Jean-Honoré Fragonard (1732-1806). Orígenes e influencias. De Rembrandt al siglo XXI

Barcelona

09.11.06

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El fuego de Rubens, la elegancia de Van Dyck, el claroscuro de Rembrandt... Jean-Honoré Fragonard emuló y se enriqueció del pasado, pero sin llegar a adulterarse. Más allá de los grandes maestros, su inmenso talento le permitió desarrollar un estilo delicado, de luces de nácar matizadas por sombras, con figuras perfiladas por un trazo de pincel vigoroso. Menospreciado a principios del siglo XIX e idolatrado más tarde hasta la saciedad, Fragonard es hoy un artista de gran valor plástico, que ocupa un lugar relevante en la historia de la pintura. Tan deslumbrante como misterioso a la vez, apenas es conocido por el público. Con motivo del bicentenario de su muerte, la Obra Social ”la Caixa” quiere contribuir a la difusión de su obra y romper los tópicos que lo convierten en pintor de corte a través de Jean-Honoré Fragonard. Orígenes e influencias. De Rembrandt al siglo XXI, exposición exhaustiva que reúne sus obras más conocidas y que plantea algunas de las cuestiones que han salido a la luz recientemente. La muestra, que se inaugura en CaixaForum Barcelona, reúne 120 obras, entre pinturas y dibujos, procedentes de Europa y Estados Unidos. Confronta las telas de Fragonard con obras de Rembrandt, Tiepolo, Fabritius y Ruisdael, entre otros, que fueron modelos a seguir, a fin de invitar a apreciar las afinidades. También permite al público acercarse a la posteridad artística de Fragonard con pinturas de su cuñada Marguerite Gérard y su hijo Alexandre-Evariste, así como de pintores del siglo XIX de la talla de Daumier y Monticelli. El broche lo ponen dos artistas contemporáneos, el nigeriano Yinka Shonibare y el británico Glenn Brown, cuyas obras demuestran que la huella del artista sigue dejando su impronta en los creadores de hoy.La exposición Jean-Honoré Fragonard (1732-1806). Orígenes e influencias. De Rembrandt al siglo XXI, comisariada por Jean Pierre Cuzin, se podrá visitar en CaixaForum (av. del Marquès de Comillas, 6-8, Barcelona), del 10 de noviembre de 2006 al 11 de febrero de 2007.Jean-Honoré Fragonard (1732-1806). Orígenes e influencias. De Rembrandt al siglo XXI es la primera exposición del artista que se lleva a cabo en España, y la más importante después de la gran retrospectiva que se presentó en 1987 en el Grand Palais (París) y en el Metropolitan Museum (Nueva York) La muestra reúne 120 obras de coleccionistas particulares e instituciones como el British Museum, el Museo del Louvre, la Tate Britain, la National Gallery de Londres, la National Gallery de Washington, el Museo del Ermitage, el Museu Nacional d'Art de Catalunya, el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, entre otras. La exposición no pretende solamente romper con los tópicos que hacen de Fragonard un pintor de corte, sino también plantear algunas cuestiones de fondo sobre la evolución del gusto y la reinterpretación de periodos de la historia de la pintura que, como el rococó, no han recibido la atención que merecen. La muestra presenta la obra de Fragonard junto a la de algunos de sus inspiradores (como Rembrandt, Carel Fabritius y Jacob van Ruisdael), el parentesco con el trabajo de sus contemporáneos (François Boucher, Alexis Grimou, Hubert Robert, Giovanni Battista Tiepolo, su cuñada Marguerite Gérard y su hijo Alexandre-Evariste) y la continuidad del «estilo Fragonard» (Honoré Daumier) hasta la actualidad (Glenn Brown y Yinka Shonibare). Junto a Watteau y Chardin, Jean-Honoré Fragonard es uno de los pintores franceses más populares del siglo XVIII, ligero y placentero, y el que mejor ilustró el placer de vivir y la libertad de costumbres del ancien régime, justo antes de la Revolución. Las últimas dos décadas de investigaciones han permitido conocer mejor la personalidad y el trabajo de Fragonard, que en vida estuvieron rodeados de incertidumbres. La falta de una cronología precisa de su obra y el hecho de que, a lo largo del siglo XIX, se le atribuyeran numerosas pinturas y dibujos, le han privado de ser reconocido como uno de los primeros artistas modernos. Tras la aparente irrelevancia de algunos de los temas que trató, Fragonard se distanció de los géneros, creyó en la libertad del artista y se revolvió contra las convenciones de la Academia. Adelantándose a su época, pintó directamente del natural. Incluso cuando abordó motivos religiosos, históricos y mitológicos, el tema fue un pretexto para poner en juego valores pictóricos. Su estancia en Roma le proporcionó un conocimiento profundo de la tradición artística. Fragonard forma parte de la generación de artistas que fueron contemporáneos de la creación de los museos y que entendieron el legado del pasado como un terreno de aprendizaje y experimentación. Fascinado por la obra de los grandes maestros del Renacimiento copió, hizo pastiches y reinterpretó los grandes temas clásicos desde una perspectiva que hoy resulta muy moderna.LOS APARTADOS DE LA EXPOSICIÓNLa Escuela de los Discípulos ProtegidosEntre 1752 y 1756, Fragonard estudia en la Escuela de los Discípulos Protegidos, reservada a artistas que habían obtenido el Gran Premio para perfeccionar su técnica y profundizar en su conocimiento de los textos antiguos que proporcionaban los temas de la pintura. Durante esos años pintó una serie de telas muy