Una visitante admira una de las obras de la exposición «Zuloaga/Anglada-Camarasa» en CaixaForum Palma.
Una visitante admira una de las obras de la exposición Zuloaga/Anglada-Camarasa en CaixaForum Palma.© Fundación "la Caixa" - Jaume Gual

CaixaForum Palma acoge un diálogo artístico inédito entre Zuloaga y Anglada-Camarasa

Palma

03.06.25

10 minutos de lectura

CaixaForum Palma estrena la exposición Zuloaga / Anglada-Camarasa. Dos visiones de la modernidad, un diálogo inédito entre estos dos grandes artistas, unidos por una profunda amistad y con visiones complementarias sobre el proceso creativo, el amor y el mundo del arte.  Además, cuenta con un espacio de mediación complementario para ahondar en el contenido.

La directora de CaixaForum Palma, Margarita Pérez-Villegas, y la comisaria y directora de la Fundación Zuloaga, Margarita Ruyra de Andrade, han presentado este martes la exposición Zuloaga / Anglada-Camarasa. Dos visiones de la modernidad, un recorrido inédito por el arte, la vida y la amistad dedos de los pintores más importantes y representativos del modernismo.

Dentro de su programación, la Fundación ”la Caixa” presta especial atención al arte de los siglos XIX-XX con el objetivo de promover y divulgar el conocimiento sobre una época clave para entender la sensibilidad contemporánea. En esta ocasión, el espacio permanente dedicado a Anglada-Camarasa se transforma y amplía para acoger un diálogo inédito entre dos grandes artistas exponentes de la modernidad a través de un total de 26 obras de arte, 13 de cada uno, además de una decena de cartas, fotografías y otros elementos.

La directora de CaixaForum Palma, Margarita Pérez-Villegas, y la comisaria y directora de la Fundación Zuloaga, Margarita Ruyra de Andrade.
La directora de CaixaForum Palma, Margarita Pérez-Villegas, y la comisaria y directora de la Fundación Zuloaga, Margarita Ruyra de Andrade.© Fundación "la Caixa" - Jaume Gual

La exposición profundiza en la amistad que el vasco Ignacio Zuloaga (1870-1945) y el catalán Hermen Anglada-Camarasa (1871-1959) se profesaron a través de su obra y su correspondencia cruzada tras conocerse en la Exposición Universal de París de 1900, en la que ambos exhibían su obra. Construyeron su amistad a partir de encuentros y cartas, y es en ellas donde intercambiaban opiniones, consultas y consejos sobre cuestiones sentimentales, profesionales y artísticas.

Esta documentación nos ayuda ahora a entender mejor su obra y sus visiones complementarias sobre sus procesos creativos, el amor y el mundo del arte. Este recorrido permite acercarse a obras de Zuloaga y de Anglada-Camarasa, y con ellas, a las similitudes y diferencias entre ambos pintores. 

Ignacio Zuloaga y Hermen Anglada-Camarasa con amigos en el Homenaje a la Asociación de Vascos, celebrado en el Casino de Artxanda, el 2 de octubre de 1919.
Ignacio Zuloaga y Hermen Anglada-Camarasa con amigos en el Homenaje a la Asociación de Vascos, celebrado en el Casino de Artxanda, el 2 de octubre de 1919.© Archivo Fototeca Fundación Zuloaga


Gitanas, majas y paisajes

Ambos recrearon en sus cuadros los temas que tan bien se vendían en el París de la época, como gitanas, majas y paisajes, y tuvieron una fuerte influencia del impresionismo y el posimpresionismo. Y también son evidentes las diferencias entre sus lenguajes artísticos y enfoques: mientras Anglada-Camarasa tendía hacia un estilo más luminoso, decorativo y orientalista, Zuloaga se inclinaba hacia un estilo más sombrío, realista y detallado.

Tanto Zuloaga como Anglada-Camarasa fueron de los artistas europeos de mayor éxito hasta la Primera Guerra Mundial y también de los más polémicos en su propio país. A causa de su exclusión del pabellón español en la Exposición Universal de París de 1900, ambos se negaron a participar en eventos oficiales, por lo que fueron acusados de antipatriotas. Los dos se mantuvieron siempre fieles a sus personalísimos estilos, opuestos al academicismo y a la pintura amable que prevalecía entre los artistas residentes en Madrid, que controlaban los encargos y los premios institucionales.

Visitantes observando el «Retrato de Marianne Willumsen» de Hermen Anglada-Camarasa en CaixaForum Palma.
Dos visitantes observan el Retrato de Marianne Willumsen de Hermen Anglada-Camarasa.© Fundación "la Caixa" - Jaume Gual
Una visitante entre retratos en la exposición «Zuloaga/Anglada-Camarasa» en CaixaForum Palma.
Una mujer entre retratos en la exposición Zuloaga/Anglada-Camarasa en CaixaForum Palma.© Fundación "la Caixa" - Jaume Gual
Imagen de la rueda de prensa de la exposición «Zuloaga/Anglada-Camarasa» en CaixaForum Palma.
Imagen de la rueda de prensa de la exposición Zuloaga/Anglada-Camarasa en CaixaForum Palma.© Fundación "la Caixa" - Jaume Gual

Zuloaga: gran maestro de la «escuela española de pintura»

Considerado en París como el último gran maestro de la «escuela española de pintura», Zuloaga desarrolló un estilo propio en el que mezcló los referentes hispanos con características de sus amigos posimpresionistas franceses: el contraste entre la figura y el fondo, una composición descentrada, el enaltecimiento de los marginados y los paisajes metafóricos e impactantes fueron algunas de las constantes de su obra.

