La escultura en los templos indios. El arte de la devoción
27.07.07
19 minutos de lecturaEn nuestro país, son pocas las ocasiones en que se puede contemplar el arte del Oriente Antiguo. Por esta razón, Obra Social ”la Caixa” ha organizado exposiciones dedicadas al arte budista, a los lamas del Tíbet y a Confucio, así como a la influencia de estas filosofías en la creación artística. Se trata de exposiciones que muestran la belleza y la singularidad de las obras maestras del arte oriental en el contexto de la espiritualidad de los pueblos que las han creado, combinando la voluntad de descubrimiento con un espíritu didáctico. Más allá de su carácter histórico y retrospectivo, revelan la diversidad cultural para ayudarnos a comprender mejor el mundo que nos rodea.
La escultura en los templos indios. El arte de la devoción participa de este espíritu. Los artistas del subcontinente indio llevan más de dos mil años esculpiendo imágenes de sus dioses. Esta exposición está dedicada a la producción artística derivada de su actividad: imágenes hindúes, budistas y jainistas de piedra, arcilla, metal y madera. Las más antiguas datan de los últimos siglos antes del inicio de nuestra era, pero el grueso de las piezas se centra en los siglos VI al XVI, etapa que estuvo marcada por una actividad frenética sin precedentes en la construcción de templos monumentales en la India y que podemos denominar, a grandes rasgos, el "período medieval". La muestra está estructurada en una introducción y siete ámbitos.
Introducción
En la India antigua, el arte de la escultura estaba vinculado directamente a la esfera de lo sagrado. Su existencia como forma artística evolucionó desde una antigua tradición de realización de imágenes exentas, ligada a la veneración de espíritus de la naturaleza, hasta adoptar encarnaciones complejas y diversas que reflejaban las distintas creencias que se pretendía proclamar: el hinduismo, el jainismo y el budismo. Así fue surgiendo un panteón de deidades complejo y cada vez más poblado que se concibió como visualización de las distintas facetas de la naturaleza divina. El monoteísmo, la amplia diversidad, las manifestaciones y las personificaciones son los temas constantes del pensamiento religioso indio y de su expresión más tangible: el arte escultural del templo.
Con todo ello llegó la codificación de la representación de las deidades, la definición de sus formas iconográficas y del estado emocional que debía encarnar cada imagen. En el estudio de las artes pictóricas y escultóricas indias se ha hecho especial hincapié en el conocimiento y la técnica que debía tener el artista para captar la esencia emocional de un momento. En la teoría estética india, esa cualidad se define como "placer estético" y se denomina rasa. El gozo estético se asoció a formas iconográficas complejas, generando una de las tradiciones escultóricas más ricas y variadas que se conocen.
Conocer a los dioses
La primera impresión que invade a quien visita la India es el modo en que la actividad religiosa domina todos los aspectos de la vida cotidiana. La integración de la devoción en la existencia diaria es prácticamente perfecta. La segunda impresión es la magnitud de esa actividad y el despliegue desconcertante de deidades que pueblan el paisaje religioso.
En el arte religioso primitivo de la India, anterior en muchos siglos a nuestra era, se representa la victoria de los antiguos dioses védicos y las teologías liberadoras del budismo y el jainismo frente a los cultos a los espíritus de la naturaleza, de carácter local, que en muchos casos sobrevivieron como sirvientes de los nuevos dioses. En esta sala se exhiben esas nuevas e impactantes expresiones de la divinidad, cuya forma física y cuya iconografía se formularon durante ese período.
Actualmente, la realidad cotidiana del hinduismo es, para el creyente, un mundo habitado por un vasto (de hecho, innumerable) grupo de dioses, semidioses, santos y ascetas, que conviven con las deidades de los cultos autóctonos y los héroes deificados. Presiden ese dilatado plantel divino tres dioses supremos. Los tres pueden adoptar formas benignas o temibles según los casos, a través de sus numerosas manifestaciones y apariciones:
· Shiva, la encarnación de la energía creativa y de sus semillas de destrucción.
· Vishnú, cuya función es proteger al universo de las fuerzas de la desintegración y de forma periódica restaurar el orden.
· Devi, la personificación del poder femenino.
