El ascensor social educativo: la brecha de ocupación entre jóvenes con formación superior y básica aumentó 8 puntos en 20 años
18.06.24
10 minutos de lecturaLa masificación de las titulaciones de enseñanza superior ha suscitado dudas en la opinión pública sobre el valor y las oportunidades que realmente generan entre los jóvenes, especialmente en el ámbito laboral. Pero el estudio La educación y sus efectos sobre las oportunidades de la juventud constata que la formación universitaria, así como la Formación Profesional Superior, son un ascensor social, con un impacto positivo en el acceso al mercado laboral de los jóvenes. Es una de las principales conclusiones de este informe incluido en el dosier Jóvenes, oportunidades y futuros, del Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa”.
En el estudio, liderado por Lígia Ferro, de la Universidade do Porto, y Pedro Abrantes, de la Universidade Aberta y el ISCTE - Instituto Universitário de Lisboa, se analiza la evolución educativa de los jóvenes españoles y el impacto que esta ha ejercido en sus oportunidades laborales entre 2001 y 2021 gracias a los datos comparativos de Eurostat y la OCDE. Entre sus conclusiones, los autores señalan que la brecha en la tasa de ocupación de los jóvenes españoles con un nivel de estudios básicos (primaria o ESO) y los titulados universitarios o con FP Superior aumentó 8 puntos en 20 años, siendo dicha tasa más elevada entre los estudiantes con formación superior.
En 2021, la tasa de ocupación de los jóvenes de entre 25 y 34 años con estudios superiores fue del 78,2 % frente al 59,2 % de la ocupación entre jóvenes con estudios de primaria o ESO, lo que indica una diferencia del 19 %. En 2001, la ocupación entre los jóvenes con formación superior fue del 75,7 %, y la de los jóvenes con estudios básicos, del 64,6 %, tal y como se puede comprobar en el siguiente gráfico:
Desde una perspectiva europea, entre 2001 y 2021 la brecha aumentó más de 6 puntos a favor de los jóvenes con estudios superiores. Mientras la tasa de ocupación de los jóvenes de entre 25 y 34 años con formación superior fue del 85,1 % en 2021, la empleabilidad de los jóvenes europeos con estudios de primaria o ESO fue del 56 %, lo que indica una diferencia del 29,1 %. En 2001, la tasa de ocupación de la población joven con estudios superiores se situaba en el 85,3 % y la de los jóvenes con un nivel educativo básico era del 62,6 %, lo que suponía una diferencia del 22,7 %.
«El nivel educativo de los jóvenes se ha vuelto un factor aún más decisivo para sus oportunidades en el mercado laboral. Esto ha sido una tendencia constante a lo largo de las últimas dos décadas que se sigue observando en la actualidad. Además, es una tendencia más fuerte entre las chicas. Es decir, la inequidad de género se ha ampliado para las jóvenes con bajos niveles educativos, pero casi desaparece entre las que tienen estudios universitarios», ha declarado el coautor del estudio e investigador de la Universidade Aberta y el ISCTE - Instituto Universitário de Lisboa, Pedro Abrantes.
El impacto de la formación secundaria
La comparativa durante el mismo periodo entre los jóvenes con educación superior y los que alcanzaron un nivel de educación secundaria superior (Bachillerato y Formación Profesional de grado medio) también arroja un aumento de la brecha de la tasa de ocupación en más de 6 puntos a favor de los universitarios.
Así, mientras la tasa de ocupación entre jóvenes con formación superior fue del 78,2 % en 2021, la de los jóvenes españoles con estudios de Bachillerato o FP de grado medio fue del 68,9 %. Retrocediendo a 2001, la tasa de ocupación entre jóvenes con formación superior era del 75,7 %, y del 72,9 % la de los jóvenes con educación secundaria superior. Los datos muestran que la brecha en la tasa de ocupación entre ambos niveles educativos aumentó un 6,5 % en 20 años. Y puntualiza Abrantes: «Entre los jóvenes con estudios de Bachillerato y con una FP, los segundos tienen tasas de ocupación más elevadas. En este caso, la brecha también aumentó durante la última década». La siguiente tabla recoge todos los datos analizados anteriormente:
«De todas formas, considerando los datos de 2022, la tendencia que observamos es que este escenario se mantiene. Eso sí, en comparación con 2021, en España hay una pequeña mejora de las tasas de ocupación, que es más fuerte entre los universitarios que entre los que tienen educación básica», ha puntualizado Abrantes.
Los autores han presentado las principales conclusiones de su estudio en un acto celebrado este martes en CaixaForum Madrid junto al director general adjunto de la Fundación ”la Caixa”, Juan Ramón Fuertes. La presentación también ha contado con la participación de los investigadores principales de los otros dos informes incluidos en el dosier Jóvenes, oportunidades y futuros del Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa”: Alejandro Godino, del Centre d’Estudis Sociològics sobre la Vida Quotidiana i el Treball (QUIT) de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), autor principal del informe ¿Las reformas laborales han reducido la temporalidad de los jóvenes?, y Joan M. Verd, del Centre d’Estudis Sociològics sobre la Vida Quotidiana i el Treball (QUIT) de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), coautor del estudio Las relaciones personales de los jóvenes con su entorno.
Polarización de los niveles educativos
Examinando con detalle la evolución de la formación de los jóvenes españoles entre 2011 y 2021, los autores han observado que la polarización de los niveles educativos de la juventud en España es superior a la media europea.
Hace 13 años, el 35 % de los jóvenes en España tenía estudios de educación básica, el 25 % contaba con un nivel de educación secundaria superior y el 40 % restante tenía estudios superiores. Ese mismo año, la media europea de jóvenes con estudios básicos era del 16 % frente al 48 % de jóvenes con estudios secundarios superior y al 36 % de jóvenes con formación universitaria o FO Superior.
