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Talento sénior:
un beneficio para toda la sociedad
29.08.24
7 minutos de lecturaSegún datos del Instituto Nacional de Estadística, hoy en día una persona de 65 años puede esperar vivir 21 años más, dos décadas en las que, sin la jornada laboral y con las condiciones de vida actuales, se le abren más posibilidades a las que dedicar su tiempo. Sin embargo, ¿está preparada la sociedad para incluir a las personas mayores como un activo más que puede seguir contribuyendo al tejido social?
El perfil de las personas mayores ha cambiado mucho en los últimos años. El relevo generacional ha propiciado cambios sobre la realidad y la percepción de la población mayor. Los cuidados, las tareas domésticas e incluso la soledad siguen siendo factores importantes en la vida diaria de muchos mayores. Sin embargo, la llegada a la tercera edad de generaciones más formadas, con buena salud y con intereses socioculturales más desarrollados supone una evolución importante de su papel en la sociedad.
«Con el tiempo, nuestras capacidades cambian y, en los últimos años de nuestra vida, está documentado que elementos como la memoria pueden funcionar de forma menos eficiente. Sin embargo, si no hay ninguna patología, lo fundamental —nuestro talento, nuestra capacidad intelectual y de aprendizaje— continúa hasta el final». Feliciano Villar es catedrático de Psicología del Envejecimiento en el Departamento de Cognición, Desarrollo y Psicología de la Educación de la Universitat de Barcelona y conoce de cerca la realidad a la que se enfrentan hoy en día las personas de más de 65 años.
Según el experto, «somos sociedades envejecidas y, por tanto, uno de los mayores retos de las sociedades que nos autodenominamos desarrolladas es qué hacer con esos 20 o 30 años extra que hemos acumulado». Si tenemos en cuenta el aumento de la esperanza de vida y los datos de la sociedad española, está claro que «necesitamos fomentar que las personas mayores sigan activas y que sigan participando y contribuyendo a la vida familiar y comunitaria», apunta Villar; es decir, es necesario que estas generaciones puedan seguir desarrollando sus capacidades, intereses vitales y propósitos, y empezar a contemplar el talento y la creatividad como valores que también poseen y que no son exclusivos de las generaciones jóvenes.
Visibilizar la creatividad de las personas mayores
El programa de Personas Mayores de la Fundación ”la Caixa”, con más de 100 años de historia, es un claro ejemplo de este cambio de mirada social necesario hacia este colectivo. A través de las acciones y actividades que la Fundación impulsa, se promueve una vejez activa en la que, teniendo en cuenta la heterogeneidad actual de las personas mayores, se las apoya para que lleven a cabo un proyecto personal propio adaptado a sus intereses y para que disfruten de una vida plena y comprometida con su comunidad, además de dar visibilidad a su talento y promoverlo en la sociedad.
La capacidad creativa se cultiva con la práctica, con el interés constante, que hace descubrir nuevos enfoques y mantener la mente activa. Está comprobado que, además de desarrollar la imaginación, contribuye a mejorar la autoestima y la capacidad de comunicación y, por tanto, a mejorar las relaciones sociales. Es decir, potenciar y favorecer estas habilidades creativas aporta numerosos beneficios cognitivos y es una fuente inagotable de inspiración y oportunidades a lo largo del recorrido vital.
Como explica el psicólogo, el contexto de aprendizaje de las personas mayores es más reposado y diferente al de las personas más jóvenes: «La inteligencia de los mayores y su capacidad de aprendizaje no se rigen tanto por la urgencia de aprender muchas cosas en poco tiempo, sino que más bien se basan en interpretar de manera profunda los acontecimientos y en encontrar sentido a la vida».
En el programa de Personas Mayores de la Fundación ”la Caixa” se apuesta firmemente por promover estos valores creativos, y por esa razón se ha incorporado una serie de talleres orientados a fomentar la creatividad y la imaginación de las personas mayores. Esta línea se une a las ya existentes: «Mantenimiento y mejora de la salud física y prevención de la fragilidad», «Fomento del desarrollo personal», «Mejora de las competencias digitales» y «Participación social y comunitaria».