El arte de contemplar al dios
Conforma el núcleo del templo indio el santuario que acoge la imagen del dios. Se conoce como el garbhagriha, literalmente la "cámara matriz", y es el eje espiritual del recinto. En él está instalada la imagen de culto (pratima), la escultura que actúa como epicentro de la adoración y es el objeto de la atención de los fieles. No se trata de un lugar destinado a la reunión de la congregación, sino el espacio privado en el que reside el dios y donde los sacerdotes del templo atienden sus oficios diarios. La mayoría de los devotos no cruzan nunca el umbral de esta morada de la divinidad, aunque sí se les permite, en horas determinadas, verla desde el umbral abierto.
Contemplar a los dioses comporta un significado ritual que va más allá de la simple visión de las imágenes: para los creyentes, representa un acto de comunión con el dios que han elegido. Se conoce como darshana, "ver al dios de uno", y es la culminación del acto de adoración. Se trata asimismo de una experiencia religiosa intensa y sumamente personal en la que el devoto entra en comunión con el dios mirándole fijamente y recibiendo, así, la gracia de la deidad.
En el centro de esta sala se ha instalado el símbolo de Shiva, el linga, rodeado de esculturas de los distintos aspectos y formas que adopta. En su conjunto, expresan la emoción en sus grados extremos, desde la belleza sublime al horror más visceral. La escultura religiosa hindú no duda en abarcar toda la gama de sentimientos humanos al transmitir su mensaje.
El templo como universo y morada de los dioses
El templo se considera la representación de la montaña divina de la cosmología celestial hindú, en la que residen los dioses en sus palacios celestiales. Ese esquema queda visible en la planta y el alzado de la construcción, que simbolizan ese monte. La planta es, en esencia, un cuadrado escalonado, con imágenes de piedra apiladas en formas traslapadas que van creciendo y configurando la superestructura del templo.
El terreno montañoso se sugiere mediante las terrazas escalonadas que conforman el exterior de la edificación, y son esas superficies las que cuentan con una densa población de esculturas de los dioses como las que se presentan en esta sala. En el contexto del templo, las deidades se ubican de acuerdo con una estricta jerarquía y se les asigna un simbolismo direccional. La función de las esculturas no es ornamental, sino algo esencial para la forma y el significado del complejo.
Para los fieles, visitar el templo hindú es entrar en ese reino de los dioses, un lugar separado del mundo rutinario de la realidad cotidiana. El edificio cobra vida con las imágenes de las deidades, cada una de las cuales ocupa una posición en el esquema del recinto. El devoto rodea la construcción antes de entrar, y se detiene para realizar ofrendas o recitar plegarias ante los iconos escultóricos de los dioses elegidos. Tras completar la circunvalación (pradakshina), ya está preparado espiritualmente para acercarse al sancta sanctorum y hacer el darshana de la deidad principal.
Las reliquias y las peregrinaciones
Los lugares sagrados han desempeñado un importante papel en la religiosidad india desde los inicios de su historia, al vincularse determinados sitios con hechos, por lo general heroicos, de las vidas de los dioses. De modo similar, se veneraban los restos y reliquias de los grandes maestros espirituales, y los puntos en los que se depositaban entraban a formar parte del mapa de peregrinaciones de la India antigua.
Tales prácticas llegaron a ser especialmente importantes en el budismo, que a la muerte del Buda histórico (esto es, su paso al nirvana) debió afrontar un problema conceptual: se trataba de una religión sin un líder al que acceder mediante la oración o que experimentar mediante la intervención divina. Las imágenes de Buda (en pintura y escultura) se convirtieron en sustituto y en vínculo, y permitieron a los fieles laicos y a los monjes centraren ellos sus meditaciones. Sin embargo, en los primeros siglos de esta religión, el arte figurativo estuvo en buena medida ausente, dedicándose más bien a la conservación y la exhibición de las reliquias de Buda, esto es, sus restos corporales y los objetos relacionados su persona.
Las reliquias se depositaban en dos lugares. Por un lado, se ocultaban en recipientes dentro de la estructura del montículo del stupa y, por otro, se mostraban en relicarios abiertos. Las cenizas y los huesos procedentes de la cremación de Buda se dividieron en ocho partes que se depositaron en sendos stupa poco después de su muerte, en el siglo V a. C. Menos de doscientos años después, el gran rey Maurya Ashoka, el primer gran gobernante-patrono del budismo, los abrió, dispersó las reliquias por todo el subcontinente y construyó nuevos stupa, para así divulgar la fe.
