella se plasman continúan siendo relevantes en nuestros días son también objeto de análisis. Una de las preguntas que se plantean en la exposición es por qué este personaje nos empuja a ser más creativos, a ser más curiosos y a cuestionarnos también las normas establecidas.
A través de una puesta en escena inmersiva y sorprendente a cargo del escenógrafo y dramaturgo Ignasi Cristià, que trabaja en proyectos museográficos y teatrales, en el recorrido se propone a los visitantes el juego de convertirse en Alicia y seguir el viaje de la protagonista a través de los textos. La museografía del espacio juega con cambios de escala, color, escenarios y formas en las diferentes salas para llevar a los visitantes a un viaje entre lo real y lo imaginario. En ellas se irán sucediendo escenas icónicas, como la caída a través de la madriguera del conejo, la fiesta del té del Sombrerero Loco, el estanque de lágrimas y los naipes de la Reina de Corazones, entre otras. El objetivo es transportar al público de todas las edades a diferentes lugares de fantasía a través del tiempo, el espacio, el juego y la reflexión.
La exposición sigue la estructura narrativa de los 12 capítulos de Alicia en el País de las Maravillas y está dividida en cinco secciones temáticas:
- «La invención de Alicia»
- «A través de la pantalla»
- «Alicia, puerta a otros
mundos»
- «Alicia
en escena»
- «Convertirse en Alicia»
La muestra incluye una dimensión lúdica y un espacio de reflexión que ayuda a establecer un diálogo propio entre el mundo de Alicia y este en el que habitamos. En dicho espacio se pregunta a los visitantes si es realmente tan extraño el mundo de Alicia y se les interpela con preguntas sobre si alguna vez se han sentido como la protagonista o si se han visto anegados en un mar de lágrimas.
Una madriguera da la bienvenida a los visitantes
Al inicio de la exposición, quienes se acerquen a visitarla descenderán por la madriguera del conejo en un juego visual lleno de libros, el cual conecta después con un nuevo escenario que emula una biblioteca victoriana. Este primer ámbito ahonda en los antecedentes y el contexto literario, social y político que rodearon la creación de Alicia en el país de las maravillas y su secuela a manos de Lewis Carroll, un erudito victoriano que fue fotógrafo, matemático y escritor.
Las aventuras de Alicia comenzaron como una historia imaginaria que Carroll fue narrando a Alice Liddell y a sus hermanas a lo largo de una «tarde dorada» de 1862. Lo que aparentemente era un cuento infantil acabó convirtiéndose en una expresión de temas universales que abordaban aspectos de la cultura, la política y el conocimiento científico de la época. Para crear la historia se inspiró en su propia vida, en sus estudios en la Universidad de Oxford y en el mundo que lo rodeaba. Los libros de Alicia reflejan una sociedad cambiante y una época transformadora marcada por la industrialización y la globalización.
En este primer ámbito, titulado «La invención de Alicia», se pueden ver imágenes de la biblioteca Christ Church de Oxford, cuyos espacios también han servido de inspiración para la saga de Harry Potter, así como fotografías, puzles, juegos lógicos y objetos relativos a la fascinación sobre el mundo y la naturaleza para transportar a los visitantes al imaginario y el universo del creador.
También se suceden bocetos en dibujo del propio autor, además de algunos dibujos de las ilustraciones que John Tenniel creó para la publicación del libro y que reflejan los procesos creativos iniciales. Estos dibujos representan a algunos de los principales personajes de las historias, como el Conejo Blanco, la Reina de Corazones, el huevo antropomórfico Humpty Dumpty y la misma protagonista, que originalmente era morena, tanto en las ilustraciones iniciales como en la realidad de Alice Liddell. Fue Hollywood quien la transformó en rubia con películas desde 1931 y, en concreto, la película de Disney la fijó en el imaginario colectivo con su popular película, lanzada en 1951. En este ámbito también se pueden ver primeras ediciones de los libros, como la primera publicación de la novela en España con una traducción al catalán de Josep Carner y con ilustraciones de Lola Anglada, de 1927.