Concurso de Relatos: 16 años de historias llenas
de talento
Paralelamente a las novedades, una de las iniciativas creativas más consolidadas dentro del programa de Personas Mayores es el Concurso de Relatos Escritos por Personas Mayores que organiza la Fundación ”la Caixa” en colaboración con Radio Nacional de España. Se trata de un certamen participativo e ilusionante que da valor al talento sénior y, sobre todo, a la manera de ver el mundo a través de toda esa experiencia de vida acumulada. Además, desde los inicios, cuenta entre el jurado con dos escritores reconocidos como son Soledad Puértolas y Fernando Schwartz.
El relato ganador de la edición de 2023 fue La abuela, de Chelo Cameselle (Madrid), un texto que recoge las relaciones intergeneracionales en la familia a través de una historia llena de magia que habla sobre la importancia de la transmisión del cariño a las nuevas generaciones. La suya puede decirse que es una vocación de escritora tardía porque ha sido ahora —como les ha pasado a muchas mujeres de su edad— cuando ha podido explorar y desarrollar toda su capacidad creativa: «Yo escribía desde pequeña, pero nunca pensé que tuviera algún resultado o validez. Y mucho menos en aquella época».
Motivada por su profesora del taller de escritura, al que asiste regularmente en Pozuelo, presentó su texto al concurso. Ganar la edición de 2023 ha sido para Cameselle un aliciente más para reivindicar el talento de las personas de su edad: «Es importantísimo ahora más que nunca porque los 70 de ahora no son como los de antes, que parecía que estabas como amuermado o de retirada. Ahora estamos más activos y necesitamos espacios para compartir nuestras inquietudes e intereses». Esta posibilidad de encuentro con otras personas de su generación que le ofrecen los talleres supone una experiencia muy enriquecedora donde incluso aflora la inspiración literaria, como ella misma afirma: «La gente explica sus vivencias y yo me quedo con la boca abierta escuchando sus historias y la vida que han tenido. Daría para hacer cientos de relatos».
Lugares de encuentro y crecimiento personal
La importancia de estos espacios y lugares de encuentro para las personas mayores fuera del hogar y del ámbito familiar es fundamental porque contribuyen a su sociabilidad y potencian el desarrollo de sus habilidades creativas: «Es necesario proporcionarles oportunidades para que se sigan formando y espacios para que puedan seguir aplicando esos talentos que han adquirido a lo largo de toda una vida», asegura Villar.
En el programa de Personas Mayores de la Fundación ”la Caixa” es algo que tienen muy presente y que ponen en práctica en su amplia red de centros (actualmente, un total de 635 en toda España, entre los propios y los conveniados con distintas administraciones). En dichos centros se imparten talleres, cursos y actividades creados por expertos específicamente para personas mayores y que, teniendo en cuenta la heterogeneidad de este colectivo, pretenden responder a sus distintos intereses e inquietudes. No obstante, toda la programación parte de la misma premisa: facilitar que cada persona pueda llevar a cabo su proyecto personal, a la vez que se promueve su participación activa en la sociedad.
Iniciativas como estas, centradas en potenciar el talento sénior, contribuyen a la lucha contra el edadismo y el estereotipo tan generalizado de que las personas mayores ya no son útiles para la sociedad y que no pueden aportar lo que aporta una persona joven. Cultivar el bienestar de los mayores y alcanzar una vejez enriquecedora es una inversión de futuro para todas las generaciones, en palabras de Feliciano Villar: «Ojalá como sociedad podamos tomarnos este reto de manera seria y escapar de ideas de la vejez como pérdida, como personas que ya no son válidas o que son totalmente improductivas para la sociedad. Al revés, hemos de ver a las personas mayores no como una carga, sino como un recurso para toda la sociedad».