Mahinda (el famoso anciano que introdujo el budismo en Sri Lanka en el siglo III a. C.) resumió la eficacia e importancia de las reliquias: "Cuando se ven las reliquias, se ve a Buda". El traslado de reliquias y su veneración fueron, así, parte integral de la difusión del budismo. Las escenas de la vida de Buda y los relicarios que vemos aquí demuestran la importancia de la veneración de las reliquias en la India del budismo primitivo.
La presencia y las imágenes de Buda
Las imágenes escultóricas del Buda histórico empezaron a realizarse, con toda probabilidad, al poco tiempo de su paso al nirvana. En los primeros textos budistas encontramos referencias a esculturas de madera de sándalo e imágenes pintadas en tela, piezas que debían de estar a la vanguardia de la realización de imágenes religiosas en la India primigenia y que, muy probablemente, precedieron a las hindúes. De hecho, los indicios señalan que la realización de imágenes para el culto budista y jainista marcó la pauta que tuvieron que seguir las creencias brahmánicas.
Las imágenes de Buda más antiguas que se conservan datan aproximadamente de los siglos I y II d. C., y presentan una complejidad notable en cuanto a concepción y factura. El abanico de temas se amplió con rapidez, desde las representaciones de Buda en toda una serie de posturas (meditación, protección, enseñanza) hasta determinadas escenas de la historia de su vida, institucionalizadas como los Ocho Grandes Acontecimientos. A todo ello se añadió una gran cantidad de historias apócrifas, muchas de ellas adaptadas de leyendas populares, que relataban las vidas (encarnaciones) anteriores de Buda y que se conocen como las 550 jataka. De ahí surgieron el material narrativo y la imaginería adecuados para la representación escultórica.
La imagen budista desarrollada en los primeros siglos de nuestra era en Mathura, en la India septentrional, evolucionó con rapidez, de modo que llegado el siglo IV, y con él el período gupta, se alcanzó la imagen clásica de Buda, emulada y reproducida en toda el Asia budista.
Los conquistadores pacíficos: los jina y el jainismo
El jainismo, una de las tres grandes religiones de la India primitiva, se practica de forma continuada desde, como mínimo, el siglo V a. C., época en que vivió y enseñó en la India oriental el más reciente de los jina, Mahavira. Se cree que hubo 23 antes que él, y que se remontan al pasado remoto de la India. El jainismo ha sido conocido sobre todo, desde sus orígenes, por su estricta doctrina de no violencia (ahimsa).
Los jainistas creen, al igual que los budistas y los hindúes, en un ciclo de nacimiento y renacimiento en el que influyen kármicamente los hechos y las actitudes. El objetivo último del creyente es romper ese ciclo y alcanzar la liberación. El nombre de esta religión procede de la palabra jina, que significa "conquistador", y hace referencia a quienes superan el cautiverio kármico y alcanzan así la perfección. Los jina se veneran como maestros y modelos a seguir, no como dioses. El sistema jainista sí incluye, de todos modos, un grupo de dioses, diosas y deidades tutelares secundarios, que sirven a los jina y suelen ser objeto de cultos independientes. A diferencia de los jina, esas deidades menores pueden realizar intervenciones divinas y otorgar favores a los fieles.
Históricamente, surgieron dos sectas principales que siguen vigentes. La primera es la de los digambara, que sostienen que a partir del momento de su renunciación los jina dejaban de llevar ropas, por lo que iban "vestidos por el cielo" o dig-ambara. Así, los auténticos monjes deben ir desnudos y las imágenes de los templos deben representar a los jina desnudos. La segunda secta es la de los shvetambara, que afirman que los monjes no sólo pueden llevar vestimentas sencillas de color blanco, sino que deben hacerlo, de ahí que se llamen "vestidos de blanco" o shveta-ambara. Las imágenes de sus templos muestran a los jina ataviados con ropajes sencillos, que se representan por una fina línea esculpida en torno a la cintura y por el faldón de tejido que se extiende entre las piernas cruzadas.
Las procesiones: la adoración fuera del ámbito del templo
Las imágenes portátiles de los dioses hechas de bronce surgieron en la India con un objetivo muy concreto: mostrar a las deidades fuera del santuario del templo. Se trata de esculturas de tamaño menor (utsavamurti o imágenes de fiesta), que gracias a ritos especiales reciben la capacidad de representar a las imágenes inamovibles instaladas en los templos.