En la transición del primer ámbito al segundo, una proyección recuerda el estanque de lágrimas de Alicia. El segundo ámbito, «A través de la pantalla», refleja el modo en que la historia se hizo rápidamente popular entre los cineastas. A principios del siglo XX, el cine comenzó a convertirse en la principal forma de entretenimiento popular y el nuevo medio permitió que Alicia llegara a un público más amplio y global.
Los estudios cinematográficos advirtieron el potencial comercial contenido en la historia de Carroll: ingeniosa, pero al mismo tiempo familiar, permitía hacer alarde de las incipientes tecnologías cinematográficas, así como mostrar vestuarios extravagantes y escenarios fascinantes. Las adaptaciones de los libros de Alicia para la gran pantalla han dado lugar a algunas de las secuencias más espectaculares de la historia del cine, en las que vemos desde primitivos trucos de montaje hasta imágenes generadas por ordenador, ya en el siglo XXI.
La incorporación de Alicia a la pantalla ha influido decisivamente en el modo en el que vemos o imaginamos a la propia niña, así como en la difusión mundial de sus andanzas. Su aspecto icónico, hoy reconocible en todo el mundo, proviene del cine, que ha alimentado su mito y lo ha instalado para siempre en el imaginario popular.
Este espacio recupera la primera adaptación cinematográfica de Alicia, dirigida por Cecil Hepworth y Percy Stow y que se remonta a 1903, solo cinco años después de la muerte de Lewis Carroll. Con sus diez minutos de metraje, fue la película más larga producida hasta entonces en Gran Bretaña. En ella se emplearon trucajes entonces innovadores para resolver escenas como la del pasaje en el que Alicia se encoge. Según uno de los directores, trataron de adaptar la historia «con toda la precisión a nuestro alcance y con una fidelidad reverencial, en la medida de lo posible, a los célebres dibujos de Tenniel».
Disney:
la consolidación de un icono
Después de varias películas fue Disney quien consolidó este icono con la película que más impacto cultural ha tenido en la conciencia de múltiples generaciones desde su estreno en 1951. Walt Disney siempre había estado interesado en los libros de Alicia y comenzó a planificar un largometraje ya en la década de 1930. La amistad del de Hollywood con Salvador Dalí potenció el contenido surrealista de las imágenes del filme. En esta sección también aparece la película que el cineasta Tim Burton estrenó en 2010 sobre una Alicia muy empoderada.
Fuera del marco del cine comercial, varios cineastas han aportado nuevas visiones creativas de los libros de Alicia, en muchos casos apartándose casi por completo del texto y de las ilustraciones originales. Bajo la mirada de creadores más experimentales, las historias de Carroll revelan el potencial de la mitología que subyace en sus libros como fuente de estudio psicológico y experimentación artística. Destacan, además de la producción del checo Jan Svankmajer, de 1988, las del argentino Eduardo Pla, de 1976, y la del catalán Jordi Feliu, de 1978: en Alicia en la España de las maravillas, Feliu lleva a Alicia a la España de los años cuarenta para mostrar un momento concreto de la historia de Cataluña bajo la dictadura y la represión franquista.
Distorsión,
psicodelia y percepción
El tercer espacio, «Alicia, puerta a otros mundos», se centra en el influjo de Alicia en la creación artística, musical y cultural popular: por un lado, el surgimiento del surrealismo en los años veinte; por otro, la década de los sesenta, con todas las transformaciones que trajo consigo.
