El Espai Montcada de CaixaForum presenta, por primera vez en España, las esculturas de David Altmejd
22.06.07
3 minutos de lecturaLa carrera artística de David Altmejd (Montreal, Canadá, 1974) empezó hace diez años. Después de terminar biología en la McGill University, estudió arte en la École des arts visuels et médiatiques de la Université du Québec, en Montreal, y en la Columbia University (Nueva York). El artista vive actualmente entre Nueva York y Londres. Su obra se ha mostrado en exposiciones individuales o colectivas en Canadá, Estados Unidos y Europa. Ha participado en la Bienal de Estambul (2003) y en la del Witney (2004). Este año representa a Canadá en la Bienal de Venecia.
David Altmejd. Esculturas en el Espai Montcada de CaixaForum es la primera exposición individual del artista canadiense en España. La muestra reúne tres esculturas: The Outside, the Inside and the Praying Mantis (El exterior, el interior y la mantis religiosa), de 2005, hecha con pelo y flores artificiales, rocas y minerales, huevos de codorniz, purpurina, cadenas, bisutería, alambre, cola de pegar, plexiglás, vidrio de espejo, resina, escayola, pintura y madera; Man 1 (Hombre 1), de 2007, hecha con un periquito disecado, pantalones de piel, chaqueta, camisa de algodón, corbata, ojos de cristal, escayola, madera, resina y fibra de vidrio; y Untitled (Sin título), de 2005, hecha con plexiglás, cadenas doradas y cola de pegar.
«Si sacas de contexto un objeto real (como una roca, por ejemplo) y lo colocas junto a un objeto irreal (un hombre lobo, por ejemplo) suceden muchas cosas. La roca cobra una nueva dimensión, ya que entra a formar parte de un marco ficticio. Asimismo, el hombre lobo adquiere tintes reales, pues la roca actúa como puente entre el mundo real y el objeto de fantasía. Me gusta como interactúan ambos mundos», explica Altmejd. Precisamente, la escultura Man 1 (Hombre 1), que se exhibe en el Espai Montcada, presenta un hombre pájaro donde hay tanto de real como de irreal. Altmejd siempre quiso incorporar el cuerpo humano en su trabajo. «Pero pensé que estaba demasiado presente en el arte contemporáneo: Kiki Smith, Louise Bourgeois, Robert Gober.» Así que decidió utilizar como alternativa sus hombres animal, pues no sólo dotan a la obra de energía, sino que incorporan la idea de transformación.
El artista utilizó por vez primera un espejo en una obra que consistía en un hombre lobo escondido en una caja en forma de L. El espejo permitía al espectador descubrir a este hombre lobo en el interior; funcionaba como una especie de periscopio. En un principio, Altmejd se sintió atraído por la idea de que los espejos pueden transformar el espacio. Al incorporarlos en sus obras, también ha observado hasta qué punto pueden fragmentar las obras visualmente, así como generar un efecto «glamouroso». La obra The Outside, the Inside and the Praying Mantis (El exterior, el interior y la mantis religiosa), presente en el Espai Montcada, incorpora vidrio de espejo.
Finalmente, Untitled (Sin título), la tercera obra que se muestra en el Espai Montcada de CaixaForum, constituye un dibujo espacial trazado con cadenas de bisutería. En los últimos años, Altmejd ha incorporado las cadenas en su obra, pues funcionan como un sistema nervioso que ayuda a conectar diferentes elementos de una pieza. «En Untitled (Sin título), la cadena ha sido aislada hasta convertirse totalmente en una pieza autónoma. Es como si todo se hubiera desintegrado, y lo único que queda es el sistema nervioso flotando en el espacio», explica el artista.