El dios sale al exterior tanto para ver a su pueblo y su territorio (para su propio placer) como para el beneficio espiritual de sus fieles, ya que así se les permite realizar el darshana ("contemplación del dios"). La expresión más visible de las manifestaciones públicas de los rituales del templo es la procesión festiva del templo, en la que la deidad se aventura a salir del recinto para mostrarse a la gente, "como un rey". Actualmente, en tales ocasiones los dioses son exhibidos con suntuosos ropajes, joyas y guirnaldas, y se les rinde tributo con oraciones, canciones y danzas.
La producción de iconos de metal fundido de los dioses está directamente ligada al surgimiento de nuevas prácticas y rituales en torno al complejo del templo, y muy vinculada a una oleada de hinduismo devoto (bhakti) que se extendió por la India meridional entre los siglos VI y X. El movimiento halló su voz en la poesía religiosa de toda una serie de mendicantes ambulantes, hombres visionarios que dedicaban sus vidas a componer y recitar himnos de alabanza al dios elegido. Tales figuras inspiradas e inspiradoras se "canonizaron" como santos poetas: 63 nayanar shivaítas ("líderes" espirituales; seguidores de Shiva) y 12 alvar vishnuitas ("los inmersos en dios"; seguidores de Vishnú). Desempeñaron un papel decisivo en el fortalecimiento del hinduismo de los templos y en la supresión del jainismo y del budismo en el sur de la India.
ACTIVIDADES EN TORNO A LA EXPOSICIÓN
Jueves, 26 de julio, a las 18.00 h
Conferencia inaugural: Conocer a los dioses: el arte y el culto en India
A cargo de JOHN GUY, conservador especializado en arte del sur de Asia del Victoria & Albert Museum de Londres y comisario de la exposición.
Miércoles, 8 de agosto
Noche de Verano Temática
Concierto en las Calles Modernistas, a las 20.00 h. A cargo de Tapan Bhattacharya, nacido en la ciudad sagrada de Benarés, donde se formó como intérprete de la tabla.
Música y danza de India en el Auditorio, a las 21.30 h. Música en vivo: voz, armonio, sitar y tabla. Espectáculo lleno de colorido y con gran fuerza visual, en el que la bailarina Tanni Choudhuri, a través de un lenguaje gestual y corporal codificado, relata historias épicas de gran contenido literario.
Pases de vídeo en el Patio Inglés, a las 21.00 h y las 22.30 h. Presentación de trabajos de arte digital asociados al centro de investigación Sarai, ubicado en Delhi (India).
Jueves, 6 de septiembre, a las 19.30 h
Proyección SADHUS, LOS HOMBRES SANTOS DE LA INDIA
Larry Levene, España, 2003, 52 min
Los sadhus, hombres santos de la India, que se han desprendido de todo bien material, son los primeros en bañarse en las aguas sagradas en la Khumb Mela, para conseguir un tránsito directo al nirvana. Un anciano swami muestra a un joven sadhu los anales de la historia cultural de la India, adornada con incontables sagas y leyendas, para enseñarle el camino que libera de la rueda de las reencarnaciones.
Presentación: Larry Levene, director del documental
Jueves, 13 de septiembre, a las 21 h
Concierto RANJIT MAKKUNI, sitar
Casa Asia organiza la sexta edición del Festival Asia con un programa multidisciplinario que nos acerca a la cultura de aquel continente a través de propuestas tanto tradicionales como vanguardistas. En esta ocasión, CaixaForum será una de las sedes del festival y acogerá la actuación del músico hindú Ranjit Makkuni.
Martes, 18 de septiembre, a las 19.30 h
Proyección LA BODA DEL MONZÓN
Mira Nair, India, 2001, 117 min
Mira Nair hace un retrato costumbrista, en tono de comedia, de una familia de la India mientras prepara la celebración de un matrimonio concertado. La mezcla de lo antiguo y lo moderno, de la inocencia y el sexo, sirven para representar a la sociedad actual de Nueva Delhi y la cultura punjabí, mientras al fondo cae con fuerza la lluvia del monzón.
Presentación: Agustí Pániker, editor y escritor, experto en temas relacionados con India.
Jueves, 20 de septiembre, a las 20 h
Conferencia "La India hindú"
VICENTE MERLO, doctor en filosofía, miembro de la Sociedad Española de Ciencias de las Religiones
La India hindú pretende exponer algunas de las principales ideas que caracterizan esta tradición tan antigua como actual, especialmente la sabiduría oculta en sus mitos, el significado de sus rituales, su elevada metafísica y la espiritualidad que desde sus orígenes hasta nuestros días han atraído a tantos buscadores. Las enseñanzas sobre el vedanta y el yoga serán el hilo conductor.