Anglada-Camarasa creó una estética original y muy personal basada en una pincelada libre y atrevida. Su manera de representar la vida nocturna parisina, la fluidez de sus composiciones y el novedoso uso de la mancha y del color, que envuelven a sus personajes en una atmósfera sugerente y dinámica, lo llevaron a la fama en la primera década del siglo XX.

Sus diferencias estilísticas y el hecho de que se movieran por territorios y ambientes intelectuales diferentes no impidieron que mantuviesen una íntima amistad de por vida que quedó plasmada en una correspondencia llena de complicidades y respeto mutuo, como se constata en la muestra. 

Retrato de Hermen Anglada-Camarasa en 1930.
Retrato de Hermen Anglada-Camarasa en 1930.© Colección de la familia Anglada-Camarasa

Inmersión en el universo de los dos artistas

La exposición, que empieza con dos fotos en las que se puede ver a los artistas y una presentación de los dos, incluye una decena de cartas dirigidas por Anglada-Camarasa a Zuloaga en las que se puede apreciar cómo intercambiaban opiniones, consejos y consultas sobre cuestiones sentimentales, profesionales y artísticas.

La exposición, que cuenta con un recorrido lineal y una puesta en escena sobria y elegante, está organizada a través de parejas de obras de cada uno de los artistas que evidencian las similitudes y los contrastes estilísticos y formales entre ambos pintores. Una de las parejas de obras más representativas, que conforman la imagen de la exposición, es la de los retratos de dos majas vestidas tumbadas en un sofá, en los cuales se aprecian grandes similitudes sobre el retrato de dos mujeres relajadas frente a los rígidos retratos posados de la época. Entre el Retrato de Marianne Willumsen, de Anglada-Camarasa, y el de Madame Sauty echada, de Zuloaga, se aprecian diferencias formales también en la paleta de color, el estilo, la luminosidad y la tradición. 

Hermen Anglada Camarasa, «Retrato de Marianne Willumsen». 1911. Óleo sobre tabla.
Hermen Anglada Camarasa, Retrato de Marianne Willumsen. 1911. Óleo sobre tabla.© Colección Anglada-Camarasa Fundación “la Caixa”
«Madame Souty echada», Ignacio Zuloaga Zabaleta. 1915. Óleo sobre lienzo.
Madame Souty echada, Ignacio Zuloaga Zabaleta. 1915. Óleo sobre lienzo.© Zuloaga, VEGAP, Islas Baleares, 2025

En la muestra también se contraponen obras de paisaje, como por ejemplo las pinturas Después de la tempestad, de Anglada-Camarasa, y Paisaje aragonés, de Zuloaga. En ellas se pueden apreciar enfoques diferentes: así como el pintor catalán pintaba al aire libre con tonos cálidos, Zuloaga lo hacía en la soledad de su estudio y apostaba por tonos más oscuros y cielos más tormentosos.

También sucede con retratos de dos mujeres gitanas que se pueden ver en la exposición. Dentro del gusto orientalista tan en boga en aquella época, las gitanas –vinculadas al mito de Carmen– se convirtieron en un icono artístico internacional asociado a «lo español». Sin embargo, tanto Anglada-Camarasa como Zuloaga se diferenciaron de otros artistas al alejarse de los tópicos y resaltar su dignidad. 

Hermen Anglada Camarasa «Entre las rosas». 1907. Óleo sobre tabla.
Hermen Anglada Camarasa Entre las rosas. 1907. Óleo sobre tabla.© Colección Anglada-Camarasa Fundación “la Caixa”

La gitana de los ojos azules que protagoniza este cuadro de juventud del pintor vasco –lo pintó con 23 o 24 años, durante el tiempo en que convivió con gitanos sevillanos– se presenta con una pincelada que sintetiza sus elementos principales en un estilo afrancesado. En el óleo del pintor catalán, la importancia que adquiere el fondo vegetal natural que acoge la figura supone una novedad en su obra, en la que nunca antes este tipo de entorno había acompañado a un retrato. Una importancia que queda recogida en el título, Entre las rosas, subraya el característico decorativismo del pintor. Resulta significativo que, a pesar de haberlo pintado en un periodo de máxima plenitud, Anglada-Camarasa lo retocara años después.

Cada emparejamiento permite efectuar este recorrido explorando diferentes temas, como por ejemplo la representación de figuras propias de la iconografía española. El folclore se convirtió en uno de los temas favoritos de ambos artistas.