Los temas más oscuros del país de las maravillas y del viaje al inconsciente que Alicia efectúa sedujeron a numerosos artistas vinculados al surrealismo; el rico material que proporcionaba el mundo fantástico de Carroll los ayudó en sus investigaciones en torno al mundo de los sueños, la distorsión de la percepción o los cruces entre realidad y ficción. Más adelante, en 1965, el centenario de la primera publicación de Alice’s Adventures in Wonderland coincidió con un renovado interés por la época victoriana y supuso la oportunidad de analizar los libros originales desde la perspectiva de una época nueva. Nuevos artistas experimentales aprovecharon la fascinación que suscitaba todo lo relacionado con el país de las maravillas, pues el anárquico sindiós de aquellos libros casaba bien con el espíritu de rebelión de la década de 1960; al mismo tiempo, personajes como un conejo que habla, un gato sonriente o una oruga que fuma en pipa parecían apelar directamente al movimiento psicodélico.
Para artistas plásticos, músicos, cineastas y otros creadores, el modo en que Alicia cuestiona la línea entre la percepción y la realidad, así como su creciente sentido de autodeterminación y desafío la convirtieron en un símbolo antiautoritario de la contracultura.
Obras
de arte de Salvador Dalí y Max Ernst
La exposición recoge el testimonio de obras de arte sobre esta historia a cargo de artistas de la talla de Salvador Dalí, Max Ernst, Yayoi Kusama, Aldous Huxley, además de Peter Blake, Edward Burra, Marion Adnams, John Armstrong y Ralph Steadman, entre otros.
Este ámbito recrea la mítica escena de la fiesta del té del Sombrerero Loco con una larga mesa en la que tazas, platos y teteras sobrevuelan las cabezas de los visitantes como si estuvieran cayendo del mismo techo.
El cuarto ámbito, «Alicia en escena», muestra a una Alicia como origen para diferentes géneros escénicos en los que el país de las maravillas es un espacio para imaginar en el que todo es posible.
Este espacio evidencia que la historia de Alicia continúa siendo fuente de inspiración de numerosas «escenas», desde el teatro, la música y la danza hasta la parodia y la sátira política, pasando incluso por ese escenario paralelo que es la realidad virtual. Ya que la realidad supera en ocasiones los límites de lo imaginable, ninguna metáfora parece tan potente como la de un país maravilloso en el que el sinsentido toma el poder.
También muestra que el concepto de país de las maravillas puede atravesar géneros diversos y presenta la historia como un texto político atemporal que facilita la crítica y la sátira de múltiples maneras, por ejemplo, la obra de teatro Alice in Thunderland, estrenada en 1944; la ilustración Alice in Sunderland, de Martin Rowson, para el tabloide The Guardian sobre el Brexit; o bien otros ejemplos de utilización de los libros como una metáfora para entender las crisis políticas de los últimos años.
También recoge algunos disfraces futurísticos del Conejo Blanco y Alicia elaborados expresamente para una obra en el National Theatre de Londres en 2015 y la Royal Opera House de Londres en 2011.
Por último, en «Convertirse en Alicia», la exposición se centra en las lecturas contemporáneas que presentan a la protagonista como un personaje actual, una exploradora armada para el siglo XXI. «Actualmente, todo el mundo se puede identificar con este texto y puede seguir el mantra de la curiosidad y del seguir aprendiendo», asegura la comisaria de la exposición, Kate Bailey.
En este apartado se presenta moda contemporánea inspirada en los personajes del libro, obra de diseñadores internacionales, algunos aparecidos en Vogue y en desfiles de pasarela, que versionan estos trajes y los llevan a la moda del siglo XXI. También aborda múltiples identidades que toman Alicia como punto de partida de, sobre todo, cómics de anime y portadas de discos de bandas de rock y de pop.
Destaca una selección de fotos de moda de Tim Walker y estilismos de Edward Enninful en la que se suceden diferentes modelos negras convertidas en Alicia.
Para la comisaria, Alicia es también un estado mental y un agente de cambio: «Hay algo muy empoderador en la historia de una niña que marca la diferencia, que dice verdades al poder».
Así como una madriguera da la bienvenida a los visitantes, este ámbito habla de reinvención y transformación en una interpelación a los visitantes para que se conviertan en Alicias.