Jueves, 27 de septiembre, a las 19.30 h
Conferencia "La India budista y jainista"
AGUSTÍ PÀNIKER, editor y escritor, experto en temas relacionados con India
Introducción a la espiritualidad del budismo y del jainismo, dos tradiciones ateistas y monásticas nacidas en la antigua India y que han moldeado decisivamente innumerables aspectos de la civilización índica, desde su filosofía o su arte hasta sus rituales o su ética.
Jueves, 4 de octubre, a las 19.30 h
Conferencia "El templo hindú: la música helada del Espíritu"
ALBERT FERRER, doctor en filosofía, licenciado en ciencias políticas y sociología
Según los románticos alemanes, la arquitectura es una música helada. El templo hindú es, sobre todo, la música helada del espíritu: ofrenda humana a lo divino, sacrificio terrenal que compensa el sacrificio original en la creación, símbolo de una realidad más profunda que, a pesar de todo, palpita en el corazón de nuestro mundo.
Viernes, 5 de octubre, a las 21 h
Espectáculo de danza clásica india DEVARPANAM
Intérpretes: Jamuna Krishnan y Ragini Chandershekar
Desde tiempos inmemoriales, las artes clásicas de India han constituido un medio para alcanzar lo divino. El Devarpanam busca crear una relación simbólica entre la danza clásica (Bharatanatyam) y la escultura tradicional de India, que quedó tan magistralmente trabada en los templos del sur de India, donde tuvo su origen esta forma artística. El Devarpanam es la sublime armonía entre la energía corporal y la quietud, en ella la bailarina busca la síntesis total de dos estados aparentemente opuestos: la vibración del paisaje espacial y la calma del paisaje interior. El Devarpanam es la ofrenda final de este antiguo arte a los pies de lo divino.
Martes, 9 de octubre, a las 19.30 h
Conferencia "India en el mundo"
DIPESH CHAKRABARTY, profesor de Historia en la Universidad de Chicago
India en el mundo gira en torno a la fluctuante imagen que se ha tenido de la India a lo largo de los siglos XIX y XX, desde la de una civilización ancestral y claramente distinta (encarnada en personas como Gandhi o Tagore), pasando por la de los años 1950, en la que aparecía como líder de los países no alineados, hasta el lugar que ocupa en la actualidad en los debates sobre la globalización y la democracia.
Martes, 16 de octubre, a las 19.30 h
Conferencia "La India del siglo XXI: entre el orden y el conflicto"
BERNAT MASFERRER, experto en geopolítica del sur de Asia
La celebración, casi ritual, de la mayor democracia del mundo que suele monopolizar cualquier referencia a la India política tiende a ignorar una profunda dinámica de cambio que en los últimos quince años ha transformado, de forma estructural, los rasgos esenciales del orden político indio poscolonial.
MAÑANAS DE ARTE - INDIA. TRADICIÓN Y MODERNIDAD
Estas sesiones se proponen dar una visión contemporánea y libre de prejuicios sobre aspectos esenciales de la civilización india: su extraordinaria diversidad, la extraña sociedad denominada "de castas", los microcosmos de sus minorías, la geopolítica y los conflictos internacionales, las diferentes expresiones religiosas, etcétera. Con tono ameno y divulgativo, abordan, no obstante, con el rigor y profundidad necesarios una civilización tan compleja como la índica. Coordinación: AGUSTÍ PÀNIKER, editor y escritor, experto en temas relacionados con India.
Martes, 16 de octubre, a las 11.30 h
La diversidad de India
Introducción a la India como continente geográfico, cultural, religioso, lingüístico o étnico. Se pondrá especial énfasis en cómo su sorprendente diversidad conforma lo que denominamos civilización o continente índico.
Martes, 23 de octubre, a las 11.30 h
El culto en un templo en India
Repaso a los diferentes modos de culto que se encuentran en la India, desde la pûja en el templo hindú, el culto ateista de los jainistas, la veneración del Libro sagrado de los sikhs, el culto en un santuario sufí, etc.
Martes, 30 de octubre, a las 11.30 h
La sociedad de castas
Exposición de la compleja sociedad de castas en India. Especial atención merecerán los conceptos de j"ti y varna, sobre los que se articula esta sociedad, así como las transformaciones que están teniendo lugar en la actualidad.
Martes, 6 de noviembre, a las 11.30 h
El conflicto de Cachemira