En 2021, la tasa de jóvenes españoles que solo había cursado estudios básicos descendió al 28 %, mientras que el 24 % de los jóvenes contaba con estudios de educación secundaria superior, y el 49 %, con formación universitaria o FP Superior. Ese mismo año, la media de los jóvenes europeos con estudios básicos se situaba en el 12 %, el 42 % tenía formación secundaria superior, y el 46 %, universitaria o FP Superior, tal y como se puede observar en el siguiente gráfico:
«En España se han realizado progresos significativos. Sin embargo, un gran porcentaje de jóvenes abandona el sistema educativo sin obtener siquiera un título de nivel secundario posobligatorio, y esos jóvenes se encuentran hoy en situaciones de vulnerabilidad y riesgo de exclusión más acentuadas que en el pasado. Además, a la variable edad se unen otras como la clase social, el género o el origen territorial», ha destacado la coautora del informe e investigadora de la Universidade do Porto, Lígia Ferro.
El impacto de la reforma laboral en la temporalidad juvenil
El dosier Jóvenes, oportunidades y futuros del Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa” también incluye el estudio ¿Las reformas laborales han reducido la temporalidad de los jóvenes?, liderado por Alejandro Godino y Óscar Molina, del Centre d’Estudis Sociològics sobre la Vida Quotidiana i el Treball (QUIT) de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), y por Fátima Suleman, del Instituto Universitário de Lisboa (ISCTE-IUL), DINÂMIA’CET.
En este segundo informe, en el que se han obviado los datos de 2020 y 2021 dado el efecto de la crisis sanitaria, se concluye que ha habido una reducción de la temporalidad juvenil a partir de la reforma laboral realizada por el Gobierno de España en diciembre de 2021.
En concreto, la reducción de la temporalidad juvenil fue del 10,4 % en 2022, y del 21,2 % en el segundo trimestre de 2023, frente al mismo periodo de 2017, mientras que el desempleo se redujo alrededor del 9 % en ambos periodos y la tasa de actividad se mantuvo estable. (Nota: Dado que la reforma laboral no fue plenamente obligatoria hasta abril de 2022, los autores han centrado su análisis en el segundo trimestre de cada anualidad.)
«La temporalidad contractual ha bajado de forma notable en los jóvenes españoles a partir de la reforma laboral de 2021. Lejos de incentivar una ola de destrucción de empleo, esta limitación legal de la contratación temporal ha venido acompañada de un ciclo de creación y consolidación de puestos de trabajo. Esto contrasta con los resultados infructuosos de anteriores reformas para limitar la temporalidad en España (semejantes a la implementada en Portugal en 2023), que se focalizaban en medidas de incentivo a contratos indefinidos», ha declarado Alejandro Godino, coautor del estudio e investigador del Centre d’Estudis Sociològics sobre la Vida Quotidiana i el Treball (QUIT) de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).
Respecto a 2019, la reducción de la temporalidad en los jóvenes españoles fue de más del 8 % en un corto plazo después de la aprobación de la reforma y de casi el 19 % más de un año después de su implementación, porcentajes que prácticamente doblan a los observados en la población general.
Aun así, el porcentaje de personas con edades comprendidas entre los 25 y los 34 años que en España tenían contrato temporal en 2022 era del 30,5 %, frente a la media europea del 18,4 %, según datos de 2023 de Eurostat recogidos en el dosier.
«Desde la entrada en vigor de la reforma laboral se observa una reducción drástica de la brecha que existía en la temporalidad entre los jóvenes en España respecto a la media europea. Si en 2019 más de la mitad (55 %) de los empleados españoles menores de 30 trabajaban de forma temporal frente a un 36 % de los jóvenes europeos, ahora ambos grupos se sitúan en torno al mismo porcentaje (34,4 % en Europa y 36,2 % en España). La lectura de estos datos apunta a que la reforma ha servido para reducir el uso estructural de los contratos temporales en actividades y situaciones que no lo requieren, es decir, trabajos que no son estacionales o que se demandan de forma continua en la empresa», ha puntualizado el investigador.
Los españoles, los más sociables con sus familiares y amigos
Por último, el dosier del Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa” incluye un tercer estudio, Las relaciones personales de los jóvenes con su entorno, en el cual los investigadores comprueban en qué medida la sociabilidad de los jóvenes españoles de 18 a 34 años se asemeja a la del resto de la Unión Europea.
Los autores Joan M. Verd, Mireia Bolíbar y Joan Rodríguez-Soler, del Centre d’Estudis Sociològics sobre la Vida Quotidiana i el Treball (QUIT) de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), y Rita Gouveia, del Instituto de Ciências Sociais de la Universidad de Lisboa, tras analizar los datos de la Encuesta Social Europea en su décima oleada (2020-2022), han concluido que los jóvenes españoles son los que se sienten más próximos a sus progenitores (el 56,6 %), seguidos de los griegos (el 51,1 %) y los portugueses (el 49,5 %). La media europea se sitúa en el 37,9 %.
El tercer estudio incluido en el dosier también analiza el nivel de aislamiento social de los jóvenes, comparando la situación en España y Portugal con la media de la Unión Europea. Los datos muestran que el aislamiento social se da en mayor medida en jóvenes de origen extranjero, con mayor vulnerabilidad económica y en situación de desempleo, aunque en general este aislamiento es menor en España.
El Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa”
El Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa” es un espacio de análisis, debate y reflexión que estudia los cambios que se producen en la sociedad y divulga el conocimiento de las ciencias sociales para favorecer el enriquecimiento del debate público informado.