Con motivo de la apertura de su primera oficina en Varsovia, ”la Caixa” inaugura una exposición de su Colección de Arte Contemporáneo en la Zachęta National Gallery of Art

Barcelona

06.07.07

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Con motivo de la apertura de la primera oficina de ”la Caixa” en Varsovia, Juan María Nin, director general de ”la Caixa”, y José F. de Conrado, director ejecutivo de la Obra Social ”la Caixa”, inauguran en la Zacheta National Gallery of Art de Varsovia una muestra que exhibe una selección de los fondos de la Colección de Arte Contemporáneo Fundación ”la Caixa”. Esta Colección es un punto de referencia del arte mundial. Las obras museísticas de los artistas internacionales más importantes de los últimos treinta años figuran en sus fondos, formados por más de setecientas obras de pintura, escultura, fotografía, vídeo e instalación. Desde las primeras incorporaciones de obras del minimalismo, el arte povera, la pintura expresionista y la escultura de los años ochenta, la Colección ha reunido una magnífica representación de artistas fundamentales de los últimos quince años y ha apostado por creadores en el inicio de sus carreras. Esta labor ha exigido un riguroso seguimiento de la evolución estética contemporánea, necesario para que la Colección mantenga un espíritu abierto e innovador. La exposición Lugares específicos. Ideas habitables, comisariada por Mariano Navarro, reúne una veintena de piezas pertenecientes al arte minimalista o próximas a él, con obras de Absalon, Txomin Badiola, Daniel Buren, Tony Cragg, Katharina Fritsch, Luis Gordillo, Rodney Graham, Peter Halley, Joan Hernández Pijuan, Pello Irazu, Donald Judd, Robert Mangold, Agnes Martin, Allan McCollum, Gerhard Richter, Richard Serra, Ettore Spalletti, Haim Steinbach, Robert Therrien y James Turrell.

La Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona, ”la Caixa”, nació hace más de cien años con el objetivo de atender las necesidades de las personas en una doble dirección. Por un lado, dar respuesta a las demandas financieras de los ciudadanos y, por otro, contribuir a resolver las problemáticas sociales aportando una mejora de la vida colectiva. Un siglo después, este compromiso permanece vigente, y en los lugares en que la entidad desarrolla su actividad financiera, promueve a través de su Obra Social y Cultural iniciativas dirigidas a acercar las diferentes manifestaciones artísticas a todos los ciudadanos, fomentar el desarrollo del territorio y evitar la exclusión de los sectores más desfavorecidos de la población.

”la Caixa” es en la actualidad la tercera entidad financiera de España y la primera Caja de Ahorros de Europa. Cuenta con 12 millones de clientes y la red de sucursales bancarias más numerosa de España, formada por más de 5.200 oficinas. La Obra Social ”la Caixa” es la primera fundación privada de España, la tercera de Europa y la sexta del mundo por volumen de presupuesto.

A lo largo de 2007, ”la Caixa” destinará a su Obra Social 400 millones de euros con el fin de satisfacer las necesidades de la sociedad actual. Esta cifra supone un 25 % del beneficio recurrente generado en el ejercicio de la actividad financiera. Las familias en situación de pobreza, los jóvenes, los inmigrantes y las personas con problemas para acceder al mercado laboral son algunos de los colectivos beneficiarios de las iniciativas de la Obra Social ”la Caixa”. La protección del medio ambiente, el apoyo a la educación y la divulgación de la cultura y del conocimiento como instrumentos de crecimiento de las personas son otras de las líneas de trabajo impulsadas por la entidad financiera a través de su Obra Social.

En el terreno artístico, la Fundación ”la Caixa” goza de un reconocido prestigio internacional. La inauguración en la Zacheta National Gallery of Art (Varsovia) de la exposición Colección de Arte Contemporáneo Fundación ”la Caixa”. Lugares específicos. Ideas habitables no sólo representa una de las primeras muestras organizadas por la Obra Social ”la Caixa” fuera de España (recientemente se ha inaugurado una exposición en el Beijing Art Museum of Imperial City de China), sino que responde al objetivo de internacionalización de ”la Caixa” y, consecuentemente, de su Obra Social, y quiere suponer un primer paso dentro del compromiso de la entidad con la sociedad polaca.

La exposición Colección de Arte Contemporáneo Fundación ”la Caixa”. Lugares específicos. Ideas habitables se podrá visitar en la Zacheta National Gallery of Art de Varsovia desde el 6 de julio hasta el 2 de septiembre.

La Colección de Arte Contemporáneo Fundación ”la Caixa”

La Obra Social ”la Caixa” creó en 1985 la Colección de Arte Contemporáneo Fundación ”la Caixa”, y hasta hoy ha reunido un conjunto de obras clave del arte nacional e internacional de los últimos treinta años, que la han convertido en un referente en la escena artística del país y en un testimonio de la riqueza y la complejidad de la creación artística actual. Las más de setecientas obras que la integran, tanto de artistas plenamente reconocidos como de jóvenes creadores que plantean nuevas direcciones para el arte del futuro, no sólo recogen la memoria histórica del arte de las últimas décadas, sino que también ofrecen una amplia visión de las tendencias contemporáneas a partir de artistas clave. La Colección, consolidada como un proyecto abierto y sensible a las propuestas del arte, también se define por su interacción con el público, mediante exposiciones antológicas, selecciones temáticas y actividades varias. Con esta Colección, la Obra Social ”la Caixa” participa, con la cesión de sus obras, en numerosas exposiciones internacionales organizadas por los museos más prestigiosos del mundo.

