Los profesionales médicos establecen que la única dosis segura de consumo de alcohol en el embarazo y la lactancia debe ser cero, ya que el alcohol puede incidir negativamente en el crecimiento del bebé, afectar a su neurodesarrollo y aumentar el riesgo de enfermedades en la edad adulta.
El estudio, realizado por BCNatal (Centro de Medicina Materno-fetal y Neonatal de Barcelona, del Hospital Sant Joan de Déu y el Hospital Clínic) e impulsado por ”la Caixa”, contrastó las manifestaciones de las embarazadas en los cuestionarios médicos con los resultados de los análisis de su cabello. Ello reflejó un consumo de alcohol en el 42 % de los embarazos.
Los autores del trabajo han constatado que muchas mujeres creen que ingerir pequeñas cantidades de alcohol -como una copa de vino a la semana, considerado consumo social- no es nocivo para el feto, o no perciben como alcohólicas bebidas que sí contienen niveles de alcohol nocivos para los recién nacidos.