A vela. Navegando el mundo

València

02.05.07

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La exposición, que sólo podrá verse en Valencia y en Lausana, es fruto de la contribución de diversas entidades especializadas en temas navales, como el Museo Olímpico de Lausana, la Federación Internacional de Vela (ISAF), el Museo Naval de Madrid, el Musée d'Ethnographie de Genève, la Sociedad Estatal de Gestión de Activos de Sevilla y el Museu Marítim de Barcelona, que ha cedido gran parte de las obras.

A vela. Navegando el mundo permite realizar un recorrido a lo largo de la historia, desde las antiguas naves egipcias, fenicias y griegas, hasta los vapores mixtos y los barcos a motor que a finales del siglo XIX marcaron la transición hacia nuevas formas de transporte. Un capítulo central se dedica al esplendor de la marina a vela, con algunos de sus barcos míticos: la galera Real, la corbeta Descubierta (en la que Malaspina realizó su viaje político-científico alrededor del mundo), la fragata Numancia y el bergantín-goleta Juan Sebastián Elcano. Como preámbulo a esta historia, se dedica un espacio a la formación de los vientos y a las leyes físicas que permiten la navegación a vela. Las diferentes culturas del mundo han desarrollado embarcaciones adaptadas al entorno y a las características concretas de la navegación.

La exposición esta dividida en seis ámbitos (el primero de ellos, a modo de presentación): A vela por el mundo y por la historia; Viento amigo, viento temible; El nacimiento y desarrollo de la vela (subdividido en Época clásica, La vela latina, Los grandes veleros y La vela en las grandes exploraciones marítimas); Vela y sociedad: las embarcaciones de trabajo; La náutica deportiva, y, finalmente, La vela y la aventura del mar.

Con motivo de la exposición y como complemento de los diferentes ámbitos, se han producido expresamente seis vídeos que muestran las diferentes características del viento; la reconstrucción del Kyrenia, una embarcación de la época griega; los grandes veleros de la historia (proyectados sobre una pantalla de cinco metros); los diferentes tipos de embarcaciones del mundo en la actualidad (muchas de las cuales aparecen también reproducidas en los modelos a escala que se exhiben en las vitrinas); la evolución de la vela deportiva a través de los Juegos Olímpicos, desde sus inicios hasta la actualidad, y las grandes regatas de la historia, como la Copa del América, la Volvo Race, La Vendée Globe y The Race (a través de una doble proyección); y la relación de la vela y el cine a partir de fragmentos de películas como Capitanes intrépidos, Master & Commander, Rebelión a bordo y Piratas del Caribe.

A VELA POR EL MUNDO Y POR LA HISTORIA

La vela nació hace aproximadamente seis milenios. Durante este largo período de tiempo, y con formas y técnicas muy distintas, ha impulsado embarcaciones de todo tipo para el comercio, la guerra, la conquista, la exploración geográfica, la pesca, el deporte y el tráfico de pasajeros. Durante el siglo XIX, la propulsión mecánica sustituyó a la vela en algunas actividades de gran importancia, pero, a pesar de ello, la vela no ha desaparecido de ningún mar. La náutica de recreo, de turismo y el deporte a vela cuentan cada día con más adeptos. Algunos grandes barcos de vela se han convertido en buques escuela; otros, con valor histórico, son conservados por asociaciones dedicadas a la salvaguarda del patrimonio marítimo o por particulares. En muchos países de África, Asia y Latinoamérica, la navegación a vela continúa siendo un medio eficaz para el transporte de personas y mercancías, así como para la pesca. En estas embarcaciones trabajan los últimos marineros profesionales de la vela y perviven los conocimientos, la habilidad y la aventura; en definitiva, el espíritu de la larga historia de la navegación a vela.

VIENTO AMIGO, VIENTO TEMIBLE

El viento se origina en la zona ecuatorial al ascender el aire caliente y dirigirse hacia el Norte o el Sur. Debido a la rotación de la Tierra, a los diferentes accidentes geográficos y a las distintas condiciones climáticas de la superficie terrestre y de la atmósfera, el viento adquiere direcciones y velocidades cambiantes, tanto a ras de tierra como en el mar. En algunas áreas presenta unos ciclos con direcciones e intensidades recurrentes según las estaciones del año. Cerca de la costa, puede mantener diariamente direcciones determinadas y bien conocidas debido a fenómenos térmicos locales. En otras áreas, sin embargo, es más imprevisible. Por último, en determinadas zonas geográficas puede resultar un fenómeno temible, por su intensidad y por las grandes olas que genera en el mar.

EL NACIMIENTO Y DESARROLLO DE LA VELA

Las primeras velas aparecieron probablemente en el Nilo, hace unos seis mil años. Estaban constituidas por diferentes materiales y tenían forma cuadrada o rectangular. Nacía así un tipo de velas, las denominadas cuadras, que han sido las más importantes en los grandes barcos de Occidente.