Lugares específicos. Ideas habitables

La exposición en la Zacheta National Gallery of Art de una selección de los fondos de la Colección de Arte Contemporáneo Fundación ”la Caixa” reúne un conjunto de piezas pertenecientes al arte minimalista o próximas a él. Actualmente, la identificación del minimalismo como uno de los soportes principales de la contemporaneidad no viene dictada, como ocurrió en sus orígenes, ni por su condición de heredero de las tendencias constructivistas ni por su papel redefinitorio del objeto artístico, sino por su capacidad demostrada para estructurar y construir lugares específicos, espacios en los que desplegar ideas y experiencias heterogéneas, constituyentes y descriptivas de nuestro actual habitar en el mundo. Al proceso de despojamiento formal y, a la vez, de concreción y expansión dimensional que distingue al minimalismo, desde sus orígenes hasta sus derivas en el presente, sumamos aquí un fenómeno aparentemente inverso: la progresiva ocupación del espacio vacante por contenidos biográficos, sociales e incluso históricos.

Lugares específicos. Ideas habitables cumple con el primer principio rector de la Colección: no pretende ser una nómina de grandes nombres de la historia del arte contemporáneo, sino un diálogo de interconexión entre obras seleccionadas tanto por su relevancia individual como por sus posibilidades interlocutoras. La exposición refleja, asimismo, otro de los criterios fundamentales que la orientan: incluye a artistas ya reconocidos en los años sesenta y setenta, precedentes de los que realmente la constituyen (en este caso, Donald Judd o Richard Serra), pero representados por piezas de los años ochenta o noventa, es decir, contemporáneas al origen y al centro cronológico que la componen. Una excepción es Afrum Red, la mágica instalación de James Turrell que, fechada en 1967, cierra el recorrido de la muestra como una reivindicación del tiempo prolongado y propio de las formas del arte.

Las piezas se organizan en cuatro salas, individualizadas e independientes, cuyo único denominador común bien podría quedar definido por el vídeo de Absalon Proposition d'habitation (1991), colocado en el pequeño vestíbulo de entrada. Se trata de la propuesta de un espacio aparentemente aséptico y desnudo en el que realizar los actos de la vida corriente, para llenar así su vacío nuclear de un contenido paralelo igualmente vano.

La alusión a la casa y a lo doméstico está de algún modo presente también en la confluencia de piezas de Daniel Buren, Robert Therrien y Rodney Graham, antesala, a su vez, de la estancia con mayor dimensión ilusoria, la de James Turrell. Una vez más, la noción maestra de lugares como constructores de ideas.

Los dos espacios mayores contraponen la que podríamos considerar la línea indudable y severa del minimal y, en grado menor, pero conexo, del postminimal (sin duda dos de las tendencias más influyentes y determinantes de la escena del arte) a los ángulos y las tangentes que ese movimiento y la sensibilidad que lo sustenta han experimentado en distintas manos y diferentes lugares durante las dos o tres últimas décadas.

La voluntad de susurro o de silencio de las pinturas de Agnes Martin, Robert Ryman o Gerhard Richter acompaña a las incursiones de Joan Hernández Pijuan o Robert Mangold en el paisaje y la arquitectura, y también a la conciencia espacial y volumétrica de Richard Serra o del delicadísimo Ettore Spalletti. Al mismo tiempo, por su concurrencia, dialogan en la monocromía, en la dispersión de sus técnicas, en su preferencia por las grandes superficies elocuentes y en la certeza de que la pintura es significativa en su materialidad física y en sus propiedades intrínsecas. Por esas mismas propiedades, reivindican, todavía hoy, los componentes emocionales y espirituales del arte.

La especificidad exigida por Donald Judd, al que bien podemos considerar el principal de los padres fundadores y seguramente el teórico más destacado, contrasta con la multidisciplinariedad técnica y narrativa de los artistas más jóvenes de la exposición, si bien en su inmensa mayoría, como el propio Judd, se inclinan más por la escultura y los objetos tridimensionales que por la pintura. La muestra acoge a otros que sería impropio considerar minimalistas, como, por ejemplo, Luis Gordillo, y que, sin embargo, se han servido de la frialdad formativa del minimalismo en su figuración exploratoria de lo mental y lo psicológico.

Comparten un impulso conceptual semejante al de sus mayores, pero difieren en los argumentos y la puesta en escena. Aquí transitamos desde la ironía y el sarcasmo hasta la desolada conclusión de que lo inalcanzable, sean mejores o peores nuestras formas, es la comunicación entre personas. En cierto modo, se manifiestan y aparecen gran parte de los motivos y características compartidos por muchos artistas actuales, sean cuales sean sus modos de abordarlos y llevarlos a término.

Los objetos y los modos de la sociedad de consumo están presentes, con enunciados distintos, en Allan McCollum, Peter Halley, Haim Steinbach y Katharina Fritsch. La confusión o, mejor dicho, la ambigüedad del objeto artístico contemporáneo, se refleja en los citados y también en Txomin Badiola, Pello Irazu y Tony Cragg: algunos de ellos -al igual que Therrien o Graham- se sirven de muebles, libros y objetos que forman parte de las cosas no artísticas del mundo. El cuestionamiento de la autoría parece compartido tanto por Judd como por Steinbach y McCollum, así como el simulacro o la parodia intervienen en las obras de los dos últimos y de Graham, entre otros. Los ingredientes autobiográficos comparecen en las piezas de Fritsch, Badiola y Gordillo, del mismo modo que la reflexión social y política alimenta los cuadros de Halley y las instalaciones de Badiola, o el pensamiento religioso la de Fritsch.