Fotoperiodista en la exposición «Top Secret» en CaixaForum Zaragoza.© Fundación "la Caixa"

Los grandes espías del cine se infiltran en la nueva exposición de CaixaForum Zaragoza

Zaragoza

25.04.24

14 minutos de lectura
Recursos disponibles

El centro cultural de la Fundación ”la Caixa” acoge la muestra Top secret. Cine y espionaje, en una nueva colaboración con la Cinémathèque française, que explora la historia inédita de los vínculos entre el oficio de actores y de espías. El juego de espejos entre cine y espionaje es el punto de partida de este viaje cronológico-temático que se realiza a través de 176 piezas de diversos formatos y 90 clips de películas, abarcando un siglo de relación: desde Mata Hari hasta Carrie Mathison, pasando por James Bond y Edward Snowden.

El director corporativo del Área de Cultura y Ciencia de la Fundación ”la Caixa”, Ignasi Miró; el director de CaixaForum Zaragoza, Ricardo Alfós, y los comisarios Alexandra Midal y Matthieu Orléan han presentado este jueves Top Secret. Cine y espionaje en CaixaForum Zaragoza.

De izquierda a derecha: comisario de la exposición Matthieu Orléan; el director corporativo del Área de Cultura y Ciencia de la Fundación ”la Caixa”, Ignasi Miró; la comisaria Alexandra Midal y el director de CaixaForum Zaragoza, Ricardo Alfós.© Fundación "la Caixa"

Coorganizada por la Fundación ”la Caixa” y La Cinémathèque française, la exposición propone un viaje entre las relaciones del cine y el espionaje en un recorrido cronológico-temático que abarca todo un siglo. Tras su paso por La Cinémathèque française, en París, y por CaixaForum Madrid y Barcelona, la muestra llega a CaixaForum Zaragoza hasta el 25 de agosto de 2024, para luego viajar a CaixaForum Sevilla y València.

Dentro de su programación cultural, la Fundación ”la Caixa” dedica una atención preferente a las manifestaciones artísticas más características del siglo XX y XXI. En esta línea se enmarcan las exposiciones dedicadas al cine. Así, la entidad ha dedicado retrospectivas a grandes nombres del mundo del cine y a compañías pioneras como Pixar o Disney. Gracias a la colaboración con La Cinémathèque française, se han presentado con anterioridad en CaixaForum Zaragoza proyectos conjuntos como George Méliès. La magia del cine; Cine y emociones. Un viaje a la infancia; Vampiros. La evolución del mito y Cine y moda. Por Jean Paul Gaultier.

A través de las figuras de espías emblemáticos —desde Mata Hari hasta Carrie Mathison, pasando por James Bond y Edward Snowden—, la exposición se infiltra en las relaciones entre cine y espionaje durante más de 100 años. La muestra recupera el papel de la mujer espía, más allá del estereotipo del sexpionaje ampliamente explotado en el mundo del cine.

Siguiendo un recorrido cronológico —desde finales del siglo XIX hasta nuestros días— y mediante ámbitos diferenciados, la exposición presenta un conjunto de 176 piezas que establecen un diálogo entre gadgets de cine, artefactos históricos, documentos de archivo, clips de 90 películas.

La muestra cuenta con cinco ámbitos distintos:

  • «Espionaje y cine, una historia de técnicas» 
  • «Clandestinas de las grandes guerras» 
  • «Guerras frías y gentlemen»
  • «Terrores y terroristas (década de 1970 a nuestros días)»
  • «¿Todos espías? El ciudadano espía: perspectivas de futuro»

Durante el recorrido, se abordan la historia de las técnicas desplegadas por los agentes de los servicios de inteligencia y el papel singular que tuvieron las espías entre 1870 y la caída del telón de acero, así como sus representaciones cinematográficas, el nacimiento del mito del espía moderno durante la Guerra Fría (principalmente a través del personaje de James Bond), la evolución de la figura del agente secreto en relación con las transformaciones geopolíticas de la década de 1970 y, finalmente, la aparición de nuevas formas de espionaje encarnadas por los alertadores que solo obedecen a sus propios valores en un contexto de vigilancia generalizada.

La exposición hace un esfuerzo por incluir títulos de la cinematografía española del género como El Lobo, de Miguel Courtois, Mataharis, de Icíar Bollaín, y Estambul 65, de Antonio Isasi-Isasmendi, y un fragmento del documental Garbo, el espía, de Edmon Roch, entre otros, además de carteles españoles de filmes internacionales.

