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27.06.25
7 minutos de lecturaLas personas que han superado adicciones afrontan barreras y discriminación para acceder a un empleo, algo clave para su integración social y para prevenir recaídas. Alma lo ha conseguido con la ayuda de Projecte Home Catalunya y el programa Incorpora de la Fundación ”la Caixa”.
Hace cuatro años, Alma tenía una adicción a la cocaína. Hubo quien llegó a decirle que nunca se recuperaría, que nunca volvería a trabajar, que nunca podría hacer una vida normal. Hoy, Alma (no es su nombre real, pero prefiere preservar su identidad) tiene un contrato indefinido en un trabajo con buen horario en la industria del metal. Lleva cuatro años sin consumir.
Su proceso de recuperación empezó en solitario. «En el primer centro ingresé sola. Mi familia no sabía nada. Se enteraron cuando yo ya me había ingresado», relata. «Fui al hospital psiquiátrico y dije: “Tengo un problema. Tengo una adicción y me quiero curar. ¿Me podéis ayudar?”. Y me quedé ingresada», continúa.
A partir de ahí pasó por varios centros en los que tuvo experiencias negativas: «Me sobremedicaban. Estaba en un estado más bien vegetativo: no hablaba apenas, había perdido la motricidad… En el tema de la adicción estaba mejor porque no me drogaba, pero en el tema personal estaba empeorando». Por eso decidió irse. Después, su familia, ya implicada en ayudarla, encontró Projecte Home Catalunya, donde ella entró pese a que inicialmente no quería. «Es lo mejor que he hecho en mi vida», valora ahora Alma.
Projecte Home Catalunya es una asociación que lleva más de 40 años ayudando a personas con problemas de adicciones y a sus familias. Las acompaña en su tratamiento y en la recuperación de sus vidas. Para alcanzarla es importante que encuentren un trabajo, algo que no suele ser fácil.
«Las personas que han superado algún tipo de adicción se encuentran con diferentes barreras en el momento de incorporarse al mercado laboral», indica Aïda Quesada, técnica de inserción laboral en Projecte Home Catalunya. «Sobre todo por el estigma social, la discriminación que hay por su historial, la falta de experiencia profesional reciente, la baja cualificación, la falta de formación específica… Y en muchos casos, aunque no en todos, los problemas de salud mental asociados», precisa. Añade «las dificultades en cuanto a las relaciones familiares y sociales, y la falta de referentes laborales positivos».
Para ayudar a superar esos obstáculos, la asociación apoya a las personas a las que atiende en su camino hacia esa inserción sociolaboral. No lo hace de manera aislada: forma parte del programa Incorpora de la Fundación ”la Caixa”, una iniciativa que actúa en red con más de 400 entidades para facilitar que las personas en riesgo de exclusión social accedan a un puesto de trabajo.
«Trabajamos mucho en sensibilizar a las empresas sobre la realidad de las personas con adicciones mostrando que la recuperación sí que es posible y que la inserción laboral es un paso clave en ese proceso», apunta Quesada. «Realizamos el acompañamiento tanto de la persona candidata como de la empresa durante todo el proceso de selección y adaptamos los perfiles a las necesidades reales del puesto. Les damos seguimiento y realizamos diferentes intervenciones», detalla.
En el caso de Alma, ella consiguió primero algunos contratos temporales a través del programa Incorpora. Después volvió a acudir al servicio y la siguieron ayudando. «Diseñamos su itinerario individualizado considerando sus expectativas e intereses, su formación y su experiencia. Tras identificar sus fortalezas y acompañarla en sus áreas de mejora, empezamos a buscar diferentes oportunidades», recuerda la técnica. El resultado fue muy positivo: «Hizo una entrevista para una empresa y le gustó tanto a la persona de recursos humanos que, aunque en principio era un contrato temporal, le acabaron ofreciendo un contrato indefinido».