Época clásica

En las civilizaciones egipcia, fenicia, griega y romana, la navegación se basó fundamentalmente en la vela cuadra, y en la China de principios de nuestra era en la del junco. En todas estas culturas había diversos tipos de embarcaciones y de velas, y en todas ellas se produjeron avances técnicos importantes en su construcción y maniobra, pero la forma cuadrangular básica se mantuvo. De hecho, la vela cuadra y la del junco se siguen empleando en la actualidad —la primera en los grandes buques y la segunda en muchas embarcaciones tradicionales de Asia— y constituyen, por lo tanto, las tipologías que, con materiales, formas y aparejos distintos, han mantenido su presencia durante toda la historia de la navegación a vela en sus respectivos espacios marítimos.

La vela latina

La vela latina es una vela triangular envergada a una antena que, a su vez, está sujeta a un mástil. Se trata de una vela bien adaptada a las condiciones cambiantes de los vientos en los mares donde nació y se expandió desde la Edad Media. Es la vela de numerosas embarcaciones de todo tipo, algunas de ellas de grandes dimensiones, como las galeras, las galeazas o, posteriormente, los jabeques en el Mediterráneo y los dhows en el mar Rojo y el mar de Arabia. Con la vela latina, las embarcaciones pueden ceñir fácilmente, es decir, navegar en sentido contrario al viento. Esta ha sido su principal contribución al progreso de la navegación. Actualmente se continúa utilizando en numerosos países.

Los grandes veleros

La navegación a vela de largo recorrido, desde las últimas etapas de la Edad Media hasta su momento más álgido en el siglo XIX, con los grandes veleros de tres o más palos y gran cantidad de velas distintas, se puede explicar por la evolución de dos grandes tipos de vela: la vela cuadra y la vela latina. La primera ha dado lugar a multitud de velas rectangulares para los aparejos de cruz, y también a la vela al tercio, muy difundida en el Atlántico europeo. La segunda tiene también numerosas variantes, y su evolución ha dado lugar a las velas guairas y a las velas cangrejas, tan importantes estas últimas en las distintas tipologías de los grandes veleros del siglo XIX.

La vela en las grandes exploraciones marítimas

Las embarcaciones que protagonizaron la gran expansión marítima, desde el primer viaje de Colón hasta los grandes veleros del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, presentaban aparejos mixtos. Las carabelas y naos de los descubrimientos geográficos de finales del siglo XV y del siglo XVI, así como los galeones del comercio atlántico de los siglos XVI y XVII, aparejaban, en general, velas cuadras en los palos bauprés, trinquete y mayor, y velas latinas en el de mesana. Los grandes navíos del siglo XVIII y las distintas clases de veleros del siglo XIX y de principios del siglo XX fueron propulsados por diferentes combinaciones de velas de estay, cuadras, cangrejas y escandalosas, y constituyen los más amplios, altos, complejos y hermosos aparejos de la historia de la navegación a vela.

VELA Y SOCIEDAD: LAS EMBARCACIONES DE TRABAJO

El tráfico de cabotaje de mercancías, el transporte de personas a corta distancia y la pesca se han realizado durante siglos en pequeñas embarcaciones a vela. Son, en general, embarcaciones perfectamente adaptadas a las condiciones donde deben desarrollar sus funciones.

El trabajo en las embarcaciones de vela ha sido siempre una labor dura, que se realiza en un medio distinto al terrestre —el mar o los ríos—, siempre peligroso y con frecuencia hostil. El trabajo en los grandes barcos y en las pequeñas embarcaciones de vela requiere aprendizaje, buenas condiciones físicas, habilidad y sacrificio. Por ello ha dado lugar históricamente a unas profesiones rodeadas de un cierto y característico halo de misterio y dureza, y también con frecuencia de desarraigo y de aventura.

LA NÁUTICA DEPORTIVA

En 1851 tenía lugar en la isla de Wight una regata que daría lugar a una de las competiciones más antiguas e interesantes de la navegación: la Copa del América. En los Juegos Olímpicos de París del año 1900 (los segundos de la era moderna) se organizaron las primeras regatas de veleros de este gran acontecimiento deportivo. En 1907 se creó la Federación Internacional de Vela (ISAF), encargada de organizar, coordinar e impulsar los deportes náuticos. Durante la segunda mitad del siglo XX, se irían organizando, además, prestigiosas regatas de largo recorrido, algunas de ellas con travesías muy difíciles, incluso de vuelta al mundo en solitario. Además de estos deportes de alta competición, cada vez más personas de todo el mundo se acercan a la práctica de la vela, sea como simple actividad de ocio o con vocación deportiva.

LA VELA Y LA AVENTURA DEL MAR

La navegación a vela ha sido fuente de inspiración de grandes relatos literarios, de excelentes obras pictóricas y de algunas películas memorables. Las obras maestras del cine se han basado generalmente en buenas novelas inspiradas en hechos históricos, y otras veces han sido totalmente imaginadas por sus autores. Un homenaje del cine a la vela, una contribución de la gran fábrica de sueños al conocimiento de la navegación y a sus auténticos protagonistas, los marineros, constituye el ámbito final de una exposición que recorre la historia y el mundo para ayudar a comprender mejor la actualidad de la navegación a vela.