La exposición presenta un conjunto de 176 piezas que establecen un diálogo entre gadgets de cine, artefactos históricos, documentos de archivo y otros.© Fundación "la Caixa"
Espacio de la exposición dónde se muestran fotogramas de series de televisión de culto como «Homeland» y «Oficina de infiltrados».© Fundación "la Caixa"
Vigilancia y espionaje

El aspecto participativo y de mediación ocupa un lugar destacado en la muestra, reforzado por una museografía inmersiva: el visitante se implica en una investigación que abarca juegos de encriptado y diferentes paradas que quieren expandir noción de vigilancia y espionaje a la experiencia del espectador para que el espectador se convierta en espía y a la vez en un ser espiado.

De hecho, los títulos de cada ámbito expositivo están inscritos en la pared a través de un código que solo puede leerse cuando un foco de luz dorada pasa por encima. A través de preguntas y diferentes elementos, la muestra quiere convertirse en un espacio de reflexión y análisis de los temas y debates que presenta la exposición, así como busca convertirse en un espacio en el que el espectador “sea espiado” y en la que se simule la recogida de datos e imágenes de los visitantes, que se muestran al final.

Una visitante fotografía el espacio dedicado a la actriz Ingrid Bergman.© Fundación "la Caixa"
Top Secret: más allá de las salas de exposición

La exposición se complementa con un catálogo y un surtido de innovadoras actividades durante los meses en los que permanecerá la muestra en CaixaForum Zaragoza para que todos los públicos puedan acercarse al universo del espionaje desde distintas perspectivas.

El pistoletazo de salida será este jueves con un diálogo entre el comisario Matthieu Orléan y el periodista Pedro Zapater. Durante el mes de mayo tendrá lugar un ciclo de conferencias sobre la historia secreta del siglo XX, que arrancará el 7 de mayo con El laboratorio del espionaje: la Primera Guerra Mundial en el escenario español; el 14 de mayo llegará el turno del Espionaje antijaponés en China, Birmania y Tailandia en la Segunda Guerra Mundial; el 21 de mayo, una conferencia bajo el título la Incorporación de las mujeres al Servicio de Inteligencia Español: un gran reto profesional, y, finalizará el 28 de mayo con la charla El espionaje británico y Franco (1936-1945).

Además, se proyectará una retrospectiva de películas: Alarma en el expreso, de Alfred Hitchcock, el 2 de mayo; Garbo, el espía, de Edmon Roch, el 9 de mayo; La mujer del espía, de Kiyoshi Kurosawa, el 23 de mayo; Bajo el fuego, de Roger Spottiswoode, el 30 de mayo, y La vida de los otros, de Florian Henckel Von Donnersmarck, el 6 de junio. También en el marco de la exposición, el centro cultural acogerá talleres y espectáculos, conciertos y un escape room familiar, así como visitas guiadas para diferentes públicos y edades. La información ampliada puede consultarse a través de este enlace.

Recorrido de la exposición: el reflejo del espía

Un juego de espejos con siluetas que pertenecen a seis estereotipos del mundo del espionaje recibe al visitante, envolviéndolo ya en un universo de capas y ocultaciones. A continuación, a modo de gabinete de curiosidades elegante y misterioso, se muestran numerosos objetos originales en vitrinas, procedentes el ámbito del espionaje. En este espacio, se pueden ver desde una estación de reprografía usada por agentes de la KGB y del Departamento Central de Espionaje Ruso (GRU, en sus siglas en ruso), a minicámaras automáticas ocultas de la Guerra Fría. También un receptor automático usado por agentes de la CIA, monedas con compartimentos secretos para microfilmes de la KGB, tres falsos vinilos hechos con radiografías que permitían transmitir música y mensajes del Este al Oeste, hasta carteles de cine, cámaras y micros.

En este ámbito, se incluyen tres proyecciones con montajes audiovisuales que hacen patente que, en el ámbito del espionaje y los servicios de inteligencia, el cine constituye una herramienta de investigación esencial: la proyección de todo tipo de imágenes es un método generalizado en las reuniones con colaboradores, subalternos o superiores jerárquicos. Así, las películas de espías rebosan de sesiones de proyección, como La carta del Kremlin (John Huston, 1970), que abre este bucle de fragmentos. En Minority Report (Steven Spielberg, 2002), que lo cierra, el personaje interpretado por Tom Cruise maneja unas pantallas táctiles intangibles, ofreciéndonos así una reflexión sobre la omnipresencia de las imágenes en el mundo actual.

El espionaje tiene nombre de mujer: el mito de Mata Hari

El segundo ámbito de la exposición hace parada en las agentes secretas en la Primera y Segunda Guerra Mundial, teniendo en cuenta los inicios del espionaje moderno, que coinciden con las convulsiones históricas de finales del siglo XIX.