ambiciosas que evidencian la doble influencia de su primer maestro, Boucher, y del director de la Escuela, Carle Van Loo. También realizó buen número de pinturas decorativas de temas mitológicos o campestres, próximas al arte de Boucher, a quien durante mucho tiempo fueron atribuidas.En el palacio Mancini de RomaLa estancia en Roma, en el palacio Mancini, sede de la Académie de France, comporta un gran cambio en el arte de Fragonard. Después de un primer momento de desánimo, realiza toda clase de estudios y copias, tanto dibujos como pinturas, de obras del pasado. En contacto con la vida de las clases humildes romanas y con la naturaleza italiana, dibuja mucho, especialmente admirables estudios a la sanguina de parques y jardines. Su pintura se transformó, su pincelada se hizo más decidida y los efectos de sombra y luz, más contrastados.Realismo y alegría de vivirFragonard se muestra receptivo a múltiples influencias. Admira a flamencos y holandeses, los copia y estudia en detalle. El realismo y la fuerza del claroscuro de Rembrandt impregnan muchas de sus composiciones. La fuerza y la alegría de vivir de Rubens dejan su huella en esbozos y dibujos. Otra influencia es Ruisdael y sus paisajes, muy apreciados por los coleccionistas de París. Junto a los maestros del norte, los pintores decoradores de Roma, Nápoles y Venecia inspiran al Fragonard más libre y desenvuelto. Retratos y figuras de fantasíaFragonard pinta la figura humana. El Retrato del Abbé de Saint-Non, su mecenas, data de 1769 y, según una etiqueta antigua pegada al dorso, «fue pintado en una hora». A pesar de la premura, se trata de un retrato fiel. Algo anteriores, las Cabezas de ancianos se inspiran en Rembrandt y Tiepolo. Las figuras de fantasía, en cambio, siguen la obra de Rubens de la Galería Médicis: hombres y mujeres con vestidos de baile, a la española.El litigio con Bergeret de GrancourtEn octubre de 1773, el financiero y mecenas Bergeret de Grancourt invitó a Fragonard a un viaje de un año por Italia y Alemania. Formaban la comitiva Bergeret, su amante, su hijo y sus criados, Fragonard y su esposa Marie-Anne. Visitaron Génova, Roma, Nápoles, Venecia, Viena, Praga, Dresde, Frankfurt y Estrasburgo. Fragonard dibujó mucho, a la sanguina o a la aguada: paisajes, estudios de personajes, copias de los maestros. Algunas de esas obras, realizadas en Roma y en Nápoles, se cuentan entre sus más bellas creaciones. De nuevo en París, se desató un litigio para establecer el propietario de los dibujos. Después de un proceso, Bergeret, furioso, se vio obligado a pagar.Fragonard, pintor religiosoEn los años 1775-1780, Fragonard ha alcanzado la madurez y diversificado su arte. Pinta paneles murales como La fiesta en Saint-Cloud y alterna los estudios realistas con las composiciones religiosas. Encasillado como pintor frívolo y ligero, sorprende hallar en su producción obras como La educación de la Virgen, La visitación o La adoración de los pastores. Fragonard hace compatibles la tradición italiana (el Renacimiento florentino o romano, los venecianos del siglo XVIII) y la pintura del norte. La admiración por la obra de Rembrandt se hace notar en las tonalidades grises y doradas, en los efectos dramáticos o sutiles de claroscuro. Fragonard pinta con rapidez y libertad, o con el máximo cuidado, poniendo mucha atención en los acabados.Un final poco conocidoEl final de la carrera de Fragonard, a partir de 1780, es poco conocido y la cronología de sus pinturas y dibujos de esa época, muy discutida. Pinta telas de tema amoroso, de inspiración antigua, como El sacrificio de la rosa, en las que el efecto de sombra y luz tiene más importancia que la pincelada y el color. Fragonard es el autor de un nuevo estilo de cuadros de género, de ejecución fina y muy minuciosa, que se inspira en los pintores holandeses del siglo XVII (Ter Borch, Metsu y Pieter de Hooch). Para llevar a cabo tales cuadros contó con la colaboración de Marguerite Gérard, su cuñada y discípula, que se especializó en dicho género.El clan FragonardAlrededor de Fragonard se creó un clan de artistas. Su mujer Marie-Anne se especializó en los retratos en miniatura. Su cuñada y colaboradora Marguerite Gérard evolucionó hacia el realismo. Su hijo Alexandre-Évariste, que fue discípulo de David, parece menospreciar el estilo paterno, pero los efectos de sombra y luz de sus dibujos y pinturas de gusto trovador demuestran su influencia. En pleno romanticismo, la obra de su nieto Théophile aún se hará eco del arte del gran Fragonard. Después de décadas de olvido, a partir de 1830, los coleccionistas volverán a apreciar la obra de nuestro pintor. Hacia 1860–1870, pintores como Daumier o Monticelli valorarán la expresividad de su pincelada, la fuerza de su luz y el resplandor de su color.Fragonard en el siglo XXIA principios del siglo XXI, la obra de Fragonard sirve de inspiración a artistas contemporáneos como el nigeriano Yinka Shonibare o el británico Glenn Brown, que toman como punto de partida dos obras de la Wallace Collection de Londres. Brown manipula a Fragonard sin miramientos: altera los colores y presenta al personaje cabeza abajo, para poner en evidencia el horror que se esconde detrás de la belleza. Shonibare elige la famosa dama del columpio, la viste con trajes africanos y la decapita, para mostrar la brutalidad de la sociedad contemporánea.Más información: Web de la Obra Social ”la Caixa”