Otro de los temas que explora la muestra es el acercamiento al dibujo de los dos artistas a través de unos dibujos preparatorios de óleos. Si bien Hermen Anglada-Camarasa fue acusado de no saber dibujar por el predominio de la mancha en su pintura, en esta exposición se puede ver un estudio previo, herramienta de trabajo que realizó el artista, que demuestra el carácter infundado de la citada crítica. Por otro lado, Ignacio Zuloaga fue sometido por su padre al intenso ejercicio del dibujo, obsesión propia de una familia dedicada al damasquinado, trabajo de artesanía que consiste en la realización de figuras y dibujos mediante la incrustación de hilos y láminas de oro y plata. El artista eibarrés incluso realizó grandes dibujos a modo de obras finales que expuso dándoles el mismo rango que a sus óleos. 

La muestra hace parada también en la intelectualidad de los dos artistas. Ambos frecuentaron a intelectuales, artistas e intérpretes hispanos tanto en sus domicilios de París como en las visitas que realizaban a Barcelona y Madrid. De Anglada-Camarasa se puede ver el retrato de un violinista y profesor de música llamado Francesc Costa, mientras que de Zuloaga se muestra un retrato del escritor José Martínez Ruiz, más conocido por su pseudónimo, Azorín. El dibujo de Azorín fue una obra preparatoria del gran retrato que Zuloaga le regaló como respuesta al libro Pensando en España, que el escritor le había dedicado y en el que reconocía que un artista puede crear su propia realidad. Zuloaga cerró así la herida provocada por las críticas de antipatriota que Azorín le había dirigido años atrás. Sus artículos sobre Anglada-Camarasa tampoco fueron favorables para el pintor catalán, ya que consideraba su pintura demasiado novedosa y temía que esa ruptura con la tradición se consolidara como tendencia. Sin embargo, Azorín fue una de las personalidades que solicitaron por escrito una exposición de Anglada-Camarasa en Madrid. 

Aproximaciones distintas en la composición

Otro de los aspectos que explora la muestra es la composición artística. En un retrato en que Anglada-Camarasa representa a una mujer, el centro de atención es su cabello revuelto, que ocupa la mitad de la tela y enmarca la mirada entre sorprendida e impotente de la retratada. En contraposición, de Zuloaga se exhibe un retrato de la modelo francesa Lolita Penaud, a quien el artista presenta en actitud majestuosa. Aquí, el protagonismo lo adquiere la preciosista combinación de símbolos hispanos –la peineta, la mantilla de encaje y el abanico–, que también dominan en una parte significativa del lienzo.

La temática taurina, muy de moda entre coleccionistas y artistas, protagoniza otra de las parejas artísticas de la exposición. En el óleo del torero de Anglada-Camarasa prevalece la finalidad estética, de modo que emplea los colores cálidos y brillantes que tanto le gustan. En cambio, el objetivo de Zuloaga es resaltar el carácter de cada retratado, en este caso Antonio Sánchez, un antiguo matador y pintor aficionado (tras él se puede apreciar un gran lienzo). 

Ignacio Zuloaga, «Florero», 1943. Óleo sobre tela.
Ignacio Zuloaga, Florero, 1943. Óleo sobre tela.© Zuloaga, VEGAP, Islas Baleares, 2025

El pintor vasco realizó la última exposición de su vida en la célebre taberna de Sánchez, donde se mostraron los cuadros de los dos pintores de igual a igual. Pero la relación de ambos con el mundo del toreo fue más allá de la representación pictórica. De joven, Zuloaga trató de ser torero profesional y como tal figura en El Cossío, la enciclopedia taurina. Por su parte, Anglada-Camarasa conservaba trajes de torero que, como el del retrato, habían pertenecido a un sobrino que hizo una breve incursión en ese mundo.

Las flores es otro de los motivos que se suceden en este diálogo artístico. Como demuestra la exposición El jardín de Anglada-Camarasa, que se pudo visitar hasta el pasado mes de abril en CaixaForum Palma, las flores acompañarían siempre al artista catalán, que las incorporó en numerosas ocasiones a sus obras. A menudo formaron parte de sus composiciones decorativistas, acompañando el aspecto radiante de sus retratadas. 

También convirtió las flores en motivo único de sus obras representándolas en bodegones florales con gran sentido decorativo, como en el caso de unas anémonas, o directamente del natural. Por el contrario, en la obra de Zuloaga, las flores aparecen en raras ocasiones, en la mano de la modelo o en algún florero. Sus escasísimos bodegones fueron un divertimento propio de su vejez. Ni siquiera firmó el que se expone en la muestra.

 Está ejecutado con rapidez y destaca la cantidad de pintura empleada en los pétalos de unas flores que son mucho mayores que el vaso que las contiene. Esta obra fue regalada por la esposa de Zuloaga a una amiga que la ayudó a cuidar de unas familias judías llegadas a Barcelona huyendo de los nazis. 

Última actualización: 03 junio 2025 | 15:32