Greta Garbo en Mata Hari (1931), dirigida por George Fitzmaurice. Credit: M.G. M. /Album. Exposición coorganizada por La Cinémathèque française y la Fundació ”la Caixa”.
Greta Garbo en «Mata Hari» (1931), dirigida por George Fitzmaurice /Album. Exposición coorganizada por La Cinémathèque française y la Fundación ”la Caixa”.© M.G.M.

Durante la primera mitad del siglo XX, muchos de los filmes de espías están basados en hechos reales, y tiene como personaje principal a una mujer que es agente secreta clandestina. El arte de la seducción es fundamental en la concepción del espionaje de aquellos años, y el sexpionaje se convirtió en motor de multitud de narraciones cinematográficas, en su mayoría filmadas solo por hombres como femmes fatales. Por ejemplo, Mata Hari, condenada a muerte por realizar presuntamente labores de espionaje a favor del enemigo alemán durante la Primera Guerra Mundial, e interpretada en la gran pantalla por Greta Garbo, Jeanne Moreau, Sylvia Kristel o Vahina Giocante; Marlene Dietrich como agente X27 en Fatalidad, sobre la cual también se ha dicho que habría espiado a los nazis en la vida real. Otra actriz a destacar en esta sección, como inventora por su aportación a la tecnología del espionaje, es Hedy Lamarr quien, de hecho, inventó un sistema secreto de codificación de transmisores precursor del GPS y del Wifi.

Esta sección cuenta con cuatro fotografías de la famosa bailarina y cortesana neerlandesa, de la que se proyectan parte de sus álbumes personales digitalizados en una pequeña pantalla. También se incluyen polémicos carteles de propaganda del ejército británico donde instan a los hombres a desconfiar de las mujeres atractivas por sus posibles vinculaciones con el espionaje, y reserva un espacio a las figuras de cineastas como Alfred Hitchcock y Fritz Lang, quienes sentaron las bases del cine de espionaje con protagonistas mujeres, capaces de aunar intriga policíaca y amor. 

James Bond: el espía gentlemen más pop
Sue Lloyd con una pistola, fotograma de The Ipcress file,  de Sidney J. Furie, 1965. © ITV Archive / Shutterstock.
Sue Lloyd con una pistola, fotograma de The Ipcress file, de Sidney J. Furie, 1965© ITV Archive

El tercer ámbito evoca el mundo de la Guerra Fría, basado en la bipolaridad ideológica EEUU-URSS, y KGB y otros servicios secretos como el francés o el inglés MI6. Se trata de la época de los agentes dobles y de los tránsfugas, de los juegos con las identidades y las nacionalidades y, aunque en la realidad todo estaba mezclado, la exposición separa de forma clara, visual y gráfica: el Bloque del Oeste y el Bloque del Este. La primera de estas subsecciones está dedicada a los filmes de James Bond, a sus herederos y predecesores con numerosos fragmentos de películas, accesorios, trajes y fotografías, así como obras de arte desde la década de los 60 hasta nuestros días.

Sobre la saga de películas de James Bond, se exhiben desde un traje de esmoquin y zapatos llevados por Daniel Craig en Casino Royale, numerosos carteles originales, dibujos de Ken Adam para James Bond, el traje granate con cremalleras delantero que llevó Hale Berry en Muere otro día, el cocodrilo submarino en el que se ocultó James Bond (interpretado por Roger Moore) en Octopussy, así como un vestido y un collar de la personaje de ficción Vesper Lynd en las películas de Bond, en este caso interpretado por Eva Green.

En los montajes audiovisuales de la sección occidental, sobresalen proyecciones en las que se comparan secuencias de filmes de James Bond con películas de Alfred Hitchcock, padre indiscutible del género que sentó las bases en films como La muerte en los talones. Uno de los espacios de esta sección queda reservado a la gadgetología, palabra utilizada por el crítico británico Reyner Banham (The Great Gizmo, 1965) para definir la esencia del héroe y que recoge objetos multifuncionales, como unos zapatos negros de hombre con una hoja de acero oculta, una pipa con un proyectil de dardo, una pulsera con pistola de dardos, un traje reversible con abrigo-gabardina por un lado y traje de tweed por el otro, y otros inventos especiales para ocultarse o deshacerse del enemigo.

Los filmes más oscuros, en la Europa del Este
Simon Menner. Disfraz 1/19 de la serie Suverillance Complex, 2019. © Simon Menner and BStU.
Simon Menner. Disfraz 1/19 de la serie Suverillance Complex, 2019. 
© Simon Menner and BStU.