Alma valora el apoyo que ha recibido de Projecte Home Catalunya e Incorpora en este proceso. «Me han acompañado en todo momento; también a hacer el papeleo con Hacienda o con la Seguridad Social, en cosas pendientes mías… Me han ayudado a poner los currículums al día y me han explicado cómo defenderme con las aplicaciones», enumera. Y ejemplifica: «Yo no sabía ni siquiera mandar un correo electrónico y ellos me abrieron una cuenta».
Para quienes han superado una adicción, conseguir un trabajo es mucho más que un empleo. «Les aporta estructura, sentido de la responsabilidad y autoestima. Favorece su autonomía, tanto económica como personal. Además, es un factor protector frente a las recaídas», explica la técnica de inserción laboral. Añade que «el hecho de estar trabajando contribuye a la reconstrucción de la identidad social y personal, mejora la salud mental y facilita la integración plena en la sociedad».
El 85 % de las personas atendidas por Projecte Home Catalunya son hombres, y el 15 %, mujeres. La media de edad es de 43 años. En el 45,5 % de los casos, las prestaciones sociales son su fuente de ingresos principal. Además, una de cada tres personas tiene algún problema de salud mental además de la adicción.
Para Aïda Quesada, el programa Incorpora «es fundamental como puente entre las personas atendidas y las empresas», puesto que «facilita la intermediación laboral, promueve la contratación inclusiva y aporta recursos, formación y acompañamiento tanto a los usuarios como a las empresas». «Además, nos forman a los profesionales para que tengamos las herramientas, la metodología y todo lo que necesitamos para hacer bien nuestro trabajo», valora.
A través del programa Incorpora, el año pasado se atendió a 1.118 personas que habían superado una adicción y 544 (48,6 %) consiguieron una inserción laboral. Eso fue posible gracias a 353 empresas contratantes y a la colaboración de entidades sociales como Projecte Home Catalunya, que contribuyó con 269 personas atendidas y un total de 119 inserciones.
La técnica destaca que el programa también es beneficioso para las compañías que acuden a él en busca de personal. «En una empresa, el tiempo es dinero. El hecho de que podamos hacer una preselección de los currículums e incluso ayudarlas con el proceso de selección les ahorra tiempo», señala. Afirma que «las empresas que participan valoran positivamente la colaboración y destacan sobre todo el acompañamiento y la adaptación de los perfiles a las necesidades que tienen». «La confianza se construye a través del trabajo en red de las diferentes entidades que formamos el programa Incorpora, la formación que se ofrece y el apoyo continuo, que es lo que permite a las empresas sentirse seguras y respaldadas en el proceso», agrega.
Las experiencias positivas de incorporación de una persona a un empleo sirven de ejemplo para otras. «Trabajar en el ámbito de las adicciones es una lucha contra el miedo y contra el prejuicio. Cada historia compartida, cada inserción laboral contribuye a romper el tabú y a construir una sociedad más justa e inclusiva», defiende Quesada.
Asegura que «el estigma continúa muy presente en la sociedad, y los prejuicios generan vergüenza, culpa y aislamiento, que son los principales obstáculos para que las personas pidan ayuda a tiempo». Por eso destaca la necesidad de «romper con esa percepción errónea de la sociedad sobre las personas con adicciones, porque se piensa que una persona que ha estado en tratamiento es menos competente cuando en realidad ha trabajado de manera intensa aspectos como la autonomía, la responsabilidad y la salud mental».
La historia de Alma es una de tantas que pueden contribuir a romper ese estigma. ¿Qué les diría ella a otras personas que están en una situación similar? «Que hay una vida después del infierno. Pero hay que querer salir de él». Explica que «lo primero es reconocer que tienes un problema, y lo segundo, buscar ayuda».
Alma también quiere transmitir a quienes viven con una adicción «que no tengan miedo». «Primero, que se pongan bien y que se curen. Y una vez estén curados, hay instituciones, como la Fundación ”la Caixa” a través de su programa Incorpora, que están a nuestra disposición para llegar al mercado laboral y alcanzar la estabilidad económica», les alienta.