En la segunda subsección, dedicada al Bloque del Este, se impregna de los filmes más oscuros ambientados en la Europa del Este (principalmente Berlín y la RDA, territorio cinematográfico sobrerrepresentado), como El espía que surgió del frío o La vida de los otros. En este espacio, se muestra el uso que hacían los espías de la Alemania del Este de la cámara, la fotografía, el maquillaje, los postizos, a través de algunos ejemplos reales utilizados por miembros de la KGB y también a través de los archivos fotográficos recuperados por el artista Simon Menner, procedentes de la STASI. En ellos, se pueden ver espías inmersos en distintos looks y atuendos para fingir diversas identidades con diferentes elementos de atrezo. Estas imágenes se incluían en una formación que recibían los espías de los servicios de la STASI.

Desde los 70 hasta nuestros días: terrores y terrorismos

El cuarto ámbito, muestra una evolución del contexto geopolítico, desde los 70 hasta nuestros días, con un cine más ambiguo y también más comprometido. La acción de las películas se desplaza mayoritariamente de Europa a Oriente Medio (Argo, de Ben Affleck, La noche más oscura, de Kathryn Bigelow o Múnich, de Steven Spielberg) y Latinoamérica (Carlos, de Olivier Assayas), en un contexto en el que el terrorismo ha sustituido cualquier forma de ejército civil.

Los agentes secretos han cambiado (tanto mujeres como hombres), y también las puestas en escena que lo representan. La realidad más descarnada y sucia del espionaje se muestra en filmes exigentes, de larga duración, que optan por mostrar la duplicidad, márgenes de un mundo cínico en que reina el simulacro. El agente secreto ya no es un héroe unilateral. De hecho, este ámbito hace parada en los agentes turbios y espías torturados con Paul Greengrass (Jason Bourne), Olivier Assayas (La red avispa), Miguel Courtois (El Lobo) y Ridley Scott (Red de mentiras), entre otros. Algunos filmes pueden considerarse lo más parecido a una ópera macabra, mientras que otros son minimalistas y están interesados en mostrar una realidad sórdida y desmitificada.

El espía, a veces al borde de la implosión o de la locura, a veces, es perjudicado, traicionado por su propia jerarquía que al final le abandona. De hecho, series de televisión de culto como Homeland y Oficina de infiltrados presentan a agentes secretos maltratados. El ámbito también aborda el fenómeno de espías a la fuerza: entre la paranoia y el control mental a la gente le preocupa que la manipulen sin ser consciente de ello o el lavado de cerebro que han abordado películas como Ipcress, de Sidney Furie o El mensajero del miedo de John Frankenheimer. En esta sección se muestran numerosos fragmentos de películas y de series, accesorios, trajes y fotografías.

Todos podemos ser espías y todos somos espiados

Por último, la sección final aborda la actual era de la vigilancia, información e hipermediatización, en que el ciudadano espía muestra y denuncia. ¿Y si todo el mundo estuviera vigilado? De hecho, hoy en día, en estas primeras décadas del siglo XXI, todo el mundo parece ser espía: todo el mundo cuenta con las herramientas para espiar, recoger información, exponerla, denunciar, vigilar o tender una trampa a los sistemas de vigilancia del Estado. La práctica se ha generalizado y los que espían no son siempre identificables y reconocibles como tales. El nuevo espía ultracontemporáneo forma parte de una comunidad de perfil desdibujado, como lo demuestran los documentales Citizenfour, sobre el informático Edward Snowden, y XY Chelsea, sobre la analista militar transgénero Chelsea Manning. Estas mujeres, hombres, personas transgénero que espían tienen acceso a los secretos de defensa, pero no son espías de profesión. Su arma es revelar secretos sirviéndose de los medios como una cámara de eco gigante. Por primera vez en la historia del espionaje, el sistema general se pone en marcha y las propias agencias de información se ven sobrepasadas o en peligro por estos agentes secretos de una nueva época: los alertadores.

Espionaje e historia en CaixaForum+

Con motivo de esta exposición, CaixaForum+ -la plataforma digital gratuita para la divulgación de la ciencia y el arte- lanzó el largometraje documental Bombshell. The Hedy Lamarr Story (Alexandra Dean, 2017), que redescubre a la icónica estrella del Hollywood de los años cuarenta Hedy Lamarr, no solo como actriz, sino también como pionera inventora de la tecnología inalámbrica.

CaixaForum+ también ofrece la pieza de ballet en dos actos Mata Hari, una creación del coreógrafo Ted Brandsen con música de Tarik O'Regan y el Ballet Nacional de Holanda. El respetado coreógrafo cuenta en esta pieza de ballet la vida de la legendaria Margaretha Geertruida Zelle, la bailarina convertida en espía y conocida como Mata Hari.